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—Ve arriba Miranda. —repite en un tono más áspero y duro. Obedezco rápidamente, no quiero seguir ahí.

Cuando subo las escaleras, puedo escuchar murmullos desde abajo, pero les resto importancia. Sólo quiero que ese tal Marcus se vaya de una buena vez y quedarnos Harry y yo por fin.



¿Harry y yo...?


***


Unos pasos fuertes se escuchan subiendo las escaleras, después de haber oído el estruendoso sonido de la puerta cerrase tras varios minutos.

Mi puerta anteriormente cerrada, es abierta con una brutalidad que me hace soltar un pequeño gemido de susto. Al ver a Harry con una expresión muy molesta en su rostro, me empiezo a preocupar. Cierra la puerta de igual manera en la que la abrió y se dirige hacia mí con una mirada de fuego.


—¡¿Qué estabas pensando?! —me grita y tengo un raro presentimiento.

—¿A... A qué te refieres? Tra... Tranquilo.—me paro de la cama para poder abrazarlo, pero me aparta de la manera más abusiva posible, haciendo que caiga felizmente a la cama.

—¡Te dije! ¡Te dije que llevaras el arma contigo siempre! ¡A todos lados! ¡¿Y que hace la niñata?! ¡Desobedece al adulto! ¡Maldita sea!—golpea uno de los muebles con rudeza haciendo que la lámpara esté a punto de caerse. Es lo que menos me importa en este preciso instante.

—¡Un momento!—grité. Nunca pensé gritarle a él.—¡Sólo fui por un maldito vaso de agua! ¿Quién iba a imaginar que algo pudiera pasar en el proceso?—él sólo me miraba hecho furia.

—¡Debes estar siempre con ella! ¡No puedes exponerte al peligro!

—¿Qué clase de peligro? Ni siquiera sé de la mierda que estás hablando y... ¡Y tú me vienes a gritar como si supiera en qué te haz metido para que nos hicieran daño!



Harry se queda en silencio mirando por la ventana. Yo me siento en la cama a recordar mi vida antes de llegar aquí.

Agradezco mucho a Harry por haberme salvado de aquellos lobos dos veces, aunque hubiera preferido morir. Mi vida no es tan buena aquí como allá.

Lo único bueno en mi vida. Liam. A veces me pongo a pensar, ¿qué estará haciendo en éste instante? ¿Como irán las cosas con Maggie? Espero que bien, es un gran amigo y se merece lo mejor.

Sonrío nostálgica al recordar buenos y malos momentos juntos. Cuando a ambos nos aceptaron para trabajar en el restaurante y todos los buenos momentos que hemos vivido ahí. Tengo la sensación de que necesito llorar, pero las lágrimas no salen. Lo cuál ahora agradezco ya que odiaría que Harry me viera así. Aunque ya lo ha hecho, pero de todas formas, no quiero pasar vergüenza otra vez.

De pronto desvío mi mirada a Harry, quién me mira con una media sonrisa mientras observa detalladamente cada parte de mi rostro. Lo puedo ver, pues recorre cada centímetro de mi cara a lo lejos. Extraño, pero lindo.

Cuando vuelve a mis ojos, que lo observan, su media sonrisa ya no está y el Harry que conocí aquella noche ha vuelto.

Al menos unos segundos de ternura.

Vuelve a desviar su mirada, pero ahora a la ventana nuevamente.


—Nunca entenderías.— dice susurrando, pero aunque estoy al otro lado de la habitación, puedo escuchar.



Me volteo y mira con tristeza la naturaleza expuesta a él. Viendo como ya es de mañana y cómo algunas aves salen a cantar. Es bueno oír nuevamente la felicidad natural.


Hunter » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora