Capitulo 16

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Luego de sus clases de natación de los sábados, Luciano caminaba tranquilamente hacia su casa cuando un auto de último modelo se estaciono cerca suyo, en la calle, cuando el castaño oscuro se volteó a mirar la puerta del copiloto se abrió.
-Sube al auto- dijo Liam vestido de traje con una pose de “secuestrador”, Luciano se encogió de hombros y sin dudar se metió al auto cerrando la puerta para luego ponerse el cinturón, el rubio lo miraba incrédulo.
-Iván no quiso subirse- dijo Liam mientras arrancaba.
-Es que a ti ya te conozco, dudo que realmente me quieras secuestrar, soy pobre- sonrió Luciano mientras negaba con la cabeza, Liam alzó una ceja pensando en su primo y que ambos tenían un parecido extraño -¿A donde me llevas?- preguntó con curiosidad, el rubio lo miró de reojo algo nervioso.
-A tu casa...- dijo al final mientras se encogía de hombros, realmente no sabía que había querido hacer cuando le dijo que subiera al auto cuando estaba seguro que Luciano le diría que no y saldría corriendo.
-¿Viniste a recogerme?
-Algo así...- murmuró Liam mirando hacia la calle, Luciano lo miró unos segundos antes de cambiar una expresión a una más calmada y divertida.
-Esto no va a funcionar- medio sonrió confundiendo a Liam.
-¿Disculpa?
-¡Ambos somos ukes! No va a funcionar nada entre nosotros- dijo casi riéndose.
-¿Qué es un uke?- dijo confundido mientras se desviaba hacia otra calle, Luciano se preguntó como Liam sabía donde estaba su casa, esperaba que no fuera alguien muy acosador porque si no se estaría metiendo en problemas.
-Realmente no lo quieres saber- rodó los ojos mientras miraba hacia la ventana, Liam frunció el ceño mientras pensaba que lo buscaría en Google apenas pudiera.
-¿A ti te gusta Dante?- le preguntó al castaño mientras paraba en un semáforo, Luciano negó con la cabeza.
-No, él esta mas que colado por ti- se burló, Liam se sonrojó furiosamente mientras volvía su vista a la calle.
-¡Él no esta colado por mi!- balbuceo.
Que lindo, Luciano, gritalo a todo el mundo para que se esteren, imbécil ¡Y luego me preguntan porque lo odio!
-¡Si lo esta!- sonrió mientras Liam aparcaba una cuadra antes de su casa.
-¡Ya bajate!- se quejó.
-Te has sonrojado- dijo alargando la “o” mientras se reía y bajaba -¡Recuerda, no entres en la epidemia de Onodera y nunca, nunca, digas “¡Esto no es amor”!- le advirtió divertido para confusión de Liam.
Mi rubio amigo solo miró alejarse al alocado chico y cuando lo perdió de vista arrancó, preguntándose mentalmente porque se sentía tan celoso con respecto a mi ¿Acaso se estaba comportando como un mimado hermano menor? O ¿Lo que sentía eran celos de cuando alguien esta con la persona que te gusta? Realmente, Liam temía averiguarlo.
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Yo estaba tranquilamente en mi mansión comiendo con mis padres, si me lo preguntan.
Mientras tanto Miguel se encontraba caminando por su barrio, realmente no tenía nada que hacer. Su padre estaba ya en casa para ayudar a su madre e Iván había salido con Sebastián seguramente a una cita.
Antes solía aprovechar esos momentos para salir con su novia pero ahora que habían cortado sería demasiado estúpido llamarla para preguntarle si quería dar un paseo con él. Puede que hayan quedado con ser amigos pero había cosas que aun dolían.
Al menos Iván y Sebastián no parecían estar en la misma situación que él, realmente esperaba que su hermano no tuviera que pasar por algo así. No es como que si no hubiera visto a la pareja pelear pero eso era muy distinto a cuando se terminaba ese amor y cariño que había unido a la pareja en primer lugar.
Él y Cam a veces peleaban, habían tenido sus desacuerdos y también sus momentos felices.
Y luego de cortar le quedaban varias dudas ¿Había sido culpa de él? Es decir, no era tan romántico como Sebastián para pegar una nota en la ventana diciendo lo mucho que la quería o para aparecer en la mañana pegado en su ventana en su aniversario.
Pero Cam nunca había sido de esas chicas que le gustan esas cosas, ella seguramente le hubiera pegado una cachetada si llegaba a aparecer en su habitación en la mañana.
Miguel negó con la cabeza, si quería superarla tendría que empezar a tratar de olvidarla, sería un poco difícil pero estaba seguro de poder hacerlo.
Aún sin saber muy bien a que venía ese impulso agarró su celular para escribir un mensaje.
“Ey ¿Estás cerca del barrio? Yo estoy en la cafetería de la otra vez, realmente no tengo nada que hacer con los tórtolos de mimosos y yendo a quien sabe que.
Tal vez podamos hablar un poco”
Lo leyó varias veces antes de buscar en sus contactos y enviarlo.
No sabía porque metía a Luciano con todo esto, pero el chico era agradable.
Mientras tanto, Luciano había llegado a su casa, él tenía a sus padres separados y vivía con su madre aunque su padre podía venir a visitarlos los fines de semana.
-¿Cómo te fue en la escuela, enano?- le sonrió un chico de parecidos rasgos pero con cabello más oscuro y desordenado, se notaba un par de años mayor.
-No soy un enano- bufó.
-¿No te disolviste en el agua?- se burló divertido otro chico parecido al primero pero más bajo y con cabello castaño semi oscuro y ojos grises.
-¿Y tu no deberías estar en el patio, hormiga?- sonrió divertido Luciano.
-¡Hormiga eres tu!- se quejó enojado el menor mientras el mayor de cabello desordenado reía y Luciano medio sonreía.
-¡Dejen se pelear!- los riñó una chica que parecía de la edad del mayor de la sala, su cabello era igual al de Luciano pero completamente lacio y le llegaba apenas un poco más abajo de los hombros -Lautaro, Luciano y Louis, basta- lo riñó.
-Él empezó- dijeron señalándose entre si, ella estaba por decir algo cuando el celular de Luciano sonó, miró hacia sus hermanos y luego al mensaje tratando de contener una sonrisa desde ya al leer quien lo enviaba.
-¿Qué pasó?- preguntó Lautaro.
-¡Oh! ¡Es que un compañero me dijo que olvide algo en la escuela de natación! ¡Iré a buscarlo!- rio nerviosamente mientras contestaba que en unos minutos llegaba. Que suerte que la casa de su madre estaba en el mismo barrio que la de Iván e iba a poder llegar caminando hacia esa cafetería.
-Pero...- reclamó Louis frunciendo un poco el ceño.
-Déjenlo ir...- rodó los ojos la chica. Luciano sonrió agradecido a su hermana y salió algo apurado.
-Fue alguien que le gusta- tarareo Louis divertido, los dos mayores lo miraron negando con la cabeza mientras volvían a hacer lo que estaban haciendo.
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Perdon por la tardanza D: estaba segura que la semana pasada había publicado un capítulo pero al parecer no. Lo siento!! Realmente gracias por leer a quienes aún lo hacen :D
Saludos ^^

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