Capítulo 13

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En la tarde los padres de Liam y los de Federic se habían reunido.
La madre de Fede era muy igual a él pero en femenino, era una mujer de gran belleza y con cabello color negro largo que estaba atado, sus ojos eran de color miel y estaba elegantemente vestida con un vestido color negro.
Los ojos castaños de Fede los había sacado del padre, quién también era muy atractivo, su cabello era castaño oscuro casi negro y era un poco más alto que su esposa.
En el salón el primer matrimonio estaba sentado en un sillón y Smith, el padre de Liam, estaba sentado en un sillón cercano.
-¡Te dije Jeremy que sería malo consentir lo que pasó!- reclamó la única dama furiosa a su esposo, él acarició dulcemente su mano.
-¿Que tengo que ver yo en esto?- se quejó el padre de Liam.
-Lo sabes muy bien- dijo furiosa la dama mirándolo esta vez a él.
-No entiendo lo que esta pasando- rodó los ojos Smith mientras se cruzaba de brazos.
-Ella cree que nuestro hijo estaba viendo... porno gay- habló Jeremy sonriendo algo culpable porque realmente no le gustaba que su esposa peleara por esas cosas pero Elena siempre sería Elena.
-¿Y que tengo que ver yo en eso?- volvió a repetir.
-¡No deberíamos haber consentido lo que pasó!- reclamó -¡Te dije que era contagioso!- dijo furiosa.
-No es contagioso- suspiró algo rendido Jeremy.
-Además, Federic no lo sabe, no es algo genético ni contagioso- dijo a la defensiva el padre de Liam -Si tu hijo es gay es por otros motivos.
-Pero aún así...- Elena rodó los ojos suspirando -Estuvo mal... ¿O no, Felipe?-
Hoy era el aniversario de la muerte de "Felipe", si Liam y yo nos hubiéramos fijado bien en la fecha de la carta del doctor veríamos que estábamos en el mismo día.
-No le hacemos daño a nadie- una voz masculina se escuchó desde la puerta, en ella estaba apoyado un hombre que estaba vestido con un pantalón negro y una camisa con un saco, su cabello algo largo estaba atado para verse más masculino aunque no tenía ningún vello en su rostro.
-Te vez mejor vestido de hombre Felipe, los vestidos de dama se te ven muy extraños- casi dejo escapar una risita la única dama de la habitación. Felipe rodó los ojos mientras se acercaba besando la mano de la mujer.
-Sabes que si tu hijo muestra esos gustos yo no tengo nada que ver, ni siquiera Liam lo sabe y te agradezco que guardes el secreto pero no puedes venir a acusarme a mi y a mi esposo de...
-Felipe- lo retó suavemente Jeremy haciendo que el rubio pasara su vista a su hermano -Elena solo esta preocupada de que puede pasar si alguien se entera, sabes que en nuestra sociedad no esta bien visto pero los jóvenes de hoy lo ven con otros ojos- explicó.
-Esa no es razón para insultarnos- reclamó Smith.
-Felicia estaría orgullosa de que pudieran ser felices, pero de vez en cuando necesito insultarlos para no perder nuestro odio amistad que tenemos- dijo la dama rodando los ojos haciendo que su esposo sonriera y negara con la cabeza.
-Yo creo que deberían decirle a su hijo... la verdad- habló Jeremy levantándose y poniendo una mano en el hombro de su hermano -Hace tanto que no escuchaba tu voz- sonrió levemente, Felipe también le sonrió tímidamente.
-Eso tal vez lleve más tiempo- hablo Smith parándose, Elena asintió.
-Son unos dramáticos- reclamó.
-Creo que vale la pena serlo en estás situaciones- le dijo suavemente su esposo tomando su mano, la dama rodó los ojos pero sonrió levemente.
Los cuatro se quedaron en silencio un rato.
-Yo creo que ese tal Ian es quien le gusta a tu hijo- habló Felipe, la dama apretó suavemente el puente de su nariz con su mano en señal de cansancio.
-Ya lo sé, lo escuche gimiendo su nombre a travez del teléfono- reconoció sonrojada.
-¿Estaba teniendo sexo con él?- dijo incrédulo Smith.
-Él dijo que era porno...- ella se removió incomoda y frunció el ceño -¡Si es él voy a matarlo!
-¿A Fede?- habló algo preocupado Jeremy.
-¡A Ian, por supuesto! ¡Mi pobre bebé inocente!- dijo frustrada.
Si claro, como que si Federic fuera tan inocente.
.
Hoy había sido un buen día, estaba nublado así que el sol no molestaba y no hacía tanto calor como para matarte.
Estaba sentado en mi banco de siempre y con el aula vacía, algo extraño porque normalmente Iván y Sebastián eran los primeros en llegar.
Luego de unos minutos ambos llegaron en compañía de Luciano, venían un poco serios y Sebastián parecía estar ignorando al pelinegro. Él pasó de largo de su asiento normal y se sentó al lado mío mientras Iván y Luciano se sentaban en el de adelante.
Al parecer estaban peleados y no es como que si me importara, pero habían estado raros los últimos días como que había algo que los incomodaba y seguramente eso había terminado en una pelea. Eso era un poco extraño, con el tiempo que los había visto interactuar como pareja Sebastián siempre era quien... bueno, él que siempre se disculpaba.
Pero al parecer este no era el caso.
Iván había estado toda la clase más callado de lo normal mientras Sebastián trataba de no prestarle mucha atención a su pareja mientras se concentraba en copiar.
Bueno, Sebastián debía estar realmente molesto si se sentaba al lado mío con lo mal que le caía, luego de la nota de amenaza que me mandó... no suelo interactuar con él ¡Y eso que tiene cara de una persona amable! Las apariencias engañan.
Cuando la campana de las diez y cincuenta sonó la mayoría tenía ya sus útiles guardados en la mochila así que se pararon apurados para salir. Sebastián se apresuró bastante en guardar las cosas para luego salir sin darle una sola mirada al pelinegro o esperarlo como hacía siempre, Iván pareció algo molesto por ese hecho pero trató de no demostrarlo guardando las cosas rápidamente saliendo al pasillo sin esperar a su amigo, pero Luciano parecía acostumbrado a que olvidaran su presencia así que simplemente siguió guardando sus cosas con una inusual tranquilidad.
Mientras veía al pelinegro caminar en el pasillo con paso apurado tratando de alcanzar al otro que ya estaba a punto de salir por la puerta lo recordé. No quería meterme en una pelea pero realmente necesitaba ayuda esta vez.
-¡Iván!- lo detuve alcanzándolo, él me miró con el ceño fruncido -¿Recuerdas que aún debes ponerme al día en historia?- le recordé mirando de reojo hacia adelante, Sebastián se había detenido unos segundos al vernos hablar pero luego negó con la cabeza y siguió su camino, Iván pareció realmente alarmado en esto y eso me hizo sentir realmente una mala persona.
-Luciano puede hacerlo- dijo rápidamente.
-¿Disculpa?- habló él incrédulo, justo había llegado a nuestro lado.
-¡Qué le darás clases particulares a este de Historia! Eres bueno en eso- habló casi como orden.
-Pero...- reclamó Luciano mirándome de reojo, al parecer tenía otros planes luego de salir del colegio, pero creo que notó la histeria de su amigo y asintió -Bueno... ¡Pero te lo cobraré!- sonrió.
-¡Bien!- dijo asintiendo mientras casi salía corriendo.
Mientras yo y Luciano nos mirábamos incómodos sin saber que decir o hacer a continuación Iván había salido casi corriendo del establecimiento y siguió con ese ritmo el camino hasta que logró divisar al castaño.
-¡Qué rápido caminas!- se quejó al llegar al lado de él tratando de normalizar su respiración y con las mejillas sonrojadas por la carrera, Sebastián lo miró de reojo tragándose las ganas de desordenar el cabello negro de su pareja como siempre solía hacerlo así que puso sus manos en los bolsillos.
-Creí que te irías con él- dijo haciendo un gesto con la cabeza con aire desinteresado, Iván resopló algo fastidiado mientras sacaba sus lentes de su estuche donde los había guardado al notar que iba a tener que correr tras Sebastián para alcanzarlo, poniéndoselos.
-Deje a Luciano como su tutor en historia- rodó los ojos mientras miraba de reojo al castaño, él asintió dando fin a la conversación.
Ambos llegaron a la parada del colectivo en silencio, Iván frunció un poco el ceño ante eso tratando de pensar que decir ¿En serio era él quien debía disculparse? ¡No había hecho nada malo!
Sacó su celular de su bolsillo para seguir leyendo el libro que había descargado ahí, luego de unos minutos notó la mirada intensa que tenía su pareja sobre él.
-¿Qué?- preguntó con curiosidad, Sebastián tan solo se acercó acomodando sus lentes que se habían resbalado un poco por mirar hacia abajo. Ambos se miraron en silencio y el castaño acarició con dulzura la mejilla del pelinegro dejando sus rostros muy cerca del otro, el más alto estaba por inclinarse y besar a su novio cuando el ruido característico del colectivo los hizo mirar para la calle y tuvieron que separarse para hacer la seña al micro.
Ambos se encaminaron hacia los asientos vacíos del fondo de nuevo en silencio, Sebastián le dejo el que estaba más cerca de la ventana porque sabía que Iván prefería sentarse ahí, el pelinegro murmuró un quedo "gracias" mientras se sentaba.
Iván se removió incomodo al notar que ya estaban a pocas paradas de su casa y no había podido arreglar nada con Sebastián, eso lo tenía un poco frustrado.
-¿Sebastián?- murmuró un poco inseguro.
-¿Si?- dijo dirigiendo su mirada hacia él.
-En mi casa dejaste un libro la otra vez, lo necesitamos para la clase de mañana ¿Quieres que te lo de ahora?- murmuró lo último preguntándose porque se sentía tan nervioso.
-¿Quieres que nos bajemos ambos en tu casa?- preguntó curioso, Iván asintió y Sebastián sonrió levemente.
-Esta bien- acepto, Iván también medio sonrió algo nervioso pensando como debían abordar el tema.
Cuando llegaron ambos bajaron también con el mismo silencio incomodo de antes.
Iván abrió la puerta de su casa con la llave dejando pasar al castaño, esta estaba en silencio porque su madre aún no llegaba del trabajo ni su padre, Miguel seguramente estaría todavía en la Universidad.
-Lo tengo en la habitación- habló mientras dejaba la mochila en una de las sillas del comedor para luego volver a hacer tarea ahí. Sebastián asintió siguiéndolo.
-¿Por qué has estado tan raro esta semana?- preguntó de pronto Iván mientras buscaba en su pequeña biblioteca el libro que Sebastián le había prestado. El castaño volteo a mirarlo.
-No estuve raro, tu fuiste el que estaba extraño- reclamó pero con suavidad mientras se sentaba en la cama ajena más por costumbre que por otra cosa.
-Por supuesto que no- frunció un poco el ceño -Has estado más cariñoso que de costumbre, casi siempre me agarras de la mano o me acaricias el cabello o el brazo o a veces el cuello...- explicó sonriendo al encontrar el libro.
-Yo siempre hago eso- alzó la ceja Sebastián -Tal vez tu empezaste a prestarle más atención a esos detalles que antes- sonrió levemente, Iván se sonrojo mirando para otro lado.
-No es eso...
-Tu eres el que esta más extraño de los dos, te comportas más... distante- dijo Sebastián mientras se paraba para recibir el libro y de paso poder mirar al pelinegro a los ojos -Y más cortante conmigo- murmuró tomando su mentón con una mano y pasando el pulgar por su mejilla en una muestra de cariño. Iván se mordió el labio porque realmente no quería discutir eso en ese momento pero ¿Qué opción tenía?
-No se como interpretar tus muestras de cariño- aceptó nervioso, Sebastián lo miró sin entender.
-¿Disculpa?
-No sé si lo haces porque te gusta o porque quieres algo más- se removió un poco incomodo, Sebastián dejo el libro en la mesa sin dejar de mirar al pequeño uke.
-¿Querer algo más? ¿Qué podría querer?- habló confundido mientras se cruzaba de brazos.
-¡Es que tenemos una relación hace dos años y jamás has insinuado o hablado de que quieres que tengamos sexo!- reconoció sonrojado mientras miraba para otro lado -Y... y yo tengo algo de temor que lo hagas pronto porque debería decirte que no y no puedo decirte que no a ti... es que la idea me asusta, en algo desconocido y yo... no lo sé- murmuró bajando la mirada, Sebastián lo miró unos segundos antes de acercarse y abrazarlo dulcemente contra si, Iván suspiró aferrándose un poco a él devolviendo el abrazo y ocultando su rostro.
-Yo jamás te pediría algo que no quieres- le recordó.
-¡Y ese el problema!- reclamó algo nervioso -¡Qué en nuestra relación siempre se hace lo que yo quiero y lo que yo decido! ¡no sé si tu quieres algo también y te lo estoy negando o... ¡No lo sé!- apoyó su cabeza rendido en el hombro de su pareja -No quiero que tu pienses que yo no estoy dispuesto a poner algo en nuestra relación- habló tímidamente. Sebastián le sonrió acariciando su cabello.
-Hemos hecho muchas cosas que yo quiero- susurró con cariño mientras tomaba el rostro de su pareja en sus manos y acariciaba sus mejillas -Y si de ese tema no hemos hablado es porque prefiero que no sea un día pautado ¿Si? Si sucede... que sea por algo que queremos los dos- susurró -Y además... ambos somos más vírgenes que el aceite de oliva extra virgen y yo también estoy algo asustado en ese tema ¿Esta bien? Es algo desconocido para ambos- lo tranquilizo, Iván dejo escapar una risita algo avergonzado mientras asentía.
-Lo sé, pero no se porque con el tema entre en pánico- dijo algo abochornado.
-Ya, esta bien- lo tranquilizo -Pero si algo te molesta sabes que puedes conversarlo conmigo, somos una pareja ¿Recuerdas?- le dijo dulcemente antes de inclinarse y besarlo.
Cuando se separaron Iván volvió a apoyar su cabeza en el hombro de su pareja mientras suspiraba, Sebastián acarició su espalda con cariño en un gesto dulce.
-Te amo- murmuró Iván, Sebastián le sonrió antes de volver a besarlo.
-Yo también te amo
Sonrojado, Iván se separó de su novio para sacar un pequeño papel algo antiguo del cajón de su mesita de luz, ahí decía:
"Hola! Seguramente te estas preguntando quien soy y no, no te escribo para pedirte la tarea mi pequeño nerd <3 Es más, solo quería decirte que hoy te vez muy bien. Deberías utilizar los lentes más seguido
Atentamente... ¿Admirador suena muy acosador, cierto? Además, se lo que te gusta pasar desapercibido. Así que diré...
Atentamente... un compañero confundido."
Sebastián le sonrió volviéndolo a besar.
Esa nota era la primera que Sebastián le había dado hacía más de un año haciendo que se conocieran.
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La madre de Fede es una loquilla y Sebas & Iván son un amor
Gracias por leer :3

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