Capítulo 11

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─ ¿Dártelo?

Su voz sonó incrédula y su cara decía lo que su boca negaba. Gou sabía que, de tenerlo, Rin no le daría a su hijo. Lo conocía. Era terco y algo impulsivo. Ella era consciente de que su hermano necesitaba un buen empujón. Rin podía tener una familia, solo debía aceptar la realidad. Él podía ser feliz de nuevo, junto a su hijo.

Entendía el miedo que había en él. Rin estaba pasando por un pésimo momento. Su vientre se expandía, guardando dentro una nueva vida cuando él no debería tener la capacidad de procrear. Pero no era malo y no significaba el fin del mundo, Rin debía entenderlo. Aquél embarazo no tenía por qué poner fin a sus sueños. No arruinaría su vida si el pelirrojo lo manejaba, si enfrentaba la situación.

Por su parte, Rin no había pensado en la adopción. Todo había sido monocromo hasta el momento. Si lo tenía, era suyo. Si lo abortaba, sería el fin. Una tercera opción no había estado en su lista.

Pero de solo imaginarse entregando a su hijo a alguien más...

─ ¿Puedes dejarme solo? ─Gou suspiró. Besó la mejilla de su hermano y se dirigió a la puerta. Aceptando retirarse por el momento. Ella era como su hermano, terca.

─Por favor, no vuelvas a hacer algo como eso... Si quieres abortar, lo más prudente es ir al médico. Aunque espero que eso no sea necesario ─acarició el marco de la puerta, indecisa. Tomó el valor, debía decirlo. Volvió la vista a Rin. El pelirrojo captó la frialdad de los ojos de su hermana, y desvió la mirada─. Hay una línea para el límite, hermano. Y el que tú estés durmiendo en la cama de Makoto-senpai ya está casi fuera de ella, por varios motivos. Sé que tienes miedo, Rin... Pero por favor, aunque no lo quieras, piensa en Haruka-senpai. Makoto-senpai sigue siendo su mejor amigo...No... Solo no te metas con él.

Gou cerró la puerta, dejando que Rin llorase en silencio y soledad.

Eres lo suficientemente idiota para ello.

_____

─ ¿Cómo está? ─preguntó Nagisa al ver a la pelirroja volver a sentarse junto a ellos. Gou sonrió levemente.

─Sigue llorando. En verdad no se qué pensó. Creo que quiere llamar la atención... Pero eso tampoco tiene sentido, pues el único que lo sabía era Makoto-senpai y él no sabía que nosotros vendríamos ─explicó la chica.

─ ¿No tiene un psicólogo? ─cuestionó Rei. La preocupación denotaba en su voz. Makoto quiso reñir a Rin por hacer pasar un mal rato a sus amigos. Aunque lo que también quería era abrazarlo y convencerlo de conservar a ese bebé.

Rogaba perdón a Haru, pero podía imaginarse ayudando a Rin con su hijo.

Sacudió la cabeza y comentó la dificultad que había para encontrar un psicólogo de confianza que antepusiese sus pacientes a la ciencia. El médico de Rin había comentado que la mayoría de los psicólogos en Tokio anteponían la racionalidad a sus pacientes. Aquello no aseguraba el delato de la existencia del útero sano y funcional que había en Rin a las autoridades, pero no había confianza. Bien sabían que, de ser puesta una alerta, Rin se iría de sus brazos y posiblemente no regresaría del todo bien. La ciencia era exacta y el pelirrojo ponía una traba a lo que ya antes se había establecido como imposible.

─ ¿Y por qué Rin-chan no se fue con Sou-chan? ─cuestionó Nagisa. Gou frunció el ceño. Era cierto que, si su hermano confiaba en alguien, era en Sousuke. Entonces... ¿por qué estaba con Makoto?

─Rin no me lo ha explicado del todo... Dice que no interferirá con su vida, que está muy lejos y no quiere alterarlo. Pero creo que le da vergüenza decírselo. Es su mejor amigo y conoce sus límites. Quizá crea que reaccionará mal.

Bajo la Luna (HaruRin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora