Mientras tanto, yo y Liam ya habíamos llegado al edificio.
-¿Me vas a decir que te hace pensar que tu padre engaña a tu madre?- susurré en tono bajo mientras bajábamos del auto.
-Escuché a mi padre con alguien... haciendo eso- dijo sonrojado, yo alcé las cejas algo incrédulo.
-¿No podría estar haciéndolo con tu madre?
-¡Mi madre es muda!- me recordó enojado mientras se cruzaba de brazos.
-¿Con quien crees que la engaña?- pregunté, ambos seguíamos en el estacionamiento mientras yo trataba de entender a que venía todo esto y Liam trataba de hacer un plan.
-Con su secretario, los ruidos que se escuchaban... eran de dos hombres- se mordió el labio mirando el suelo. Yo lo miré algo incomodo.
-¿Te molesta que tu padre pueda ser gay?- murmuré.
-¡No!- chilló -¡O si!- dijo cansado -¡Es que esta casado con mamá! ¡y ella no se merece que él le haga esto!- se quejó moviendo los brazos para probar su punto. Liam suspiró encogiéndose de hombros volviendo su mirada al suelo.
-Hey, podría ser un mal entendido- susurré para calmarlo poniendo una mano sobre su hombro -¿Qué hiciste cuando... escuchaste eso?- pregunté algo abochornado, él se sonrojó furiosamente.
-Toqué la puerta...- dijo mirándome.
-¿Quién salió?
-Mi papá- habló abochornado -Y estaba... con la ropa algo desarreglada- murmuró.
-¿Hay otra salida de esa parte de la casa además de la puerta por donde entraste?- pregunté, había que tener todas las pruebas sobre la mesa.
-Si, la escalera... luego de saludarlo subí por ahí y lleva al pasillo, luego esta el salón de gimnasia o el salón de juegos- explicó.
-¿Quienes estaban en esos lugares?
-Mi mamá en el salón de gimnasia y la sirvienta en el salón, ya sabes, limpiándolo- dijo pasándose la mano por el cabello, algo ansioso. Yo asentí.
-¿Y que tiene que ver el secretario en todo esto?
-¡no lo sé! Pero creo que eran gemidos de chico- dijo cerrando sus ojos nervioso.
-Tal vez era de chica y más roncos o escuchaste mal o era la televisión- expliqué mi teoría. No sé ni siquiera porque estábamos aquí si en menos de veinte minutos su padre salía del trabajo para volver a su casa.
-¿¡Por qué sería la televisión?!- se quejó.
-Hay una televisión en esa sala y, bueno, todos alguna vez vemos porno- dije un poco abochornado mirando para otro lado mientras cambiaba mi peso de pie en pie de manera nerviosa.
-¿¡Y porque estaría desarreglado!?- preguntó frunciendo el ceño.
-Tu sabes lo que hace la gente cuando lo ve- dije moviendo un poco las cejas haciéndolo sonrojar, Liam miró para otro lado nervioso, no pude evitar reír un poco ante eso mientras picaba una de sus mejillas mientras él me daba un manotazo para que no lo hiciera. La incomodidad se había ido.
-¡Pero puede engañarla con la sirvienta!- volvió al ataque, yo negué con la cabeza.
-Ella no hubiera tenido el tiempo para subir las escaleras, sacar los elementos de limpieza y limpiar el inmenso salón antes de los cinco minutos en los cuales tu entraste para ver- ¡Era lógico! Al parecer Liam se había dejado llevar por su imaginación y miedo otra vez. El suspiró rendido.
-Papá saldrá en pocos minutos- dijo viendo la hora, yo asentí y ambos volvimos a subir al auto, gastamos gasolina para nada, pero al menos Liam estaba más tranquilo y eso valía la pena.
-Aparca el auto aquí- susurró señalando un lugar que estaba medio escondido entre las sombras, yo levanté una ceja.
-¿Por qué?
-Seguiremos a papá cuando salga- dijo frunciendo un poco el ceño -Quiero saber si se va directo a casa- siguió hablando. Yo rodé los ojos divertido.
-Pareces su madre- dije riendo, él me pego un manotazo que logré esquivar aún riendo, pero igual le hice caso y aparque en el lugar señalado. Ambos nos quedamos callados esperando ver pasar el auto tan reconocible del padre de Liam.
Yo aproveché para mirarlo de reojo, Liam tenía su cabello despeinado y tenía apenas unas marcas de ojeras debajo de sus ojos, seguramente ayer se había quedado largo rato jugando con la computadora, traía una playera normal de color negro junto con su chaleco que lo hacía ver un poco más grande de lo que era, además de unos pantalones de jean que le quedaban bastante bien.
No es como que si yo fuera un pervertido que lo mira cada vez que puedo, porque realmente no lo soy. Pero si muchas veces le presto más atención de la necesaria.,
-¡Ahí esta!- exclamó de pronto sacándome de mis pensamientos, tragando saliva un poco nervioso arranque. Con suerte el señor no se daba cuenta que lo estábamos siguiendo o, mucho peor, creyera que lo estamos siguiendo para robarle.
Aparque en frente de su mansión unos segundos después que el señor, Liam bajó del auto rápidamente casi corriendo hacia adentro.
