Capítulo treinta y seis.

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—_______, Kellin tuvo un accidente.

Sus palabras me golpearon como un látigo. 

Toda la habitación comenzó a dar vueltas a mi alrededor, la angustia se apoderó de mi y no pude articular palabra alguna. ¡Sabía que algo malo ocurriría!, ¡Lo sabía y no había hecho caso a mis instintos!, ¡Qué estúpida había sido!

—¿Q-Qué? —tartamudeé con un hilo de voz.

Hannah se sentó a mi lado y me miró alerta. 

—¿Qué está mal? —preguntó.

Yo alcé una mano para hacerla callar y que me dejara escuchar a Mary. 

Un horrible sollozo me hizo estremecer. Mary estaba llorando. Sentí mi pecho pincharse con una horrible sensación.

—Tuvieron un accidente automovilístico —dijo con la voz ahogada por las lágrimas.

—¡¿Qué!?, !¿Cómo está Kellin!?, ¡¿Y Oliver!?, ¡¿QUÉ PASÓ!? —dije en un aliento.

La desesperación fue en creciente y me obligué a levantarme y buscar mi ropa a tientas en la oscuridad. 

La luz me encandiló por completo y me volví hacia el interruptor para encontrar a una nerviosa Hannah buscando su ropa.

—No lo sé. No sabemos nada, trasladarán a Kellin y a Oliver al Chelsea Royal Hospital en helicóptero. —dijo Mary entre sollozos.

Mi corazón se estrujó una vez más y las lágrimas picaron en mis ojos.

"No llores. No llores, _______. No te atrevas a llorar." me regañé mentalmente mientras decía —Hannah y yo vamos para allá.

Colgué el teléfono y miré a Hannah. 

Estaba pálida. Sabía que algo iba mal, pero yo no tenía el valor para decirle. 

Suspiré pesadamente, luchando contra el nudo de mi garganta y las lágrimas de mis ojos.

—Tuvieron un accidente —dije con un hilo de voz.

—¡Oh, Dios mío! —exclamó.

Pude mirar sus ojos llenarse de lágrimas y me giré. Ésto era demasiado. Necesitaba calmarme, no sabíamos como estaban y no me iba a encargar de acrecentar el pánico en Hannah, y tampoco iba a alimentar mi paranoia.

Nos vestimos rápidamente y salimos no sin antes avisar a su madre y a la mía lo sucedido.

Hannah condujo a toda velocidad y la obligué a bajar la marcha. 

No necesitábamos accidentarnos nosotras también. A regañadientes, bajó la velocidad. Cuando llegamos al hospital, corrimos por la sala de emergencias en busca de Mary o Kayley, incluso, buscamos a Carol e Ian, los padres de Oliver.

—¡KAILEY! —grité al verla.

Ella corrió por el pasillo y se aferró a mi en un abrazo muy fuerte que casi me quitó el aliento. Se veía cansada, aterrada, nerviosa, y tenía los ojos rojos por haber llorado.

Caminamos hasta donde Mary, Carol e Ian se encontraban. Los tres no podían quitarse la expresión aterrada del rostro y el corazón se me estrujó aún más dentro de mi pecho.

—¿Qué saben de ellos? —preguntó Hannah con la voz enronquecida por el nudo de su garganta.

Mary negó con la cabeza diciendo —No sabemos nada.

Me llevé ambas manos a la cara y me repetí "No llores, _______. No llores, Kellin está bien, no llores."

El nombre de Mary y Carol fue boceado y todos nos precipitamos a la recepción del hospital en busca de información.

Though I Can't See You (Kellin Quinn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora