21.

17 1 0
                                    

Edward no pudo evitar sentirse avergonzado al saber que lo descubrieron. No quería que lo vieran pero era algo obvio cuando estaba dentro de la estancia, observando a ese cuerpo que lo volvía loco. No pudo evitar el pensar en aquel sueño que tuvo aquella vez donde ella le bailaba. Joder que fantasía más buena.

No pudo evitar excitares al verla bailar asi, Dios, que lo mataran ahora mismo si no quería poseerla con fervor.

Caminaban uno al lado del otro, nada incomodo, sin embargo estaba la duda de que hacia el en un sitio como ese y donde tenia que trabajar ella. Son tantas cosas y ninguno de los dos sabe como manejarlo. Ambos sienten ese cosquilleo en el estomago cundo se besan, cuando se tocan,
cuando se miran, pero Edward prometio no tocarla hasta que ella se sintiera completamente segura de sus sentimientos hacia el. No quería presionarla y que saliera huyendo. No podía permitir eso.

-Así que, ¿estas enseñando a esos chicos?-

Por primera vez no sabia de que hablar, se sentía nervioso y avergonzado.

-Si, el año pasado los ayude también pero fue tarde, no hubo tiempo para ensayar pero aun asi, montamos una coreografía sencilla- explico la chica.

-Y este año van a la segura- afirmo el

-Si, quiero que este año ganen, se lo merecen-

Vio la sonrisa en su cara, hermosa. Entonces comprendió que ella amaba el baile.

-¿Y tu, como es que pareciste aqui?- se atrevió a preguntar

Edward sonrio.

-Solo quería caminar un poco, fui a un bar cerca y camine y camine hasta que llegue a un banco, cuando vi a una muchacha con cabello rizado y alborotado, eras tu, tenias que ser tu, reconocería ese cuerpo y esa cabellera donde sea, así que te segui- explico

Sin saber que decir ella sonrió y negó con su cabeza.

-Vaya-

-¿A donde vas ahora?- pregunto, mientras tomaba un trago de su cerveza, esta ya estaba media tibia y sabia mas amarga de lo normal pero aun así se la tomo.

-Al mecanico, recuerda que ese es mi otro trabajo y va mucho tiempo que no voy- suspiro

A Edward no le agradaba la idea de que trabajara tanto, ella prácticamente no tenia vida. ¿Por que trabajaba tanto?

-No me gusta que trabajes tanto-

Su ceño se arrugo.

-No estoy pidiendo tu opinion, si no te gusta no es mi problema- argumento

Sintió la necesidad de defenderse. No le gustaba que la cuestionaran sobre lo que hacia o dejaba de hacer, era muy su problema. Siguió caminando, sin responder a las palabras de Edward. Varios minutos pasaron y llego al mecanico. El lugar, era uno de lo mas estables de todo el sitio, ademas el jefe era muy amigable y humilde, al igual que todos ahi.

-Maya, que grata sorpresa, pensaba que habías echo mejor vida y te habías olvidado de nosotros- bromeo

-Ni que estuviera soñando- sonrió e hicieron el típico
saludo de hombre macho, solo que ella era mujer y ya estaba acostumbrada a estrechar las manos con fuerza como si de un hombre se tratase.

Edward se quedo anonado, esa chica era impredecible. Rayos, se sentía mas enamorado que nunca. Tenia que arreglar la estupidez de hace rato. Salió de sus pensamientos al sentirse observado.

El dueño del local lo observaba detenidamente, se le veía por encima de la ropa que era un riquito que se creía que el mundo era de ellos. ¿Por que Maya lo trajo? ¿De donde se conocen?

Déjate Amar(Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora