¿Cuál era el precio que había que pagarse para quitar la idiotez del mundo, para hacer que nadie sufriera? ¿Cuántas veces habría que repetir la misma escena? ¿Cuántas veces había que llorar? ¿Cuántas veces debía dar aliento? ¿Cuánto debía soportar?
¿Cuál era el límite de decir "basta"? ¿Cuándo debía parar?
La impotencia, la desesperación, ansiedad, miedo, preocupación, tristeza, molestia, irritación, el malestar, la desgracia, la soledad... ¿Cuándo iba a librarse de ello? ¿Cuándo iba a acabar todo eso?
No recordaba el momento en que su vida había comenzado a girar en torno a Rin, tampoco recordaba cuando la intensidad había aumentado. Cuando su mente se había llenado solo de ese pelirrojo, cuántas veces se había perdido en el camino ¿Por qué existían las emociones negativas? ¿Por qué habían tomado el camino largo?
¿Cuándo demonios dejaría de decir "basta"?
─ ¿Qué te sucede, Rin? ─preguntó cerrando la puerta tras de él con más fuerza de la necesaria. El pelirrojo brincó en su lugar, luego volteó, su mirada llena de tristeza.
─ ¿Qué le sucede a él? ¡No tiene porqué tratarme así! ¡No es como si yo hubiera querido que Makoto se enamorara de mí! ¡Yo no buscaba eso cuando fui con él!
─No hablo de eso, Rin. Estoy preguntándote, ¿qué demonios pasa contigo? ¿Cuál es la necesidad que tienes de arrastrar a todos? ─el pelirrojo desvió la mirada, molesto─ Si tienes un problema con Sousuke, arréglalo con él. Nagisa, Rei y Gou no merecen ver tus arrebatos.
─Vete.
─No. Rin, ¿cuándo vas a entenderlo? ─Haru lo tomó por los hombros para después aprisionar sus mejillas, obligándole a verlo─ Hay gente que te quiere allá afuera, que te apoya, ¿por qué no intentas por un jodido momento dejar de ver la mierda en todo?
─Tú no estás en mi lugar.
─No, Rin, no lo estoy y no lo estaré ─la nariz del aludido se arrugó en un mohín de irritación. Haru apretó los labios─. Reacciona, Rin, por favor. No puedes seguir haciéndote la víctima.
─Soy la víctima.
─No, no lo eres ─Rin empujó al pelinegro, la ira destellando en su mirada.
─ ¡Claro que lo soy! ¡Si tú te hubieras puesto abajo esto no hubiera pasado! ¡Si no hubieras querido hacerlo ese día yo no estaría así! ¡Si no fueras como una jodida piedra incapaz de actuar yo estaría bien!
─ ¡Yo no te obligué a hacer nada! ─el grito de Haru lo sorprendió a Rin─ ¡No insinúes que te obligué porque es una mentira! ¡Ni siquiera lo pienses!
Rin no había querido decir eso. Se encogió en su lugar, pensando como corregir sus palabras. Claramente, esa Navidad, Rin había estado completamente a merced de Haru, incluso él había propuesto tener sexo tras varias indirectas. El pelinegro nunca lo había obligado a nada.
No quería decir eso.
Las lágrimas inundaron sus ojos y pronto se encontró balbuceando cosas inentendibles. Disculpándose. Haru suavizó el gesto y lo abrazó. El cuerpo de Rin ya no era delgado, su vientre abultado hacía que encajara con el cuerpo de Haru de una manera distinta a como antes lo hacía. Se sentía diferente, pero no dejaba de parecer correcto. Como si uno perteneciera a los brazos del otro.
─ ¿A qué le tienes tanto miedo? ─Rin apretó el agarre, hundiendo el rostro en el pecho de Haru.
─No lo sé... ─Sería ridículo decir que temía morir cuando ya había intentado suicidarse, ¿cierto?
Cuando Rin dejó de llorar, Haru permitió que Gou pasara a su habitación. Los delgados brazos de la menor rodearon el cuello de chico. Depositó varios besos en sus mejillas y dijo que todo volvería a ser como antes, que a Sousuke se le pasaría el malestar de haber perdido a Makoto y que volverían a ser los mejores amigos del planeta. Le dio todo el apoyo que una hermana podría dar, y Rin lo agradeció en silencio.
Nagisa y Rei se marcharon nada más enterarse que el pelirrojo estaba bien, el rubio no quería escuchar a Rin formando una tempestad en un vaso de agua. No quería llegar a ponerse en contra de sus amigos. Y Rei no lo dejaría solo. Ellos no sabían cuán afectado estaba Nagisa, quien ahogaba las lágrimas para secar las de Rin con un abrazo lleno de un dolor que el pelirrojo no podía ver.
Sousuke no se disculpó, aún cuando Rin abandonó el cuarto y regresó a la sala. Tampoco lo miró.
Los demás no lo entendían. Se sentía desesperado, oprimido. Tenía ganas de gritar, golpear algo. Y no era solo por Makoto, idiota de Rin por pensar eso. Sousuke sabía, y lo repetiría muchas veces, que el pelirrojo no había tenido la culpa de encender ese lado del castaño. De enamorarlo.
¡No era por eso que estaba molesto!
