Mei Uchiha II |Itachi| |Terminada|

12| "La triste realidad"

— Capítulo 12 - La triste realidad

— Días después —

— Hidan y Kakuzu ya han ido por el Nibi. —informó Pain una vez reunidos.

— E Itachi y Kisame fueron a una misión  —habló Konan— Los próximos irán por el Sanbi.

— El Yonbi lo capturarán Itachi y Kisame, el Rokubi lo capturaré yo —avisó Pain.

— Conociendo a Kakuzu y Hidan irán a por el Kyubi, hm —habló Deidara bufando.

^Y yo estoy segura que no saldrán vivos,, aún que sean inmortales^ pensé.

— El Sanbi lo capturarán: Deidara, Tobi, Nanako y Mei.

— Y antes de que se vayan, luego de capturar al Sanbi lo sellaremos en conjunto con el Nibi. 

— ¡Qué bien! ¡Tobi irá con sus sempais! —exclamó Tobi feliz.

— ¿¡Qué!? —gritó Deidara señalándome— ¿¡Por qué tengo que ir de nuevo con esta loca!?

Fruncí el ceño.

— ¿¡Yo!? ¡¿Loca?! —pregunté con ironía señalando a la mocosa— ¡Mira a la niña, ella está mas loca que yo!

Lo siguiente que escuchamos fueron los quejidos de Nanako.

— ¡Tu estás más loca! —gritoneó.

— ¡Tu eres un bueno para nada! —volví a gritar yo— ¡Yo al menos pude acabar con mi enemigo! 

Auch. Golpe bajo.

Vi a Deidara, este estaba en silencio, pero de brazos cruzados y con un puchero en los labios. 

Sonreí triunfante.

— Si ya se dejaron de pelear se pueden retirar. —habló frío el líder.

Todos asentimos y tras ceños fruncidos nos retiramos. 

— ¿Lo extrañas, verdad? —preguntó una voz femenina.

Me giré y me encontré con Nanako.

— ¿Eh? —pregunté confundida.

— A Itachi. —aclaró— Lo extrañas, se te nota en la mirada.

— Volverá. —dije sin inmutarme.

Cuándo iba a retomar camino hacia mi habitación su voz me hizo parar en seco.

— Sabes que algún día no lo hará ¿Verdad?

Apreté los puños, entendiendo a lo que se refería.

— No sé de que hablas. —me hice la tonta. 

— Yo sé que si. 

Sin quedarme un minuto más, volví a caminar hacia mi cuarto. 

^¿Qué si lo sé? Claro que lo sé, es lo que mas me asusta... Si ya lo extraño por irse a una misión no me quiero imaginar cuando no vuelva.^ pensé con tristeza.

Me limpié la lágrima silenciosa que bajaba.

^No puedo permitirme llorar.. No en estos tiempos tan difíciles, tengo que ser fuerte, fuerte hasta mi último latido^ pensé firme.

( . . . )

— Hidan y Kakuzu han muerto. —comentó Shiro Zetsu.

— Ya veo.