— ¿Por qué tartamudeas, Kahler?— su rostro estaba a escasos centímetros del mío, y su mirada era tan penetrante que podría desmayarme con tan sólo ver esos hermosos ojos. Rápidamente, mis ojos se desvían de sus ojos para ver sus labios. Finos y rosados, puedo notarlo a la luz del día. Luego vuelvo a la realidad. Está muy cerca mío y debo admitir que estoy nerviosa. — ¿Tienes miedo?¿Tengo miedo?
***
— No. — digo firme y trago la pequeña bilis que tenía en la garganta. Ni siquiera sé porqué la tenía.
Trato de ser firme a su tacto y mirada. Bueno, al menos estoy intentando parecerlo. Las manos me sudan, en señal de nerviosismo. ¿Cómo es que él me pone así?— ¿Segura? — susurra y su aliento roza con el lóbulo de mi oreja, y no puedo evitar estremecerme. — Puedo oler el miedo que me tienes en este preciso momento...
Sus labios besan el lóbulo de mi oreja en diferentes toques, va bajando hasta llegar a mi mentón. Sus besos son suaves y calmados, todo lo diferente a lo que él suele ser. Yo misma no me puedo creer lo que me estoy dejando hacer, si estuviera pensando con la mente ya lo hubiera alejado de mí y le diría unas cuantas barbaridades. Pero no. Siempre, dejándome hacer lo que los demás quieren. Hasta con mi padre, dejaba que me dijera lo que le plazca sin reclamo alguno. Típico de mi, y es lo que quiero cambiar. Pero me es muy difícil resistirme, y más a Harry.
¿Porqué es tan difícil?
De pronto, la bilis ya retirada vuelve a atacar mi garganta de manera brusca. Mis ojos se empañan en lágrimas que no puedo evitar dejar salir. Lo que más deseo, es que Harry no se de cuenta de esto. No quiero que me vea débil o algo parecido.
Mientras el sigue con sus besos, muevo disimuladamente mi cabeza hacia otro lado y una de mis manos quita el rastro de las lágrimas. Pero es inútil, pues vuelven a aparecer. Y la razón no es precisamente mi padre, esto se debe a...
— ¿Porqué lloras? — me pregunta Harry. Se aleja un poco de mí y me toma de los hombros. La diferencia de de actos dulces, es que su mirada y voz siguen siendo como siempre.
— N-no estoy llorando, Harry.
Él me sostiene fijamente la mirada. Sin posarla en otra cosa que no sea yo. Eso realmente asusta, pero es una sensación agradable. El corazón me bombea con una rapidez sensacional y mis manos sudan, ya parecen mojadas de tanta agua. Es bueno que no me esté cogiendo las manos en este preciso instante.
Inesperadamente, su vista se va oscureciendo y la quita de mis ojos. Voltea la cabeza hacia abajo y vuelve su vista hacia mi. Su ceño está levemente fruncido viéndose tremendamente mejor que nunca.
— Cierto, no me interesa nada de ti.
Dicho esto sale por el estrecho marco de la cocina tocándose un poco de la nuca. Siento sus pasos subir las escaleras, casi corriendo.
Me mantiene llena de estrés el hecho de que me deje llena de preguntas, confundida.
¿Porqué de un momento a otro se vuelve el mismo de siempre? ¿Porqué es tan distante y duro conmigo? ¿Porqué luego se vuelve una persona dulce?
¿Porqué empezó a besarme?
Simplemente este lío en mi cabeza que no para, se debe definitivamente a él.
***
— ¿Harry?
Por instinto, hace unos momentos, decidí seguirlo después de unos minutos de pensarlo. Pensé que podría molestarse o simplemente no hacer nada por mi presencia.
El motivo por el cual elegí buscarlo, fue porque necesito salir de aquí. De este raro lugar lleno de insectos y criaturas que comen carne humana. En especial, de noche.
Debo ir a trabajar. Desde anoche no sé absolutamente nada de mi padre o Liam y eso preocupa.
Pero que sabrás, Miranda. Eres tan genial. Atrapada en medio de bosque con la esperanza de informarse de su padre y amigo. Wow.
Toco la puerta de la habitación de Harry, la cual supongo que es. Como nadie contesta, me apoyo en la vieja puerta de espaldas con los brazos cruzados.
Las únicas puertas que veo en la segunda planta, son las únicas que hay. Sólo tres. El baño, la habitación en la que dormimos con Harry y la de él.
Veo la puerta del baño entreabierta y como está al frente, no veo nada. Segundo, no creo que esté en la habitación en la que nos quedamos, ¿o sí?
Avanzo un poco asomándome por la puerta abriéndola un poco, e hice un mínimo sonido muy notorio al abrir la puerta. Mierda.
— ¿Se te ofrece algo? — me sobresalto del susto y me alejo de la puerta rápidamente. Cuando volteo, lo veo parada tras de mí con las manos colocadas en su espalda baja y el típico ceño fruncido, lo cual lo hace ver muy atractivo. Noto que se ha cambiado de atuendo, a uno más... campestre o algo por el estilo.
— Mmh... no, sólo... — Retrocedo unos pasos, pero es inútil ya que él se acerca. Siento pequeñas corrientes eléctricas invadir mi espina dorsal y la adrenalina me corre por la sangre.
Mierda, Harry. ¿Porqué eres así?
¿Porqué me causas estas sensaciones si apenas te conozco anoche?
— Sólo... te e-estaba busca-cando. — susurro en tartamudeos.
— ¿Qué necesitas? — se acerca mucho más a mí y las manos me vuelven a sudar por segunda vez en el día. — Vamos, Miranda. Sé cuán nerviosa que te pongo. — susurra en mi oído y pone sus manos en mi cintura. Mierda. Mi corazón palpita con una rapidez inevitable. — Yo lo sé todo... — posa sus labios en mi cuello por vez consecutiva. Reparte diversos besos al rededor de mi cuello sin parar. La sensación es muy placentera y por alguna razón, llevo mis brazos alrededor de él y se apega más a mí.
¿Pero que estoy haciendo?
Sólo déjate llevar...
Vaya que este hombre besa más que bien.
Al menos en mi cuello.
Es una de las sensaciones más placenteras que he tenido.
La mejor que he tenido.
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Hunter » h.s
Fanfiction❝Entraste a mi vida así como así. Ahora enfrenta las consecuencias.❞ Todos los derechos reservados. [Historia au] ©bemytemporaryfix ↠↞