En parte, no lo era. Se sentía traicionado. Roto. Porque Makoto le había herido. Y Rin también lo había hecho.
Eran los mejores amigos, después de todo. Lo habían sido. Se conocían de prácticamente la vida entera. Entonces, ¿por qué Rin no había confiado en él? Acudió a Makoto sin dudarlo y no se lo contó a él, ¿pensó que no iba a apoyarlo? ¿Qué tan mal estaba su imagen ante Rin?
La culpa le carcomía. La traición lo consumía. El dolor estaba acabando con él. Pero no iba a permitirse romper. No iba a desmoronarse. Se sostendría hasta que no pudiera doblegarse. Ni la tristeza que le daba ver el patético estado de su mejor amigo lo haría caer. Sousuke no lo permitiría. No quería mirarlo, ni hablarle, porque echaría a llorar. Y es que... Mierda ¿Cuántas veces se había burlado de Rin diciéndole que usara un condón para no quedar embarazado? ¿Cuántas veces le había molestado con eso?
Estúpido e irónico destino.
Uniéndose a quien un día consideró su enemigo. Enamorándose del mejor amigo del novio de su mejor amigo. Definitivamente, Haru se llevaba la peor parte, pues era su mejor amigo quien estaba enamorado de su novio. Sousuke sacudió la cabeza, sin importarle si le miraban. Estaba confundiéndose a sí mismo. Ya no entendía que le molestaba en realidad. Y, además... Haru y Rin ya no eran novios. Un punto importante para explicar la necesidad que Haru tenía de alejar a Rin de brazos de Tachibana.
─Yamazaki-kun... ─la voz de Makoto lo atontó por unos instantes, después, su mirada se volvió fría mientras clavaba los ojos en aquellas esferas verdes─ ¿Podemos hablar... a solas?
─No.
─Pero... Yamazaki-kun, hay cosas que debemos resolver... Aún no te he dicho lo que...
─Si es sobre cómo te enamoraste de Rin, entonces no quiero saberlo. Sólo aléjate.
─No... Escúchame, ¿quieres?
─No, escúchame tú. No me interesa saber lo que sucedió, el resultado no va a cambiar. Tampoco estoy diciendo que me hayas engañado, porque no éramos nada ─Makoto apretó los labios.
─Entonces, ¿por qué nos tratas así? Si no te importa.
─No seas estúpido, hay una gran diferencia en... ¿Sabes? Sólo cállate y vete a donde no te vea, que realmente voy a golpearte. Te lo dije, si Haru no lo hizo, lo haré yo.
─Sousuke ─llamó Haru con cierto tono de reproche. Rin mantenía la mirada gacha, su mano entrelazada con la de Gou, quien no dejaba de acariciarle el brazo en un intento de animarlo. Su piel estaba fría─. Perdoné a Makoto, quizá debas escucharlo.
─ ¿Tú lo escuchaste? ─el silencio cayó pesado por algunos segundos en que ambos pelinegros se observaban. Haru negó.
─No exactamente. Pero entiendo que nadie escoja a quien amar ─la risa áspera de Sousuke hirió a Makoto, quien hubiese deseado volver el tiempo atrás y haber llamado a Haru en cuanto escuchó a Rin vomitando en su departamento.
─Quizá tengas razón, pero hay que ver las condiciones. Sólo mira a Rin ─el chico se cohibió, sintiéndose atacado. Gou le lanzó una mirada feroz al ojician─. Su estado es lamentable. Makoto es como una madre, así que es obvio y razonable que quiera protegerlo. Si ama algo, es la debilidad de Rin.
─No es así, amo a Rin porque... ─Haru chistó en voz baja, desviando la mirada. Makoto calló de inmediato, sintiéndose un imbécil.
─No hablen de mí como si no estuviera aquí. Gou también está presente.
─Si van a pelear, váyanse a otra parte ─la chica se pegó más a su hermano, abrazándolo.
─Rin tiene que dar explicaciones también ─se quejó Sousuke.
─Déjenme tranquilo.
─ ¿Por qué fuiste con Makoto? Él lo sabe, pero no nos has dado un motivo a nosotros y ha pasado ya un mes de eso. Quizá más. Así que, ¿qué es lo que tienes que decir? ─Rin observó a Haru, esperando que éste mandara a callar a Sousuke. Pero la intriga estaba plasmada también en su rostro.
─Déjenlo en paz, ¿sí? No está en condición para... ─comenzó Makoto, mas fue interrumpido.
─Si hablamos de forma civilizada, esto no le afectará. Y para hablar de forma civilizada, necesitamos que cierres la jodida boca ─bramó Sousuke. Haru dejó salir el aire, sentándose en uno de los sillones.
─Quizá debas hablar, hermano.
─ ¿De qué maldito lado estás, Gou? ─Rin se soltó del agarre de la chica y suspiró─ Dije que me dejen en paz.
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Bajo la Luna (HaruRin)
FanfictionImposible. Esa palabra describía el asunto por completo, ¿Cuándo, en mil vidas, un hombre podría quedar... preñado? Porque era un hombre, ¿no? En todo caso... No era algo que podría decir, de hecho, ¿Iba a continuar con ello? ALERTA: Historia en ed...