Capitulo V

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-¿Chat noir?- cuestiono con duda. ¿No se suponia que veria al conde?. Ademas, apenas esta tarde que escucho por primera vez del reconocido héroe y ahora se hallaba charlando con el.- ¿El salvador del reino?

- El mismo.- contesto dándole un guiño.- Sé que estarás emocionada, y quieras preguntarme sobre mis logros, pero creo que la pregunta que más importa en este momento es, ¿Qué hace tan bella dama aquí?

¡Por fin! La respuesta que tanto estaba esperando.

-Sé que puedes ver akumas- revelo para después recargarse sobre el escritorio que tenía detrás.- Criaturas que poseen a las personas convirtiéndolas en demonios, la hipótesis no es del todo errónea, sin embargo hay más sobre el tema. Su forma es el de una mariposa negra, llamativa ante el ojo humano, se posan en alguna pertenencia de alguien que pase por un sentimiento de sufrimiento, akumatizandolo y convirtiéndolo en villano. La forma de derrotarlos es sacar el akuma del objeto, una tarea nada fácil, sobre todo por lo fuertes que se vuelven en cada pelea.

-¿De dónde provienen esas criaturas?- el tema le intrigaba obligándola a preguntar.

-Estoy seguro que no actúan por sí mismas, debe existir alguien en alguna parte del reino que las cree y les dé su objetivo.

-¿Por qué no solo lo acabas?- sugirió la chica, ¿acaso no es la solución más rápida?, acabar con el problema desde el origen.

-Créeme que lo he tenido en mis planes, lamentablemente desconozco su paradero. He intentado buscarlo, pero siempre surge un nuevo akuma que me impide seguir.- dijo apretando los puños.

-Lo siento, no conocía las circunstancias.- se sentía tonta por su pregunta, estaba juzgando apresuradamente, en que estaba pensando, claro que no sería tan fácil. Si algo debía de admirar era el valor que tenía el felino héroe para ser capaz de luchar y dar la vida por los demás. Ella nunca podría hacer lo mismo.

-No te disculpes, no es tu culpa- dijo dedicándole una sonrisa haciéndola sentir mejor- Sígueme, hay algo más.

Ambos se dirigieron a la siguiente puerta. Marinette no podía creer lo que veía, cientos de las mariposas que tanto le aterraban encerradas en una especie de jaula de cristal.

-Eh aquí tres años de trabajo.- Dijo Chat orgullosos- Cada una perteneciente a una dura batalla.

-Son Horribles- contesto la chica aferrándose a la espalda de Chat.

-No me diga que le teme a las mariposas my lady.- dijo en tono burlón.

-¡No es gracioso!

-Tiene razón, no lo es, se ven tan delicadas, cuando en verdad son muy peligrosas. – admitió a la vez que regresaban a la habitación anterior-Las he mantenido cautivas por tanto tiempo que no me percate que se habían vuelto tantas, temo por que un día logren liberarse causando caos de nuevo. Es por eso que usted está aquí.

-No tengo idea de que estás hablando.- se había calmado al no sentirse rodeada por las mariposas.

-Eres portadora de un kwami purificador.

-¿Cómo lo supiste? Espera, ¿Purificador?

-¿Aun no te explica nada?

-No, dice que él tiene que hacerlo.

-Sal pequeña, es el momento.- dijo ordeno dulcemente al pequeño kwami rojo para que saliera de su escondite.

-¡Tikki!- Marinette se encontraba pasmada de nuevo.

-Así que ese es su nombre- dijo el felino- ¿Alguna vez escuchaste acerca del destino o la misión de cada ser humano o criatura en este mundo?, bueno, es cierto, cada ser nace con un propósito, cuando los akumas atacaron, se me asigno un kwami, Plagg, para defender a las personas, pero ahora se están haciendo más poderosos, no puedo hacerlo yo solo, es por eso que has sido elegida para ayudarme.

Los kwamis son criaturas que nacen de sus portadores, son creados con las partes de personalidad que usualmente no mostramos, usándolas como material para crear nuestros trajes y perfeccionar los poderes, así como para ocultar nuestra identidad.

-¿También tendré un traje de gato?- pregunto curiosa.

-No- rio un poco- al ser nuestras personalidades diferentes los kwamis también lo son, tus poderes no serán iguales a los míos, mi especialidad es destruir y la tuya crear.

-Opuestos

-Así es, soy la mala suerte...

-Y yo la buena- dijo completando su frase.

-Lo estás entendiendo.- sonrió.

-¿A que te referías con la personalidad que usualmente no mostramos?

-Te daré un ejemplo, fui educado para ser refinado, sin diversión, pero cuando me convierto en Chat Noir puedo ser libre de formalismos, cambiamos de personalidad para proteger nuestra verdadera identidad.

-Eso quieres decir, ¿que tu verdadero tú no es como Chat noir?

-No del todo, forma parte de mí, solo que por cualquier circunstancia permanece oculta, aunque con el tiempo aprendes a ser las dos partes, una conjunción de ambos.

-Y ¿Qué pasaría si los kwamis toman una parte mala?

-No lo hacen, a diferencia de los akumas, los kwamis toman solo las virtudes. No hay de qué preocuparse.- sonrió de nuevo.

-No sé si deba hacerlo.

- Sé que es nuevo para ti, pero te necesito, no sé cómo es el funcionamiento de tus poderes, pues toma tiempo entenderlos, así que te ayudare a descubrirlo.

Marinette estaba dudosa, aceptar significaría enfrentar sus temores.

-No puedo hacerlo solo- repitió- con tu ayuda el trabajo sería más rápido.

-Te apresuras demasiado, yo no sé luchar.

-Aun aunque no domines tus habilidades, eres capaz de hacer algo que yo no puedo.

-¿Ah?

-Verlas.

-¿Qué?, ¿estás diciéndome que no puedes ver nada en la jaula de cristal?

-Sí, Plagg solo puede sentir su presencia a ciertas distancias.

-Entonces, ¿Cómo te das cuenta cuando atacan alguien?- Las cosas no podían ser más confusas.

-Solo me entero cuando la persona ya ha sido akumatizado, es por eso que te necesito, si podemos verlos iremos un paso adelante, evitando que se apoderen de alguien. Además, si logramos usar tu poder purificador, sanaríamos a los akumas, volviéndolos inofensivas mariposas. Que dices, ¿Lo harás?

-Yo...- esta sensación, era el mismo presentimiento de que debía hacerlo, ya la había sentido antes cuando se mudó de casa.- Lo hare.

-Perfecto.- se sentía feliz ante su respuesta, así que la abrazo, desde que la conoció un sentimiento de seguridad y esperanza lo había abordado, el tacto de ambos era tan placentero que no querían que terminara.

-Señor- Interrumpió Nino, finalizando el momento.-La fiesta esta por dar inicio.

Chat Tomo a Marinette de la mano y se dirigió a la salida siendo seguidos por el moreno.

-¡Plagg, Destransfórmame! - dijo liberando a una pequeña criatura de su anillo.

El traje negro desapareció, dejando a su vez a un apuesto joven rubio con ojos verdes.

-Señorita Dupain- anuncio Nino- Le presento a Adrien Agreste, el conde.

-Un placer- dijo Adrien besando el dorso de la mano de la chica- My lady.

AkumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora