Capítulo Catorce

13.7K 1K 452
                                    

Antes de que me diera cuenta, ya me encontraba fuera del hospital y regresando a presentarme en múltiples shows por todo el país. Pasaron algunas semanas luego de mi reciente incidente con Austin donde tuvimos nuestro último show, terminando así, el tour por el que habíamos estado desde hace un par de meses. Me encontraba recostada en la cama que se encontraba en la parte trasera del bus; mis gafas de lectura se encontraban apoyadas contra el dorso de mi nariz mientras miraba cuidadosamente la portada del libro cerrado que se estaba sobre mi regazo.

Todas las lesiones en mi cabeza causaron que la lectura sea mucho más difícil de lo que los médicos habían imaginado. Ellos habían dicho que sería difícil en los primeros días durante el tiempo que había salido de mi primera experiencia en el hospital. Ahora, probablemente ya ha pasado un mes, y todavía no he podido procesar el contorno negro de ellas.

"¿Estás cansada o algo así?", murmuró una pequeña voz.

Incliné mi cabeza hacia la puerta en donde se encontraba Camila de pie, apoyada en el borde de la entrada.

"No", gruñí.

Ella frunció el ceño y dio un paso más cerca hacia el sofá, "Entonces, ¿Por qué estás sentada ahí con tus gafas, pero ni siquiera estás leyendo?".

"No es asunto tuyo", contesté con brusquedad. La verdad era que me daba vergüenza, miedo. Me ponía nerviosa en cómo las personas reaccionarían una vez que les dijera que tengo problemas con la lectura, algo en lo que antes era una experta.

"Creo que estas cansada", sigo Camila. "También pareces estarlo en tu estado de ánimo".

"¿Podrías dejarme en paz?", escupí furiosamente mientras agarraba el libro de mis piernas y lo tiraba fuertemente hacia la puerta

La expresión en el rostro de Camila no cambió en cuanto el libro golpeó la pared que había junto a la puerta, cayendo ruidosamente al suelo. Estaba mucho más sorprendida cuando ella, con desinterés, se agachó y recogió el libro para inspeccionarlo.

"Matar un ruiseñor", leyó en voz alta antes de levantar una ceja y hacer contacto visual conmigo. "¿Te importa si lo tomo prestado?".

"No es como si pudiera leer de todos modos", rodeé los ojos, pero inmediatamente me di cuenta de lo había salido de mi boca.

"¿A qué te refieres, Laur?", cuestionó Camila con ambas cejas arqueadas hacia arriba mientras miraba más allá del libro.

"Nada, no importa", rápidamente traté de encubrirlo, pero eso no la detuvo.

"¿No puedes...", Camila tragó ruidosamente. "...leer?".

"¡No! Quiero decir, no lo sé", le admití tímidamente mientras me quitaba las gafas. "Puedo con algunas palabras, pero otras son demasiado difíciles".

"¿Tiene que ver con los golpes en la cabeza?", preguntó Camila, acercándose para sentarse a mi lado.

Gruñí, "¡Por supuesto que sí! ¡No es como si me hubiera despertado un día y hubiera olvidado como leer!".

"No creo que estés cansada", Camila se encogió de hombros y apoyó su cabeza en la almohada del sofá que había a su lado. "Creo que estas exhausta".

"Tienes que estar bromeando".

"Lauren lo digo en serio. Simplemente toma una siesta o algo, te prometo que después te sentirás mucho mejor".

"Si lo hago, ¿Me dejaras en paz?".

"No", respondió Camila con una expresión seria en el rostro.

If I Were A Boy (Camren) [TRADUCCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora