Parte VIII Frente a Frente

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Había pasado mucho tiempo y ya era hora de tomar una decisión, le tocaba a ella dar el paso y estar frente a Frente con maximiliano.

Viajó a Oxford y se hospedó en un hotel para descansar y poder ir a la empresa de maximiliano.

Una vez lista con una blusa blanca de seda y una falda de tubo negra, tacón mediano y cartera a juego emprendió el recorrido a las oficinas de su marido.

-Buenas tardes... Con el sr. Maximiliano por favor. - dice dirigiéndose a Amelía, pero es la otra chica quien contesta una muy bella pero un tanto grosera.

-Tienes cita concertada con él? porque de no ser así tendrás que venir en la fecha estipula por mí. - dice la joven mirandola de arriba abajo.

-No, no tengo cita pero estoy segura que él me podrá recibir hoy .- algo altanera juliet no soporta las mujeres groseras sin ninguna razón.

-Ya te dije que... - se detiene cuando la otra le agarra por el brazo para que callara.

-Disculpe como dijo que se llamaba? .- dice Amelía en tono amable.

-No he dicho mi nombre pero con gusto se lo puedo dar. - esta Sra. Si que sabe salir de un aprieto justamente cuando decide dar el nombre escucha ese tono de voz que tanto la estremece.

-Juliet? .- voltea y se encuentra con sus maravillosos ojos marrones.

-Hola.- este se le acerca y le pregunta a las dos mujeres.

-Porque no me habían avisado que mi esposa esta aquí Amelía? .- la cara de la joven se puso roja como un tomate.

-Disculpe Sr. No la reconocí, no volverá a pasar .- Amelía pidiendo disculpa con la mirada.

-Yo acabó de llegar no tuvieron tiempo de avisarte, porque tu llegaste .- dice esta con una gran sonrisa.. Su sonrisa, aquella que tanto le gustaba.

-Ok.... esta bien, podemos pasar para que estés cómoda?.- dice max colocándole una mano en la espalda.

- Si necesitó hablar contigo .- dice juliet

-Claro vamos por favor... no estoy para nadie .- entrando a su oficina y ayudándola a sentar.

-Como te has sentido? Te ves muy bien? .- maximiliano se siente muy nervioso parecía un colegial tratando de conquistar a una compañerita

- Estoy bien gracias a dios, maximiliano he venido porque me debo disculpar por mi comportamiento fui muy egoísta, mi padre me contó todo lo sucedido durante mi gravedad, la cual me mantuvo ajena a todo lo que los demás estaban pasando incluyéndote - maximiliano se puso rígido en su momento pensó que su suegro pudiera respetar su decisión de no decir nada.

-Si todos estábamos muy nerviosos, pensamos que te perderíamos y eso nos desespero a todos en su momento. - no quería irse de bruces no sabía que tanto le habían contado.

-Nerviosos claro, esa definición se queda muy corta al lado del hecho de que estabas dispuesto a darme tu corazón - el hecho de que aún él quisiera ocultárselo le molestaba.

- Bueno no se pudo .- max lo dice con una media sonrisa.

-Bueno no se pudo? Es lo único que piensas decirme? Tu ibas a morir y yo tendría que llevar eso en mi conciencia el resto de mis día... !!!Eso fue algo muy egoísta de tu parte, me salvas la vida y me condenas a vivir recordando cada día que llevó tu corazón dentro de mi. - juliet comenzó a temblar tan sólo pensar en el simple echó de saberlo muerto le daban las más grande ganas de vomitar.

Maximiliano se levanta de su asiento y llega donde esta ella.

-Oye tranquila no paso ok... Aquí estoy y lo mejor de todo es que tu también lo estas...pero por si las dudas una de la cláusulas para ser el donante, era que tu nunca te ibas a enterar que fui yo el donante. - maximiliano realmente era maquiavélico

La Culpable (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora