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Olas aqui otro cap ya llegamos a la mitad de la historia chicas. Es pero les guste comenten y si les gusta no olviden darle a la estrellita. Nos vemos en el prox capitulo




—¿Todo va bien? —preguntó su madre con gesto de preocupación. Si había alguien que

detectara sus diferentes estados de ánimo, por más que el tratara de ocultarlos y disimular, esa era

ella.

Había aprovechado que el niño estaba en el jardín con el abuelo, probando la nueva bici, para

acercarse y hablar con su hijo.

—Todo... —Lo miró y sintió cómo las lágrimas anegaban sus ojos—. Todo es una mierda,

mamá. Todo. Mi jefe se ha obsesionado conmigo y no me deja tranquilo. Quiere acostarse conmigo,

claro, no es que pretenda algo más decente. —Se llevó las manos a la cara y se frotó la sien y los

ojos, tratando de aliviar su dolor de cabeza.

—No tienes que hacer nada que no quieras hacer, Bummie —le recordó la mujer mayor, con tono

tranquilo—. Nadie puede obligarte a enamorarte o desear a alguien.

—Dudo poder enamorarme otra vez. Menos de alguien que se parece tanto a Jonghyun. Ya he

pasado ese aro una vez, no quiero tropezar de nuevo con la misma piedra y caer. Porque dudo ser

capaz de salir de ese agujero otra vez. —Parecía derrotado, nervioso y asustado, porque lo estaba.

Deseaba ser niño de nuevo, para achuchar a la mujer que le había dado la vida y pedirle, en silencio,

que arreglara todo por el, como solía hacer en otros tiempos. Odiaba ser un adulto—. Lo único

bueno que me ha pasado en la vida es Yoogeun, todo lo que hago es por él, pero no sé si podré 

hacer frente a Minho y salir con el corazón entero de esto.

—¿En qué has pensado?

Su madre lo conocía tan bien que a veces le daba miedo.

—Quizá deba dimitir. Dejar este trabajo y buscar otro.

—Si crees que es la mejor solución, hazlo. A tu padre no le vendrá mal otro par de manos en la

juguetería. El sueldo no será muy grande, pero... saldremos adelante. Como siempre hemos hecho.

—Lo sé, mamá. Lo sé, pero no quiero darle más problemas a papá, se preocupa mucho y ya

debería pensar en jubilarse, no en resolver mis asuntos. Eso no es justo para él.

—Tampoco es justo para ti lo que está sucediendo. Decidas lo que decidas estará bien, te

apoyaremos —prometió su madre con convicción.

Sabía que lo decía de corazón, pero estaba cansado de tener que depender de otros para

resolver su vida y todo por un calentón. ¿No era capaz de contener su libido? ¿O su orgullo? Si no

hubiera sentido la necesidad de demostrar nada, ahora no estaría en ese lío. El jefe la habría besado

Un beso bajo el muérdago- (MINKEY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora