Tweet 29.

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- Oriana.

- Quiero dormir.

- Si querés seguí durmiendo y yo le digo a ese bombón que preferiste dormir antes que verlo a él.

Abrí los ojos de golpe.

- ¿QUÉ?

-Julián, abajo. Apurate antes de que mamá lo espante.

Me levanté de golpe y fui al baño, hice todo lo que tenía que hacer y me vestí. Bajé literalmente corriendo.
Hacía un mes desde que nos conocíamos y nos estabamos volviendo muy buenos amigos, me gustaba eso.

- Buen día.

-Son las dos de la tarde -me respondió mí mamá.

¿Dos? Perfecto.

- Él vino a invitarte a tomar un helado, pero vos dormías, como siempre.

- Mamá... Callate, gracias.

- ¡MAMÁ! -gritó Tiziana. La amo fuerte.

- Ya vuelvo.

- Nosotros ya nos vamos. -sonreí y agarré a Julián del braza, arrastrándolo a la puerta.

- Hola, no?

- Sí -reí- hola.

- ¿Vamos a tomar un helado?

- Si tarado. -dije empezando a caminar.

Y justo ahí vi algo que me derrumbó, hablo enserio. Pablo, mi vecino, mejor amigo, compañero de mateadas, consejero, un hermano para mí, siendo arrastrado por dos tipos a una ambulancia mientras forcejeaba. Corrí a hablar con su mamá, dejando sólo a Julián.

- ¿Qu- qué pasó? -las palabras apenas me salían.

- Lo internan. -Respondió calmada, esta mujer me irritaba.

- ¿POR QUÉ? -me empecé a alterar.

- PORQUE ESTÁ ANORÉXICO, PORQUE ES UN SUICIDA DEL ORTO, POR ESO, ESTÚPIDA.

- NO PODÉS HACERLE ESTO, ÉL NO PUEDE IR A AHÍ.

Pablo no podía estar ahí encerrado meses y meses. Yo sé que él no lo soportaría, extrañaría todo, se pondría más depresivo.

- SI PUEDO, SOY SU MADRE Y PUEDO HACER LO QUE QUIERA, TODAVÍA ES MENOR.

- PREOCUPATE POR TU VIDA DE PUTA, QUE AHÍ TE VA MEJOR QUE COMO MADRE, Y PROCURÁ USAR FORRO.

- CERRÁ EL ORTO, MALEDUCADA.

No iba a contestarle, suspiré.
Corrí hasta la ambulancia pero cerraron la puerta en mi cara y se fueron rápidamente. Caí en el piso viendo la ambulancia alejarse mientras mis ojos se cristalizaban inundándose de lágrimas. Julián me agarró de los hombros y me sentó en el cordón.

- Ori... Qué pasa?

- Él... Pablo... No, no puede. No lo merece. -no entendía ni que decía yo misma.

- Respirá y hablá claro. -dijo pasando sus pulgares por mis mejillas húmedas.

No procesaba sus palabras rápido, estaba shockeada y necesitaba hacer algo, pero sin la firma de su madre no podía hacer nada. La odiaba.

- Lo están internando a Pablo, por la anorexia. Él... No puede estar ahí, no lo merece, es horrible ese lugar. -dije respirando pausadamente, tratando de dejar de llorar.

Será exagerado para muchos pero yo quería romper todo, para mí ese lugar era una tortura.

- ¿Por qué decís que es horrible? ¿Estuviste ahí?

Twitteame una indirecta. || Orian. ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora