Capitulo VIII

295 29 11
                                    

- No sabía qué hacer- admitió Chat estrechándola contra su pecho.-. Estaba tan desesperado por salvarte de esa cosa , que me llene de pánico, me inmovilice al no poder ver a la mariposa. No puedo siquiera imaginarme la presión que sentiste.

-¡Estaba muy asustada!- oculto su rostro en el felino, soltando las lágrimas de su pos-trauma.

-Lo sé- acaricio su azulado cabello con ternura.- Fuiste muy valiente, - levanto su rostro de su barbilla, limpiando, con su pulgar, las gotas que se escurrieron de sus ojos.- la manera en que capturaste al akuma, fue muy arriesgada e ingeniosa, nunca se me hubiera ocurrido.- termino con una sonrisa.

Ambos permanecieron en la misma posición un poco más de tiempo, el calor corporal que ambos se aportaban, calmaban sus nervios, borrando poco a poco lo que había pasado.

-¡Oh, por dios! ¿Ustedes están bien?- El sudor brotaba de la frente de Nino por correr lo más veloz que pudo, su respiración y latidos comenzaban a estabilizarse,- yo... lo siento- bajo la cabeza con culpa.- quise llegar antes pero, tuve que regresar al pasillo principal, justo después que te adelantaste, escuche a alguien acercándose, Nathalie, llego hace un momento, y al notar tu ausencia en el baile, vino a buscarte, así que tuve que inventarle que te surgió una necesidad fisiológica y que volverías en un momento. La escolte al jardín de nuevo, asegurándome de que no volviera.

-Enserio Nino, ¿fue lo mejor que se te ocurrió?, ¿ir al retrete?- la risa de Chat tomo lugar acabando con la atmósfera formada anterioriormente.

-Lo siento- El moreno mostraba un leve puchero- Fue lo primero que pensé.

-Bueno al menos sirvió para alejar a Nathalie, pero si ya está aquí, no puedo seguir haciéndola esperar.

-¿Quién es Nathalie?- El tono de Marinette no era de simple curiosidad si no dé, desconfianza.

-¿Celosa, My Lady?- La mirada de chat se volvió muy picara.

-Claro que no- el rojo de sus mejillas se asomó de nuevo por vergüenza.

-Es solo la consejera de mi padre, no hay razón para encelarse.- comento dando un pequeño toque en la nariz de la chica-Sera mejor que regresemos. ¡Nino, encárgate de esto!- Le ordeno al moreno, entregándole la copa con la que capturaron al akuma.- esto no lo mantendrá por siempre.

- Enseguida- asintió, obedeciendo al instante.

Chat tomo con sutileza la mano de Marinette, para dirigirla al jardín trasero, y no perderle de vista de nuevo. Desactivo su transformación a medio camino, sin soltarla en ningún instante. El tacto que el chico le dedicaba, provocaban cosquilleos en todo su cuerpo, sobre todo en su abdomen, ademas del intenso calor que  aun no desaparecía y se extendía por toda su cara. ¿Que le estaba pasando? se cuestionaba al mismo tiempo que evitaba seguir clavando su mirada en la nuca del joven.

-¡Adrien! ¿Dónde has estado?- pregunto una dama de mediana edad.

-Solo fui un momento al excusado, ¿No te lo dijo Nino?

- ¿Tu mayordomo? O si claro, pero al ser el anfitrión de la fiesta, deberías estar más pendiente y presente, a tu padre no le gustara oír sobre esto.

-Nathalie, no hay razón para que se entere, ya estoy aquí, prometo comportarme como es debido.

-De acuerdo- Nathalie hizo una pequeña pausa- lo dejare pasar por esta ocasión.

-Por cierto, ¿a que se debe tu anticipada visita?- Las pocas veces que recibía la inspección de la consejera era por órdenes de su padre, para asegurarse de que Adrien estuviera haciendo su trabajo. De hecho, estaba seguro de que ni ella ni su padre estaban enterados de que ofrecía una fiesta, mucho menos la causa.

AkumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora