7

669 54 9
                                    


Hiiiiiii niñaaaas ps aqui estoy con un nuevo cap creo q el mas largo hasta ahora. disfrutenlo y ya saben denle a la estrellita comenten y compartan si les esta gustando




Minho no podía apartar la mirada de la pareja. Había estado dispuesto a presentarse y reclamar su premio, pero ¿así? No, así no. No había quedado con ningún hombre, allí solo estaba el (una versión
más joven y menos preocupada de el hombre que había encontrado la forma de volverlo loco) y un niño pequeño. Ambos reían y patinaban sobre aquella superficie helada, deslizándose como si estuvieran acostumbrados a hacerlo a diario, con un equilibrio casi perfecto.

—Mírame, mami. ¡Puedo dar una vuelta yo solo!

Algo se encogió en su interior y se apresuró a buscar a su alrededor. Un hombre como el, la belleza
de aquella versión de Kibum, no podía estar solo, pertenecería a alguien. Estaba totalmente seguro de ello. Trató de permanecer estático, vigilar el tiempo necesario para descubrir el misterio que lo envolvía, pero no era un hombre suficientemente paciente, tenía que 
hacer algo, ponerse en marcha y lo haría ya.

Avanzó hacia la pista con furia, ignorando las risas de aquellos dos que había estado observando y la 
sorpresa en los rostros del resto de patinadores. Lo miraban con curiosidad y fastidio, sospechando
 que no era tan feliz como todos ellos, que no estaba disfrutando ni una mierda de aquella jornada 
navideña.

—Señor Kim —pronunció con voz de mando, haciendo que se girara sobresaltado y el niño patinara hasta Key, ocultándose entre sus piernas y mirándolo entre retador y asustado.

—¿Me has estado siguiendo? —Abrazó a su hijo como si él fuera un ogro, un asesino en serie o algo 
peor—. Le repito, si se empeña en seguir con esta actitud...

—¿Pasa algo, mami? —La voz del niño estaba al borde de las lágrimas, como si pudiera sentir la
incomodidad de su omma.

—No, mi amor, no pasa nada. —Se acuclilló quedando a su altura y lo peinó, ignorando la presencia
de Minho. Sonrió a su hijo y lo besó, susurrando—. Este señor tan enfadado es mi jefe, seguramente
habrá venido a patinar y nos hemos encontrado.

El niño asintió, muy serio, miró de reojo a Minho, después a su omma, lo abrazó y susurró en su oído:

—El señor jefe da  miedo mami. Kibum sonrió y lo achuchó asintiendo:

—Estoy completamente de acuerdo contigo. —Le colocó el gorro y le pidió—. ¿Por qué no patinas un
poco? Yo te estaré viendo justo desde aquí, pero ten mucho cuidado y si te asustas, llámame.

Yoogeun asintió.

—Vale —Miró a Minho, reconociendo su presencia y preguntó—:¿Tienes algún niño para jugar?

Minho negó, manteniendo las distancias, se sentía celoso ante el cariñoso tono que había empleado
con su hijo, podía percibir lo mucho que lo quería y no logró evitar la incómoda sensación de que
sería un gran impedimento entre ellos. A Minho no le gustaban los niños y no pretendía tenerlos cerca.

Lo miró. Seguía serio y quizá estuviera también un poco pálido. El pequeño ni se inmutó, se encogió de hombros y enseguida fue a patinar uniéndose a un grupo de niños con el que habían estado hacía un rato.

—Tienes un hijo —pronunció sin perder de vista al pequeño. Había molestia en su tono.

Kibum se envaró.

—No es asunto tuyo. Es mi vida privada y no te incumbe.

—Ahí te equivocas. Tu vida privada tiene mucho que ver conmigo — se tomó su tiempo, pero finalmente posó los ojos sobre Key—. Más ahora, que he decidido seducirte. Vas a ser mi próximo compañero de cama y juegos. Kibum lo miró boquiabierto primero, después incrédulo y finalmente furioso.

Un beso bajo el muérdago- (MINKEY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora