Capítulo 12

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Viendo aquellas palabras plasmadas en el papel no pude contener el ataque de pánico del que empezaba a ser víctima y como un reflejo tomé aquel mensaje haciéndolo puño con mi mano, salí corriendo de la habitación buscando a Joshua pero era más que inútil, él no estaba en la casa. Volví al cuarto donde me preparé para ir a la cárcel, necesitaba ver urgentemente a Jun y como nuevo obstáculo al llegar a la puerta choqué con una figura alta y masculina que no era de nadie más que de mi tío.

JS: ¿A dónde vas? -Dijo poniendo su mano sobre mi frente.- Se supone que estás enferma.

TN: Emm...es que Jun...me pidió que le llevara unos libros de la biblioteca a la casa de un amigo.

JS: ¿Qué hace Jun en casa de un amigo?

Me quedé sin habla por la presión que ponía mi tío sobre mí, no encontraba una excusa creíble hasta que mis neuronas hicieron click!

TN: Es que tiene que hacer una tarea y no vendrá a dormir hoy porque deben terminarla.

JS: ¿Acaso no sabe tu primo que estás enferma?

TN: Sí pero no me siento tan mal, tío.

Soltó un suspiro lleno de incredulidad mientras rodaba los ojos de una manera que solo lograba ponerme más nerviosa hasta que finalmente esbozó una pequeña sonrisa a la vez que asentía con levedad como señal de que podía ir donde mi primo, apenas rocé su mejilla en un "beso" y corrí buscando al chófer.

Sin demorar demasiado llegué a aquel sombrío e indeseable lugar, metí el papel en un bolsillo de mi sudadera y siendo su familia no tuve mayor problema para entrar a verlo. Viéndolo tras las rejas me lancé desesperadamente contra estas con lágrimas que se asomaban por mis ojos al contemplar al chico que tanto quería, a lo que Jun no puso resistencia en hacer lo mismo.

TN: ¡Jun! Te extraño tanto.- Mencioné con desesperación aferrándome a esos fríos barrotes que nos separaban.-

Jun: Basta, basta.- Dijo posando sus manos sobre mis mejillas intentando tranquilizarme.- ¿Qué haces aquí, princesa?

Suspiré bajo alejándome con lentitud para verle de mejor manera a la vez que sacaba el papel de mi sudadera. Cuidadosamente extendí el mensaje dejándolo sobre su diestra sin poder evitar que los nervios brotaran de cada poro de mi piel; una mirada confundida de su parte se centró en mí posiblemente también tenía temor o podía ser curiosidad, solo él lo sabría.

Jun: ¿Por esto viniste?

Simplemente asentí algo avergonzada y volví a acercarme sin controlar el pequeño temblor que hacía balancear mis piernas.

Jun: ¿Sabes quién fue?

TN: No, alguien que quiere lastimarme supongo.

Jun: Pronto lo averiguaremos y te protegeré.

Escuchándole, una calidez invadió mi corazón y al mismo tiempo la temperatura de su mano se centró en la mía, un suspiro de mayor tranquilidad me llevó hasta sus labios los que sin dudarlo salieron al encuentro con los míos entregándose en un dulce y suave beso pero un golpe en los barrotes de parte de un policía hizo que nos separáramos bruscamente, fruncí el ceño viendo a Jun.

Jun: Regresaré pronto.- Asentí nerviosamente mordiendo mi labial inferior.

TN: Te veo mañana.

Dije sin pensar siquiera en la mínima posibilidad de que en realidad me equivocaba, ni con la más obvia pista habría imaginado que todo daría un giro tan violento y peor ahora que era lo que menos necesitaba la familia.
Luego de unos minutos en el auto le pedí al chófer que se detuviera en la cafetería favorita de Jun, tenían unos chocolates cubiertos de canela y vainilla que le fascinaban, el regalo ideal para recibirlo nuevamente en casa.

Cuando volví al auto me sorprendí al ver al chófer atado de manos y pies y su boca totalmente cubierta, quise desatarlo pero antes de poder hacerlo una voz femenina me advirtió que no mientras una pistola me apuntaba por la espalda. Me lanzó una capucha para cubrirme la cabeza y así lo hice, me tomó las muñecas atadas con una soga y al terminar fue al volante. Continuamos andando alrededor de una hora o menos pero se sentía infinito.

Nos detuvimos, la chica nos bajó y me dejó delante de la puerta de una casa, apartamento, en realidad no estaba segura. Después de unos segundos de silencio se escuchó el espantoso sonido de un disparo, ella había matado al señor que me acompañaba ¡¿Qué clase de monstruo puede matar?!

XX: ¡Entra! -Ordenó en un grito.

Obedecí caminando torpemente sin saber a dónde me dirigía hasta que sentí como una patada en mi espalda me lanzó contra el piso y una carcajada llena de maldad y prepotencia se hizo presente.

XX: A ver idiota, arriba.- Dijo tomándome el brazo me puso de pie nuevamente.

TN: ¿Qué quieres de mí? -Cuestioné sin parecer tan asustada.

XX: Jun tiene una novia muy tonta.

¿Jun? Esta chica conocía más de lo que creí. Mi corazón palpitó con fuerza al escucharla y negué bajando la mirada.

TN: No soy su novia, soy su prima.

XX: Ya veo, aún no lo sabes. En fin, vamos a ponerte cómoda.

Me guió hasta una pequeña habitación que olía bastante mal y cerró la puerta dejándome totalmente a oscuras. Solté un suspiro antes de empezar a deslizarme contra la pared buscando algún interruptor pero todo fue inútil, no había nada, me senté en el suelo intentando apartar la capucha de mi cabeza pero nuevamente no conseguí nada.

Sin darme cuenta me había quedado dormida hasta que el sonido de la puerta abriéndose me desperté.

XX: Despierta princesita.

Esa voz me era tan familiar, no había notado que la escuchaba a diario pero ¿quién era? Desde que mis padres murieron en mi vida entraron muchos hombres aunque una sola mujer ¡KATIE!

TN: ¡Eres tú, maldita! -Le grité furiosa.

Katie: Al fin.- Se carcajeó quitándome la capucha.

TN: ¿Qué demonios quieres?

Katie: Solo jugar y recuperar algo que tu adorado Jun me robó.

TN: Jun no robaría nada.- Fruncí el ceño conteniendo la furia.

Katie: Me robó mucho, en especial mi corazón.

TN: ¿De qué hablas?

Katie: Yo fui su novia.

Diamante Roto/Jun y TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora