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Aqui otro cap. Espero les guste *.*



No supo qué se apoderó de el, pero una vez sintió la calidez del
hombre que la acompañaba no pudo detenerse. El calor y la embriaguez de la pasión lo emborracharon, llevándolo al abismo. A tomar una decisión en un solo segundo que podía alterar todo su mundo, pero de la que no quería retractarse. Quería estar con Minho, esa noche, en su casa y mañana seguir adelante, sin mirar atrás.

No iba a aprovecharse de el, ni al revés tampoco, sería un intercambio. Tendrían lo que en el fondo los dos deseaban, sin
recriminaciones ni dolor. Solo placer.

Uno muy intenso por lo que parecía.

La lengua de Minho dibujaba un recorrido por su cuello, volviéndolo
loco con aquellos escalofríos que enviaban a cada diminuta célula de su muy acalorado cuerpo. Ladeó el cuello lo suficiente para dejarle hacer. Su boca era mágica y sus manos también, parecían estar en todas partes al mismo tiempo, conociendo, palpando, excitando.

Si aquello duraba mucho, olvidaría hasta su propio nombre.

Kibum no se quedó quieto, sino que también lo acarició. Mordió el
lóbulo de su oreja mientras sus dedos recorrían toda el terreno que
quedaba a su disposición. Le arañó la espalda antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo, reclamando en silencio más intensidad. Lo quería todo y no era momento de guardarse nada.

Ninguno de los dos tenía derecho a hacerlo.

-Voy a romper con todo lo que crees saber sobre mí, Key.

Por algún motivo extraño, el hecho de que lo llamará así lo volvía
más salvaje. Su cuerpo se retorcía de ansiedad, ansiando el contacto.

Necesitando sentirlo desnudo sobre el, dentro de el, a su espalda. En
todas las formas y posturas imaginables.

Quería que se entregara a fondo y dejar una marca profunda en él.

Podía ser padre soltero, podía haber renunciado al amor, pero siempre
había sido un hombre apasionado. Le gustaba el sexo y disfrutaba con él.

Minho era su compañero perfecto.

-Tú no sabes nada, Minho. Vas a flipar.

Minho rio llenó de impaciencia y deseo, lo levantó en brazos sin
aparente esfuerzo y se lo llevó a la cama.

Una vez allí, perder la ropa fue cuestión de segundos y en el instante en que Kibum sintió aquel duro cuerpo pegado al suyo, cerró los ojos para soportar la intensidad, eso era lo que tanto había echado de menos, eso era sin lo que iba a vivir durante el resto de su vida.

-¿Estás bien, Key ? -había preocupación y excitación en la voz,
pero primó la primera, descolocándolo.

Kibum abrió los ojos, lo miró, tomó su rostro en sus manos y lo
acercó a su boca para besarlo, después asintió.

-Nunca he estado mejor, Minho.

No necesitó más. Sus labios descendieron una vez más a su ya
necesitado cuerpo, probando cada centímetro de Kibum, lamiendo y
degustando. Se detuvo en sus pezones mientras le daba placer. Sus dedos se internaron en su entrepierna poseyendo, haciéndose el único y el auténtico dueño de aquellos dominios.

Escuchaba sus propios gemidos, junto a los gruñidos de Minho y para
cuando se fundieron en un solo ser, Kibum se dio cuenta de que podía ser el último, pero había opacado al resto.

-Sí. Sí. No te detengas.

-Jamás lo haré -aseguró Minho mientras iniciaba el lento y erótico
vaivén, ansioso por reclamarlo.

Un beso bajo el muérdago- (MINKEY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora