Parte 11.

34 5 3
                                    

Por una vez después de todo me levanté, pero no para ir a trabajar, y tampoco para no hacer nada, me levanté para irme, porque si ni siquiera el día más importante de mi trabajo podía hacerme feliz relativamente no lo haría nada, no estaba ni nerviosa, ni desesperada, no estaba nada.

Cogí mi cazadora tan pronto como terminé de peinar mi pelo, y me fui, no necesitaba nada más, solo a mí misma.

Estuve andando por minutos, tal vez por horas, tenía la mente en blanco, y las manos en los bolsillos debido al frío, a veces veía pasar un coche, a veces veía a lo lejos una casa, otras solo veía mi mente en blanco, incapaz de pensar, de sentir, ni el frío que recorría mi cuerpo era lo suficiente fuerte para percatarlo. Nada era demasiado fuerte.

No sabía que hora era cuando escuché un coche frenar detrás mía, empecé a andar más fuerte.

-Jhon.- Dijo la voz que menos quería escuchar, la voz que hacía que me percatase por todo, y a la vez por nada, la que hacía que yo estuviera así.- Me llamo Jhon, solo Jhon.- Me repitió.

-¿Qué haces aquí?.-Contesté, dándome cuenta de que mis piernas se había paralizado, que no me quería ir de allí.

-Te llevo persiguiendo desde hace media hora, supuse que sabías que era yo, porque no mirabas para atrás, pero ahora veo que verdaderamente conseguiste olvidarme hasta ni ver que estoy detrás tuya.

-Eso no contesta mi pregunta.- Dije sin mirar atrás.

-Te contesto si te digo que me llamo Jhon. Porque realmente digo que quiero que me conozcas, que no me olvido de ti, y cuando digo de ti, me refiero a ti.-Suspiró.-No quiero perderte de nuevo.- Dijo en un tono inaudible, más para si mismo que para mi, conque hice oídos sordos.

-Yo no quiero conocerte.-Respondí secamente, no le había mentido en ello, no quería darle el poder de hacerme daño de nuevo.

-Comprendo, pero yo a ti sí, y se que no debí hacerte eso, pero a veces me cuesta pensar con claridad, me cuesta pensar que vivo en el presente y no en un pasado, se que debería aclarar mis ideas, pero mi mente es un enredo imposible de desenredar, donde todo se me escapa de las manos.

-Yo no quiero formar parte de ese caos.-Dije secamente, cansada.

-Lo formas antes de que supieras, lo formas desde mucho antes de que me conocieras, porque tu formaste ese enredo que me sacaba de quicio, y ahora eres tú quien debes desenredarlo.

-Yo nunca podría causar eso en ti, pero si la persona que crees que soy, pero esa no soy yo, a veces las personas tendemos a ver algo de una forma, aun siendo de otra, tu me ves como una replica equívoca de tu ex novia, y por ello me tienes como la obsesiona, ese nudo no lo cree yo, lo creo la persona que te dejo así, viviendo en algo que no es, y lo siento por ser yo quien te habrá los ojos, pero nunca sería yo, y terminaría siendo tu decepción.- Tenía ojos en lagrimas y frío en las mejillas, tenía un nudo en la garganta y ganas de terminar borracha, para olvidar el dolor y estar por un rato mejor.

-Tu mente te nubla, yo me he acostumbrado, pues me sucede todos los días, pero tú no, tus ideas están claras y tu mente en blanco, eso no quiere decir que pueda nublarse por alguna confusión. Olvidas algo de tu vida, olvidas mi existencia. Simplemente eso para ti es un misterio, pero te aseguro que llevo esperando este momento desde hace tiempo, y por ello vivo en el pasado años, y cuando te veo, cuando te veo vivo en el presente.

-No se de queme hablas.- Grite asustada.

- No debes saberlo todavía, solo debes dejar que permanezca a tu lado.  

-Tengo miedo a intentar darte mi vida, cono solo un día destrozaste todo, y me gusta ir sobreseguro, nunca he conocido otra manera de vivir, sin riesgos.

-Eso puede cambiar. No te diré que no puedo hacerte daño, suelo alejar a la gente de mi vida, duele, pero no es porque quiero. Llevo mucho tiempo desaparecido, buscando un sentido de la vida, buscando el razón de mi existencia, el por qué de tanto dolor.

-El dolor no entiende de razones. 

-Ya se entonces porque no encontré la solución, simplemente tengo mala suerte.- Miraba el suelo con las manos en los bolsillos, sonriendo amargamente.

-Tal vez sea el karma.- Contesté despreocupadamente. Con él era fácil decir lo primero que te venía a la cabeza, a diferencia de otras personas.

-Tal vez lo sea.- Había perdido esa sonrisa, y tenía los ojos brillantes, como si quisiera llorar.-Dime que no te alejarás de mi.

-Eres mi perdición.

-Me alegra serlo. Espero que no te pierdas en mi caos. Bienvenida.- Mostraba su esplendida sonrisa, riendo, felizmente, parecía que no tenía preocupaciones, la sonrisa le llegaba a los ojos, y era entrañable verlo así.

Fuimos a su coche y estuvimos cantando todo el camino de vuelta a mi casa, con la música a todo volumen y riendo sin parar, no podíamos dejar de hacerlo, y ni sabíamos por qué, pero era lo mejor que pude tener en toda mi vida, y no quería que terminase.

Veíamos las casas pasar borrosamente a causa de la velocidad, descontroladamente, y el estómago me dolía de tanto reír, y eso era algo desconocido para mí.

Desde pequeña me sentía feliz sacando la mano por la ventanilla, supongo que me daba sensación de libertad, el sentir el aire entre mis dedos, abrazándome, y desde siempre lo hacía, con ello me sentía feliz, con la velocidad. Supongo que era a causa de que mi vida iba todo en cámara lenta, nunca viví el desenfreno en primera persona, nunca me portaba mal, aunque tampoco recuerdo tanto de mi adolescencia, solo las largas horas de estudio y las madrugadas tomando café.

-¿Qué piensas?.-Me despertó de mis sueños Jhon.

-En mi adolescencia, en mi vida, nunca he sido la chica que quería ser, simplemente era yo, corriente, sin llevar mi vida a limites o hacer algo fuera de lo normal.

Su sonrisa por un momento pareció desvanecerse, por un segundo pensé que la tristeza le iba a invadir por algo que yo hubiera dicho pero que yo no entendía el mal de ello. Pero volvió a sonreír y me tranquilizó.

-La vida no resulta ser tan interesante después de todo, tendemos a pensar en vivir día a día el presente con el temor de no vivir al día siguiente, cuando en verdad es bueno arriesgarse mirando el futuro, todos miramos el futuro en nuestros actos, dependemos de ello, por lo que la vida puede llevarte a la monotonía un día y enloquecerte al siguiente, todo en grandes cantidades es malo, hasta la lujuria.- Tal vez sus palabras llevasen la razón después de todo.

-Esa es la filosofía de la vida.

-Esa es mi filosofía de vida, cada uno tiene su punto de mira, y yo no puedo dar mucho ejemplo, siempre he vivido en el pasado y no se decirte sobre las personas en general, cada uno tiende a vivir en donde prefiere, algunos miran el presente como si se aferrase a ello para vivir, otros miran el futuro desesperados para llegar hasta él, planificando su muerte sin vivir su vida, pero supongo que de todos modos el atenerse a algo es tan malo como no atenerse.

CasetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora