Las cosas no pintaban tan bien como Edward le hacia creer a Maya. Algo no concordaba con las facturas de los autos, las cuentas. Nada estaba bien y eso le estaba causando un gran estrés.
Habían pasado varios días. Maya estaba resplandeciente, con una sonrisa hermosa. Era obvio que lo traía colgando de sus manos. Lo traía loco, desquiciado, baboseando por ella. Pero es que esa mujer era una diosa y no se refería en la cama porque ni siquiera duermen juntos, bueno, solo cuando ella tiene pesadillas, pero ese no es el caso, el punto es que ella es una diosa. En todo, en la cocina, en la casa, con el, en el baile, y aun se cuestionaba como era que esa mujer había llegado a su vida.
"Destino querido Edward"
QuizásLo cierto era que no le habia mencionado nada a Maya. Se pondría como loca al saber que algo iba mal en la empresa, tenia sus sospechas pero aun no quería decir nada. Tampoco quería mencionarle sobre unos anónimos que le estaban llegando que no eran nada alentaores.
Tenia que hacer algo pronto, sabia que si Maya se enteraba que el le ocultaba cosas se enojaría con el y esta vez no seria tan fácil volver a conquistarla o convencerla de que lo perdone.
Olvidandose de ese problema, se concentro firmando los cheques del mes que eran bastantes. Y asi pasaron horas y horas, los ojos le ardían por no descansar la vista, sentía las manos trincas y el calor que hacia no lo estaba ayudando.
A pesar de que afuera comenzaba a nevar, el sentía que estaba dentro de un sauna. Así que quito su saco, si su saco. Esa mañana había decidido ir como todo un empresario, con traje negro pero se estaba empezando a arrepentir.
Desabotono tres botones de su camisa y aflojo un poco su corbata. De pronto escucha la puerta abrirse y entra Maya con Sara.
Espera un momento ¿Sara?
Mira a Sara detenidamente porque todavía no puede creer que este ahi, justo a unos centímetros de el. La mira detalladamente, esta muy diferente a como era hace algunos años, el también cambio no solo en el físico, sino también en lo personal. Su cabello esta mas largo, esta mas desarrollada de cuerpo y su cara sigue igual, solo que un poco mas madura.
Salió de su trance al oír la voz de Maya.
-La señorita Sullivan solicita verlo, le dije que usted no quería visitas pero insiste-
Su voz estaba ronca y hasta ahora no se había dado cuenta de que sus ojos estaban acuosos y sus mejillas un poco rojas.
Sabia que era un error aceptar hablar con ella pero tenia que hacerlo. Hasta ahora no se había plantado la posibilidad de cerrar ese capitulo de su vida y esta era una buena oportunidad para hacerlo.
-Déjenos solos por favor y que nadie nos interrumpa Hernandez-
Ella solo asintió y salió de su oficina.
*
¿Hernandez? ¿Era una broma?
Aun estaba en schock por ver a esa mujer. Ella era una dama bella, alta, de unas piernas largas, cabello castaño, sin duda se veía una mujer con clase, se veía tan segura de si misma y Maya no lo dudo en ningún momento al ver su postura de seguridad y altanería.
Con voz arrogante pregunto por Edward y como si se creyese la reina de Inglaterra no espero a su contestación y tomo rumbo a la oficina por si sola. No solo tuvo que aguantar su desplante, si no también el que la tratara como a una criada, el que le recordara de donde venia, así con su elegancia y toda la cosa también tenia su lado malvado.
Como no, toda la gente de dinero es así, bueno no puede generalizar ya que Edward es una persona increíble al igual que su hermano y su madre pero muy pocos son así, se pueden contar con los dedos.
Lo mas que le dolió fue el ver como Edward quedaba hechizado con ella, se le salían los ojos e incluso pudo ver un brillo único, una mirada que jamas le había dado a ella. Y dolía.
Salió disparada al baño y lloro, lloro porque recordó de donde venia. Y no es que le diera vergüenza pero sabia que tenia que pasar por mucho para llegar al corazón de Edward. Aun no se explica como es que en tan poco tiempo pudo enamorarse tanto de Edward. De su sonrisa, de su voz, su cuerpo, sus ojos, de el.
Salió del cubículo y decidió que no lloraría por esa pequeña tontería. Seco sus lagrimas y sonrió con tristeza a su reflejo en el espejo olvidando lo que había pasado.
*
Con la mirada clavada en sus estudiantes, observaba como ellos iban perfeccionando sus pasos. De vez en cuando bailaba con ellos pero no tenia ánimos, ni siquiera estaba prestando tanta atención a lo que hacían.
-¡Maya! ¿Que tienes? Andas en otro mundo- Hablo Eliza
-No nada, cosas de la vida que no entenderías- acaricio su cabello
-Maya ya soy grande- se quejo
-Lo se pequeña- rió- tal vez te cuente en otro momento -
-Esta bien- bajo la voz
-Dejemos las tristezas a un lado y vamos a ensayar-
Había tomado un poco de animo y comenzó a bailar olvidando todo. Era una buena manera para olvidar todo al igual que cantar. Para ella era lo mas importante y Yadri por supuesto.
Pasaron horas y ya era de noche. Le daba un poquito de miedo andar por el barrio a esa hora, si, todos se conocían pero nadie sabe que desconocido andaría por ahí. Sentía algo raro, como si alguien la estuviera vigilando, miro a todos lados pero no vio nada. Pero ella no estaba loca así que se echo a correr por toda la cera y en efecto, dos figuras salieron disparadas detrás de ella.
Su corazón iba a millón, sentía que se le iba a salir del pecho. Sabia que iban tras ella y que eran mandados por Hill. El no la dejaría tranquila, el la quería para el y solo de el.
-¡Mierda!-
Se maldijo cuando se torció el tobillo y cayo al suelo. Por suerte les tenia bastante ventaja, pero eso no les sirvió de nada porque uno la apreso por los brazos y otro la encaro.
-Hola Maya-
Su voz era burlona.
-¿Quienes son? ¡Déjenme en paz!- grito forcejeando
-Cariño, te venimos a advertir que si no te alejas de Edward te va a ir muy mal o ¿quieres que su pequeño cerebro se llene de plomo?- con voz cantarina, le susurro cerca de sus labios
-No no no- negué repetidamente mientras las lagrimas bajaban por sus mejillas
-Ah, entonces aléjate de el y estará bien y tu mantente a raya, te estamos vigilando- beso su cuello y la soltó haciendo que cayera en el charco de agua.
¿Por que la vida tenia que ser tan injusta?
¿Por que no podía ser normal como las otras chavas?
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Déjate Amar(Pausada)
RomansaImalay. Una chica con muchos problemas. Uno de ellos el amor. Edward. Un hombre con la necesidad de encontrar a la mujer ideal. Capaz de luchar por lo que quiere. ¿Qué pasara cundo estos dos individuos se encuentren? ¿Se odiarán? ¿Lograra qué Imala...