Capítulo 15

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Nagisa hablaba animadamente en el departamento de Haruka, intentando subir el ánimo decadente de Rin, quien, después de haber aceptado el beso de Haru y recibido su abrazo, se sentía pésimo. El pelirrojo se hundía en uno de esos sillones infantiles que había en la salita del pelinegro cada vez que el rubio pronunciaba un "Rin-chan", no porque lo estresara, sino porque se sentía terriblemente culpable. Había besado a Haru, había llorado en su hombro. Y ahora lo ignoraba. Y Nagisa le hablaba como si fuera la persona más inocente del mundo.

Maldito era el día en que se enamoró de ese chico agua.

El amor nunca sería suficiente en una relación, cosa que él una vez pensó que era así. Amar a Haru no había asegurado el éxito de su historia, solo había que ver la mierda en que su vida se había convertido para darse cuenta. Una relación debía tener tanta confianza como tenía amor. Y la suya no la había tenido. Él no había confiado y Haru había pagado por ello.

Rin Matsuoka había arruinado la vida de todos con su cobardía e impertinencia. Su atrocidad trastornaba la vida de cada persona que conocía su situación. Era por ello que todos estaban callados y sentados en la sala mientras Nagisa hablaba. Por su culpa. Porque era un idiota sin remedio.

El mundo parecía caer y Rin era el único que lo atraparía, porque su auto odio lo cegaba a tal punto que pensaba estar solo en ello.

Una idea apareció en su mente, desatando todos los recuerdos que le hicieron apoyarla, haciéndolo tomar la decisión. Su mirada cayó en Nagisa y sonrió cansadamente. Escuchaba su voz, pero su filtro parecía haberse roto y las palabras del rubio no despertaban nada en él.

─Rin-chan, ¿te sientes bien?

─ ¿No es una pregunta estúpida?

─Es solo que de pronto... ─Rin chistó.

─Iré a dormir un rato.

Haru iba a acompañarlo, claro que lo haría, siempre iba a cuidar de él, pero Gou lo detuvo y el pelinegro entendió. La chica siguió el paso de su hermano, adentrándose en el departamento del ojiazul.

Rin entró a la habitación de Haruka y se dejó caer de espalda sobre el colchón, con la mirada perdida en el techo. Gou se armó de valor y, mordiéndose la cara interna de la mejilla, fue a por su hermano. Se sentó en la orilla de la cama en silencio y buscó la mano del pelirrojo, quien no dudó en darle un suave apretón.

─Lo de dártelo... ¿Sigue en pie? ─cuestionó acariciando los nudillos de su hermana. Ella suspiró lentamente.

─No... Haruka-senpai quiere a ese hijo ─respondió─. Y estoy segura de que tú lo quieres también. Además, aún estoy en la preparatoria.

─No es así, no lo quiero... Lo odio, me ha quitado todo...

─Es mentira. Tú fuiste quien lo abandonó todo.

Rin cerró los ojos con fuerza, reprimiendo las lágrimas que amenazaban con salir. Gou le acarició el dorso de la mano.

─Haruka-senpai te ama, hermano. Siempre lo hizo y no va a dejar de hacerlo. Sé que esto te aterra, pero también sé que eres capaz de enfrentarlo, así como has enfrentado todo lo demás ─las lágrimas brotaron finalmente de los ojos del mayor mientras apretaba la mano de la chica─. Tienes la fuerza, hermano, es tu decisión usarla para salir adelante. Nosotros, tu familia y tus amigos, siempre estaremos ahí para apoyarte. No importa qué ni cómo. Estamos en esto todos juntos, solo tienes que aceptarlo.

"No niego que va a ser difícil. Tienes muchos problemas por delante y el riesgo es alto, pero nosotros te ayudaremos cada vez que tropieces. Puedes seguir haciendo lo que te gusta, Rin. Puedes seguir con tu vida. Te aseguro que, una vez que él o ella nazca, verás que tu vida nunca perdió el sentido. Hermano, sé que puedes hacerlo, a pesar del miedo y a pesar de la tristeza. Solo necesitas armarte de valor, entonces triunfarás. No te han quitado nada, hermano.

Bajo la Luna (HaruRin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora