Hunter » h.s

17.

Una pequeña briza invade nuestros cuerpos, por lo que nos estremecemos, pero nadie dice nada. Sólo suelto una pequeña risa recostándome en el cuello de Harry. Él me corresponde y me envuelve en un abrazo.

No quiero poner fin a esto nunca.

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Su cálido cuerpo me acoge de una manera inexplicable. Este hombre sólo me llena de emociones nunca había sentido en mi vida. Y es muy raro porque, apenas nos conocemos. No lo conozco completamente y él tampoco me conoce a lo profundo. Pero espero que así pueda ser.

Quiero estar ahí para él.

Como le prometí hace unas horas.

Y no es que me sienta obligada.

Quiero hacerlo.

Me parece que es un chico que ha tenido una vida muy difícil.

Sé que es algo muy cliché. El chico con su pasado ocuro y la chica que también tiene problemas que llega a solucionar todos sus problemas.

Pero esta historia debe ser diferente.

En algo.

—¿Quieres ir a dormir? —me pregunta después de un buen rato estando abrazados. —Es algo tarde.

Lo miro y quedo hipnotizada con sus bellas y brillantes esmeraldas. Nunca se cansan de cautivarme. Esos ojos que no los tiene cualquiera, me tientan de una manera increíble.

—Claro. Vamos.

Desarma nuestro cálido abrazo para entrelazar nuestras manos dirigiéndome a las pequeñas y ruidosas escaleras. Lo cual no me molesta por el hecho de que estoy con él.

Llegamos a la habitación que el me dio la noche que nos conocimos. Dios, la recuerdo como si hubiera sido hace tiempo. Pero la verdad fue hace muy poco. El tiempo se pasa tan lento cuando estoy con Harry. Y lo agradezco mucho. Me hace disfrutar los momentos aunque no sean tan buenos a veces, pero de todas formas, mejoran.

—Cámbiate por algo cómodo. Te estaré esperando en mi habitación. Ya sabes cuál es. —me guiña el ojo y sale del cuarto.

¿Está insinuando que quiere que duerma con él?

Pues por ti no habría ningún problema con eso, Miranda.

Por muy escasa vez, concuerdo con mi conciencia.

Cojo una de las prendas que deduzco que son cómodas de los pequeños cajones que hay en la alcoba. Una remera suelta y unos pantalones cómodos. Por un momento agradezco infinitamente que Harry haya traído medias tambien. Hace un frío tremendo.

Me pongo a recordar el gran pequeño momento que acaba de pasar hace unos minutos. Harry y yo... Bailando. En medio de su extraña sala. ¿Por qué de la nada habrá tenido el deseo de bailar conmigo? No me quejo, fue un muy buen momento para mí, lo disfruté aunque haya sido pequeño. Hace tiempo que no me sentía así... Protegida.

Sólo estoy algo confundida.

Regresando al mundo real, doblo la ropa que he usado hoy y la pongo sobre la cama.