-¡Hola, papá!- dijo feliz mientras lo abrazaba, yo entré justo cuando el señor le estaba devolviendo el abrazo. Yo rodé los ojos, era increíble que hacía unos segundos lo estábamos siguiendo porque Liam desconfiaba de su fidelidad hacia su madre y ahora estuviera abrazándolo como que si nunca hubiera sospechado de él.
-Buenas tardes, hijo- saludó. El señor era un poco más alto que yo, su porte era elegante y su cabello castaño claro lo tenía cortado parejo y ordenado, sus ojos eran grises oscuros y, en ese momento, estaba vestido de traje.
-Señor- saludé con un asentimiento apenas Liam se separó de él, él me medio sonrió también saludándome.
-¿Y tu madre?- le preguntó con dulzura.
-En la sala de música- respondió sonriente el rubio, el señor asintió antes de dirigirse hacia las escaleras. Ambos nos miramos cuando él desapareció -¡Vamos a ver que va a decirle!- dijo contento mientras me señalaba hacia arriba.
-¿Los vamos a espiar?- dije incrédulo más Liam solo me sonrió mientras empezaba a subir las escaleras, yo negué con la cabeza en desaprobación pero igualmente lo seguí, nunca dejaba ir solo a Liam a ninguna misión.
Cuando llegamos a la puerta del salón de música la abrimos apenas un poquito para verlos.
La melodía que se escuchaba no la supe definir, pero por lo que veíamos la dama estaba tocando el piano y el señor la estaba escuchando a una distancia prudente, en un momento la madre de Liam dejo de tocar desviando su mirada hacia donde estaba su marido, ella ya lo había visto entrar. Él le sonrió antes de acercarse y ella le respondió con el mismo gesto.
-Buenas tardes- saludó de manera galante mientras besaba su mano, ella le sonrió asintiendo mientras él se sentaba a su lado. Ambos quedaron en silencio unos segundos antes de que el hombre sacara una caja que no lo habíamos visto traer y se la entregara, la dama la tomó entre sus manos curiosa mientras la abría sonriendo un poco más al ver que se trataba de una rosa de color rosado. Cuando ambos entrelazaron sus manos mirándose con ese brillo especial en los ojos decidí que nos estamos entrometiendo demasiado.
-Vayámonos- susurré jalando un poco a Liam, él asintió dócil mientras nos dirigíamos a su habitación para no molestar.
Mientras nosotros estábamos en la habitación ellos seguían en el mismo salón.
-Te amo- susurró él mientras acariciaba la mejilla de su esposa, ella le sonrió con dulzura incorporándose un poco mientras se besaban, cuando se separaron ambos se miraron a los ojos unos segundos más. El padre de Liam la abrazó con delicadeza haciendo que ella apoyara su rostro en su pecho, devolviendo el abrazo.
-Yo también te amo- susurró en una voz baja y ahogada por el pecho del mayor.
.
En otro lugar de la ciudad Fede e Ian caminaban tranquilamente, saliendo de un restaurante que no era muy caro.
Ian tenía el cabello castaño oscuro y sus ojos eran verdes, sus rasgos se veían maduros marcando los dieciocho años que ya gozaba.
Ambos estaban vestidos con ropa normal y caminaban muy cerca del otro, pero sin tocarse.
-No sé porque me trajiste a un restaurante barato- se quejó Fede mientras fruncía el ceño.
-Su atmósfera es buena, que sea más barato no lo hace malo- dijo tranquilamente Ian -Además ir a los restaurantes que estamos acostumbrados ¿Qué tendría de especial?- habló sinceramente, el pelinegro resopló mientras se encogía de hombros algo molesto. No le gustaba ser tan flexible con los demás.
Frunciendo un poco el ceño, el de ojos castaños acercó su mano a la del otro tomándola. Ian lo miró sorprendido pero no oculto su sonrisa mientras entrelazaba su mano con la de su pareja.
-Eres realmente guapo- medio sonrió apretando un poco su mano.
-Tu también- susurró Federic mirando para otro lado mientras se mordía el labio. Ian se detuvo de pronto dándose vuelta para mirar al primo de Liam, luego se inclinó besándolo, el pelinegro cerro levemente los ojos aceptando el beso.
-Te amo- murmuró el más bajo suspirando.
-Yo también- y un poco más cerca ambos siguieron caminando con las manos entrelazadas.
Si, porque se habían gustado desde los doce, se querían desde los quince y empezaron a amarse a los dieciocho.
Pudieron haber sido una pareja desde hacía tiempo, pero no habían dado ningún paso hacia ese momento.
¿Quién dice que el primer amor no puede ser para siempre?
.
.
Gracias por leer :3
¿Que les pareció el capítulo?
La madre de Liam no es muda (?)

ESTÁS LEYENDO
Piezas de una misma historia /Yaoi/
RandomLa portada fue hecha portada por @HelloDebi , realmente gracias! . Dante empieza a mitad de año en una nueva escuela, ahí conoce a Iván con quien no se lleva del todo bien. Iván esta saliendo con Sebastián. Liam es el mejor amigo de Dante y su prim...