Capítulo cinco.

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Aquella mañana me levanté tarde.

No había escuchado sonar el despertador y me maldije todo el camino rumbo a la escuela. Estaba completamente furiosa por ser tan descuidada. No volvería a pasar toda la tarde en casa de Kellin; la universidad era importante para mí y no iba a descuidarla.

Al llegar a la escuela, era tan tarde que el profesor de Química no me dejó entrar al salón. Otro motivo para ponerme furiosa, había pasado casi toda la noche terminando el proyecto y no iba a poder entregarlo por haberme quedado dormida.

Me desplomé en el suelo y apoyé la cabeza entre mis manos mientras intentaba relajarme.

—¿Qué haces aquí, boba? —aquella voz tan familiar me hizo levantar la cabeza.

Mi mejor amiga, Hannah se encontraba de pie a mi lado con una sonrisa burlona en el rostro.

—Smith no me dejó entrar —dije haciendo una mueca de fastidio.

Ella negó con la cabeza.

—Tienes suerte de que tenga hora libre. ¿Vamos a desayunar? —dijo.

Miré mi reloj y comprobé que aún era temprano. Me levanté y caminamos hasta la cafetería del campus.

Después de pedir un generoso desayuno, nos sentamos en una pequeña mesa a comer y charlar.

Hannah no paraba de hablar del chico al que había conocido el fin de semana: Oliver Sykes. Al parecer la había invitado a salir el próximo fin de semana y no paraba de hablar de él.

—¡Es tan lindo! —dijo dándole un sorbo a su café. Yo sonreí. —, me dijeron que solía ser un patán de primera pero que después del accidente que tuvo con sus amigos, cambió.

—¿Tuvo un accidente?— dije intentando meterme en aquella conversación con mi amiga. Me encontraba completamente absorta en mis pensamientos.

—Si. Automovilístico. Iba con sus amigos y, a lo que escuché, falleció uno de ellos y otro quedó ciego. —dijo Hannah con pesar.

Sentí un extraño escalofrío recorrerme el cuerpo —¿Q-Qué? —tartamudeé.

—Sí, bueno... El chico que murió se llamaba Victor Fuentes y el que quedó invidente Kellin Bostwick.

Sentí que el estómago se me revolvió en ése instante.

—¿K-Kellin?, ¿Kellin qué? —dije intentando calmar el temblor de mis manos.

—Bostwick —repitió. ¿Por qué?

Negué con la cabeza enérgicamente. No podía ser el mismo Kellin, ¿O sí?, el apellido de Mary era "Quinn" Tenía que ser otro Kellin pero, ¿Cuántas posibilidades había de que fuera alguien diferente?

—Por nada. —murmuré.

Aquella tarde, al terminar las clases, me dirigí a casa. No podía dejar de pensar en lo que me había contado Hannah. Quizás sería bueno preguntarle a Kellin que había pasado aquel día de su accidente.

No sabía que tan reacio a contarme podría estar, pero tenía que intentarlo.

Me metí a la ducha y al salir me puse mi perfume favorito. Ése que solo utilizaba cuando salía a fiestas importantes.

Me vestí mis vaqueros favoritos y una blusa holgada con transparencias en la espalda.

Cepillé mi cabello intentando domarlo sin éxito y me puse una capa fina de máscara para pestañas y brillo labial.

Though I Can't See You (Kellin Quinn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora