Miraba por la ventana del automóvil. Todo el precioso paisaje llenaba mis ojos de alegría. Me emocionaba mucho ir a la pradera con mis padres. Disfrutaba mucho con ellos en nuestra casa de campo, justo en el medio de toda la naturaleza alrededor, donde no se escuchaba nada. Sólo silencio y paz.
Una de mis cosas favoritas.
—Hemos llegado, mis tesoros —dice mi padre desde el asiento conductor.
Abro la puerta y salgo del auto rápidamente para correr por todo el lugar. Disfrutar de la pura briza, que sólo podía encontrar en un lugar como este, de los árboles, arbustos, flores, el cielo.
Todo tan hermoso como la última vez que vinimos.
—¡Cariño, ven! ¡Comeremos el picnic! —exclama mi madre.
Corro rápidamente hasta mis padres y los abrazo, por instinto. Nos sentamos y empezamos a devorar la comida que mamá preparó en la mañana, como siempre deliciosa. Los emparedados de atún y jamón, el jugo de naranja, el café para ellos traído en un termo, la fruta que mamá está picando, todo delicioso, aunque sea mucha la variedad.
Nos quedamos un largo rato en la pradera, para luego adentrarnos a nuestra pequeña cabaña en medio de todo. Ellos jugando conmigo, cualquier juego que quisiera. Ellos siempre se divertían conmigo sea como sea.
Éramos tan felices.
No se cómo lo recuerdo, pero me quedé dormida y esa misma noche nos regresaríamos a casa. Mi padre me llevaba en brazos y mi madre cargaba todas nuestras pertenencias. Casi siempre era así, pero esta vez a mi padre le tocó llevarme sobre él.
Cruzábamos la carretera para llegar al automóvil, mi padre cruza de frente cuando se da cuenta de que mamá no está a su lado. Voltea y está recogiendo la pequeña canasta que cayó a la pista.
—¡Ellie! —escucho el nombre de mi madre resonar de la boca de mi padre.
Siento un auto impactar con velocidad hacia algo, no estoy segura. ¡Lo quiero saber!
Todo pasa muy rápido, veo el cuerpo de mi madre siendo arrastrado por un auto a gran velocidad. No siento nada, sólo observo lo que sucede.
~*~
—¡Mamá!
Esta es la vez número noventa y uno en la que tengo el mismo sueño. ¿Creíble? No lo sé, pero es la verdad.
Sueños, más bien, llamados pesadillas por mí aunque para algunos esos sueños sean normales.
Me levanto de la cama dispuesta a irme al baño. Me mojo la cara unas cuantas veces y me seco con una parte de mi playera, pues no encuentro una toalla. Salgo de ahí, después de estar pensativa unos minutos mirándome por completo al espejo.
—¿Miranda? —escuchó la voz de mi padre. Me ve parada en la puerta del baño. —¿Qué haces despierta a las tres de la mañana?
Estoy tensa. Aún más por mi típica pesadilla. Lo demás, se debe a la oscuridad que hay en los pasadizos de mi hogar. Es evidente que en las noches hay oscuridad, pero es una de las cosas que más temo. Además, mi padre apareció de sorpresa. No imaginaba que pasaría la noche aquí.
—Ya sabes, las pesadillas. —le explico y el asiente, como si no pareciera tomarle mucha importancia.
En realidad, nunca lo hace.
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Hunter » h.s
Fanfic❝Entraste a mi vida así como así. Ahora enfrenta las consecuencias.❞ Todos los derechos reservados. [Historia au] ©bemytemporaryfix ↠↞