¡Hola! Favor de leer las notas finales :3
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Makoto observó la ciudad desde su ventana. Por más que había tratado, no había logrado quitar aquella expresión melancólica de su rostro. Y es que todo en su mente era un caos. Ya ni siquiera recordaba desde cuando su mundo se había puesto de cabeza, cuando se había rendido ante sí mismo. Cuando había comenzado a amar a Rin.
Solo recordaba que antes ya le había gustado, en la secundaria, cuando su ausencia dolió más de lo que veía que dolía a los demás. Aunque pronto se dio cuenta de que Haru se sentía peor que él. Cuando el pelinegro rebeló sus sentimientos, Makoto no había dicho nada más que ya lo sabía. Porque se había dado cuenta y aún así lo había ignorado. Ocultó sus sentimientos, porque no estaba tan enamorado como Haru. Y lo superó, e incluso se fijó en otras personas.
Hasta que Rin desenterró el instinto protector hacia él con su debilidad.
Makoto cometía y cometería muchísimos errores. Yamazaki Sousuke era una clara prueba de ello. Aunque lo intentara, no podía amarlo. No entendía el por qué, solo lo sabía, pues, en ese momento, el único que le aceleraba el corazón y calentaba su sangre era Rin.
Y se sentía patético por ello.
No supo si Sousuke lo había consolado o se había consolado a sí mismo aquella noche en que sus cuerpos se volvieron uno. Y no le interesaba en lo más mínimo. No cuando era tan infeliz. No cuando no le amaba lo suficiente como para pensar en él un día entero. Con un suspiro, cerró la cortina. La alarma de su celular lo separó de la ventana. Nueve de la mañana, lunes.
Estaba harto, demasiado cansado de la misma mierda.
Se puso el reloj y un suéter ligero para después calzarse los zapatos, tomar las llaves y salir del departamento. Según sabía, gracias a Haru, Sousuke estaría buscando trabajo hasta entrada la tarde. Se arregló el cabello en uno de los vitrales de alguna tienda de paso y continuó su caminata, con el corazón atacando su pecho fuertemente. Se sentía mal por lo que haría, pero no podía seguir reprimiéndose. Él también merecía ser feliz. La vida no giraba torno a Haru. Media hora después, llegó.
Sus nudillos golpearon la puerta con firmeza. Dio un paso atrás y se peinó el cabello, respirando con profundidad. Se escuchó una voz y luego la puerta fue abierta. Rin tenía el cabello despeinado y la camisa mojada. Su cabello, que estaba más largo, se encontraba atado en una coleta.
─ ¡Atrápalo! ─Makoto no lo entendió hasta que observó a un gatito caminar por el barandal tranquilamente. Se apuró y, aunque éste le lanzó una mordida, lo atrapó─ Vale, gracias. Y... ¿Qué haces aquí? ¿No tienes clases en la universidad? ─el castaño sonrió.
─Hola, ¿cómo estás? ─Rin asintió, tomando al gato y dejando pasar a Makoto.
─Hola, bien, ¿tú? Entonces, ¿te has saltado las clases? ─el pelirrojo se sentó en el sofá, el mayor lo siguió.
Estaba harto de anteponer siempre a Haru. De renunciar a todo por protegerlo, procurarlo. Estaba arriesgando su propia felicidad, no estaba viendo por sí mismo. Quería ser un buen amigo, pero no podía hacer mucho si Haru no intentaba imitarlo. Un buen amigo lo entendería... ¿cierto?
─No tengo clase hasta las dos de la tarde. Exenté los exámenes de hoy, respecto a las demás clases... Y vine a hablar contigo ─Rin soltó al gato y talló su camisa con una toalla húmeda. Quizá era eso lo que hacía antes de que Makoto llegara.
─El gato tiró una lata de caballa abierta sobre mí y Sakura, por si te lo preguntas. Pero bueno, ¿de qué quieres hablar? ─Quizá eso no era precisamente necesario.
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Bajo la Luna (HaruRin)
FanfictionImposible. Esa palabra describía el asunto por completo, ¿Cuándo, en mil vidas, un hombre podría quedar... preñado? Porque era un hombre, ¿no? En todo caso... No era algo que podría decir, de hecho, ¿Iba a continuar con ello? ALERTA: Historia en ed...