13.

112 6 2
                                    



—Pero... ¿Y los lobos?—le pregunto algo asombrada. Él ríe sonoramente y es música para mis oídos.

—Esa... Es la mejor parte del asunto. —¿Se ha vuelto loco?

—¿Mejor parte? ¿Correr delante de ellos y esperar a que no nos sigan más? ¿Que pasa si...?—lo observo ignorarme mientras se dirige a la puerta abriéndola por completo.


—¿Vienes, amor?—me tiende la mano.



Me llamó Amor.

<><><>


Harry... Tengo miedo. —digo temblando. El trauma con los lobos no se me ha pasado y no creo que lo haga. Estar encerrada en esa cabaña ha sido una de las mejores cosas, creo.

Él voltea a verme después de que he terminado de cerrar la puerta en un largo periodo de tiempo.

—El miedo te tiene preso hasta el punto en el que te mata. —dice serio mientras me mira de la misma manera. —Sígueme.—añade cortante mientras baja las pequeñas escaleras de la cabaña y se dirige trotando hacia la parte trasera. Trato de seguirlo de la misma manera, pero el miedo me consume tanto, que tengo miedo de que alguna criatura bestial esté detrás de mí o algo así. Mis pies se mueven con lentitud a causa del nerviosismo. —¿Vas a venir o qué? —él me hace sobresaltar y salir de mis pensamientos.

Volteo hacia donde está él para encontrármelo con un pequeño automóvil de color amarillo con negro. Parece de esos de juguete para los niños, pero en grande lo cual me causa algo de gracia. Cuando veo el rostro serio de Harry, me apresuro en ir corriendo hacia donde él está. Finalmente me siento a su lado de copiloto, dándome cuenta de que sí hace frío. Eso que traigo un gran abrigo que Harry me ha prestado y un pequeño beanie color blanco. Es lamentable, pero no hacen efecto.


—¿Cómo puedes salir tan tranquilo sabiendo lo de las bestias? —pregunto a Harry mientras enciende el motor. Él me da una rápida mirada fija y voltea hacia el camino arrancando.

—Se puede decir que... Son como mis amigos. —dice con media sonrisa conduciendo.

Lo miro extrañamente mientras pasamos por tal oscuridad, llena de naturaleza. De la buena y mala.

No puedo parar de pensar en que me siento... Feliz. Es completamente extraño, pues hace poquísimo quería morirme, pensaba que mi vida era una mierda, entre esas cosas. Creo que... La idea no se me ha ido de la cabeza aún, pero supongo que está mejorando cada vez más.


Supones.

Mientras pasamos por las vivas y oscuras áreas verdes, no puedo evitar mirar hacia todos lados. Tal vez alguna criatura extraña llega a estar cerca de nosotros y el necio de Harry no se da cuenta.

Cada sonido, por más mínimo que sea, es inspeccionado por mí, aunque sea lejos. Lo puedo escuchar. La tensión en mí, no puedo evitarla. Mi corazón palpitar, no puedo paralo. Mis manos sudar, no puedo secarlas.

Por lo que veo, Harry está muy relajado a mi parecer. Supongo que es porque sus "amigos" le tienen tanta confianza que no le harían nada malo.

—Habla en serio, Harry. Deberías...

No puedo terminar de hablar.

Hunter » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora