2 Parte. Narrada por Alice.

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° Desperté sudada recordando todo lo que había soñado y sin poder quitarme esas imágenes de mi cabeza, en ese momento entro mi hermana mayor rascándose la nuca y escudriñándome con la mirada... - para ella siempre seria la chica rara de la casa - entro y me dijo con aire despreocupado.

-¿Estas bien?, Lucy te ha escuchado gritar y me ha mandado a ver como estabas – Lucy era la menor de 4 hermanos, estaba Charlotte con 20 años, ella tenía el pelo rojizo, hasta los hombros, unos ojos verdes y una piel blanca como la nieve, se parecía bastante a mama, luego venia yo, con 18 y el pelo castaño claro, ondulado– eso claramente se lo había sacado a papa... como lo extraño – y largo hasta las caderas, tenía ojos azules, y una piel algo morena, totalmente diferente de todos mis hermanos, siempre me sentí rara en esta familia.

Luego venia Lucas con 10 años su pelo rojizo, tenía pecas en toda su cara, sus ojos eran verdes y su piel algo morena, y Lucy, tenía 5 años – nació un año antes que papa muriera – ella era un poco más parecida a mí, tenía el cabello castaño claro, pero sus ojos eran verdes y su piel blanca.

La mire y secándome el sudor de la frente le dije – nada solo son pesadillas – malditas y tontas pesadillas.

Me volvió a mirar – bueno si tú lo dices... - y salió de mi habitación, no pude dormir en toda la noche y al otro día tenía clases así que trate de ser productiva y termine una tarea que tenía.

Desperté encima de papeles babeados y me maldije a mí misma en ese momento por ser una maldita babosa, ya eran las 7:30 así que me levante y tome una ducha, salí y la casa era un lio, mama peleaba con Lucas porque este no quería ponerse las zapatillas, Charlotte corría por toda la casa buscando su preciado sweater azul, y Lucy veía monitos en la tele mientras comía su cereal con leche, entre a la habitación y me cambie de ropa, unos jeans con una polera de mi banda favorita, Arctic Monkeys, me peine el cabello y salí cuando mama nos llamaba para subir al auto.

Llegue a la escuela y vi a mi amiga clara, ella era asiática, había llegado aquí hace tres años y desde que nos conocimos fuimos inseparables.

– Hola chica – me dijo ella mientras me abrasaba.

– Hola chica – dije yo, en ese momento sonó el timbre y le dije – vamos o llegaremos tarde, y sabes que odio cantar.

–Sí, nuestra maestra invento un castigo para el que llegara tarde, nos hacía cantar frente a todos el himno nacional o alguna canción que ella quería escuchar, era una maestra ejemplar... okey no tanto, la odiaba tanto como su asignatura.

Salimos de esa horrible clase de historia y nos dirigimos al comedor, tome mi bandeja llena de comida, me di la vuelta y los vi, en ese momento mi cuerpo dejo de funcionar, mi piel sudaba y mis pies no respondían a mi llamado de salir corriendo de allí.

– Clara me miro y pregunto algo confusa – ¿Te sucede algo Alice? Estas pálida chica – yo la mire con los ojos bien abiertos y solo tendí a negar y dije con una voz temblorosa.

– E...estoy bi... bien – sí, solía tartamudear cuando me ponía nerviosa.

Nos sentamos y no toque en ningún momento la comida, Clara me miraba buscando encontrar la respuesta, y sabía muy dentro de mí que en algún momento se tendría que enterar, pero aun no era el momento y no estaba segura de contarle todo lo pasado, incluso me prometí a mí misma que nunca le contaría lo que paso, nunca, si mi vida dependiera de eso.



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