Though I Can't See You (Kellin Quinn)

Capítulo treinta y uno.

Hannah había quedado de pasar a mi casa aquella mañana temprano para ir a casa de Kellin y emprender camino hacia el parque acuático donde nos reuniríamos con nuestros amigos más cercanos.

Yo nunca había sido una buena nadadora, pero me encantaba estar dentro del agua.

Hannah y yo habíamos ido a conseguir trajes de baño un día anterior al paseo y estaba muy conforme con mi compra.
Jamás había usado un traje de baño de dos piezas hasta ése momento y la compra no había sido muy reveladora.

La parte de arriba llegaba casi a la cintura, era descubierta de la espalda ya que los tirantes se amarraban en la nuca, y era en un color negro que favorecía mi figura. La parte de abajo era un poco pequeña para mi gusto pero no era muy reveladora. Era un sencillo calzón de licra en color violeta pastel. Como me sentía muy desnuda me enfundé un vestido floreado y unas sandalias que casi nunca utilizaba.

Cuando Hannah llegó, sólo me despedí de mi mamá con un beso y anuncié que llegaría hasta al día siguiente, ya que me quedaría en casa de mi mejor amiga a dormir.

Hannah no llevaba ni una gota de maquillaje y lucía tan radiante como siempre.

Estaba manejando el Jeep de Oliver y fruncí el ceño.

—¿Y Oliver? —pregunté.

Tenía entendido que iría con nosotros.

—No me lo vas a creer —comenzó a decir ella mientras me abría la puerta del pasajero —, está en casa de Kellin.

—¡¿Qué!? —dije asombrada.

Su relación no había mejorado mucho y era realmente extraño que estuvieran juntos más de diez minutos.

—Al parecer, Kellin está dispuesto a hacer las pases o algo así, creo que anoche hablaron por teléfono y quedaron de verse para almorzar en casa de Kellin, por éso dejó el Jeep en mi casa y tomó el autobús para ir a casa de Kellin. Tiene un complejo tan sobreprotector conmigo que prefiere caminar a hacer que yo vaya en autobús a tu casa —se quejó.

Sonreí emocionada.

Esperaba realmente que las cosas entre ellos mejoraran.

Cuando llegamos casa de Kellin, apenas bajé del auto cuando los vimos salir. La sonrisa de Kellin era radiante. Amaba verlo sonreír de ésa manera.

Llevaba una bermuda que le llegaba a la rodilla, dejando ver sus pantorrillas cubiertas por una fina capa de vello.

Una playera blanca de cuello "V" cubría su pecho y utilizaba sandalias. Era extraño verlo de ésa forma tan informal pero sonreí al verlo caminar tomando el hombro de Oliver. El bastón blanco se asomaba de su bolsillo de la bermuda.

—Hola, amor —dijo Kellin mientras me rodeaba con un brazo y besaba mis labios.

—¡Si, si!, ¡Mucho amor!, ¡Quiero llegar con mi chica! —se quejó Oliver al ver como nos deteníamos por besarnos.

Kellin comenzó a reír y dijo —Ve con tu chica, yo estoy aquí con la mía.

Oliver rodó los ojos y subió la pequeña maleta de Kellin y la suya al Jeep antes de obligarnos a subir.

Hannah había elegido la música durante todo el trayecto y yo estaba feliz porque teníamos los mismos gustos.

Al llegar, nuestros amigos ya habían instalado todo lo necesario para asar carne a la brasas. Llegamos con un kilo más de carne y Oliver y Kellin habían comprado un cartón de latas de cerveza.

—Ni una sola, Oliver. Vas a conducir —le advirtió Hannah.

—Lo prometo. Ni una sola —dijo él guiñándole un ojo.

Yo reí ante sus gestos cariñosos antes de mirar hacia atrás de mi dispuesta a pedirle a Kellin que me abrazara.

Me congelé al instante al verlo.

Se acababa de quitar la playera dejando ver su abdomen firme y algo marcado; un camino de bello delgado viajaba desde su ombligo y desaparecía en la pretina de su pantalón. Sus no tan marcados músculos se estiraban y contraían al compás de su respiración y me quedé embelesada mirándolo.

Se quitó la bermuda y dejó ver parte de sus piernas delgadas, pero visiblemente fuertes cubiertas por una fina capa de vello.

—¿_______? —dijo buscándome.

Me acerqué a él sintiendo mi corazón golpeando con fuerza contra mi pecho.

Enredé mis brazos a su alrededor sintiendo la calidez de su piel y me estremecí por completo.

—Te quiero en traje de baño ahora —susurró contra mi oído causándome escalofríos.

Sus labios rozaron mi mejilla y la comisura de mi boca mientras sonreía con malicia por lo que causaba en mi.

Tomó mi mano entrelazando nuestros dedos y caminamos juntos hasta donde todos mis amigos se encontraban.

Los presenté a Kellin y todos lo saludaron amablemente. Él ya conocía a algunos por aquella vez que habíamos ido todos juntos al café. Aquella noche en la que nos besamos por primera vez, así que pude notar como se relajaba.

Al cabo de media hora, me armé de valor y me quité el vestido quedando únicamente en traje de baño.

Kellin deslizó su mano discretamente por mi cuerpo, inspeccionando mi traje de baño y una sonrisa lasciva surcó su rostro.

—Daría lo que fuera por verte — susurró contra mi oído y me ruboricé.

Lo tomé de la mano y nos encaminé hasta la piscina. Agua fría era lo que necesitaba para calmar la sensación de calor de mi cuerpo.

Estuvimos dentro de la piscina por horas jugando, besándonos, abrazándonos con fuerza.

Kellin tarareaba canciones a mi oído mientras acariciaba la piel de mi espalda debajo del agua.

Todo era tan abrumador y tan electrizante que me costaba trabajo pensar.

—Ven —murmuró contra mi oído mientras tiraba de mi fuera de la piscina.

—¿Qué sucede? —dije mientras estilaba el agua de mi cabello.

—Vamos a buscar un baño —susurró.

Mis ojos se abrieron con sorpresa.

—K-Kellin —tartamudeé sorprendida.

Él solo sonrió inocentemente y caminamos a paso veloz.

Mi corazón golpeaba con fuerza contra mi pecho y, ¡Demonios!, Quería esto. Quería lo que sea que viniera de Kellin.

***