Mei Uchiha II |Itachi| |Terminada|

8| "Misión"

En multimedia Nanako Mine :3 

("K—) : Cuándo Kaori hable con Mei.

("M—) : Cuándo Mei hable con Kaori.

— Capítulo 8 - "Misión"

Me encontraba "admirando" mi banda de Konoha. Admito que extraño mi hogar, pero debo acostumbrarme.

Recordé el día en que la taché.

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— Debes tacharla. —me dijo Ita-kun mirándome.

— Lo sé. —asentí mirando mi banda.

— Hazlo. Eres una kunoichi renegada ahora. —me miró fijamente.

Volví a asentir. Dejé mi banda en mis rodillas y tomé un kunai, tracé una línea horizontal en ella, afirmando así, que ya era una ninja renegada.

— Es necesario. —escuché su voz mientras me la colocaba. (N/A: La banda, pervertidas e-e)

Toqué la raya, sintiendo el tajo en el metal. 

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"K— Ya, ya. Deja de mirarla o cuándo te encuentres dormida te daré un golpe"

Fruncí el ceño. "M— Déjame"

"K— ¿Haces esto cada vez que estás en tu habitación? ¡Qué aburrida!"

"M— Es mi problema, Kaori" 

"K— Como sea."

Luego de ello dejé de hablarle. 

Escuché un ruido en la puerta, y después alguien la abría de golpe. Me giré y me encontré con los ojos verdes de la mocosa. (N/A: Nuevo apodo para Nanako(?)

— ¿Qué quieres, mocosa? —pregunté mirándola mal.

"K— ¡Pero si es una niña! ¡No le digas mocosa!" — La ignoré.

Se encogió en su lugar tras mi fulminante mirada.

— Etto... Pain-sama te quiere en su oficina. —comentó intentando no mirar a mis ojos. 

Rodé los ojos, ¿Y ahora qué? ¿No se puede estar tranquila de una vez?

Cerré los ojos. — Ahora iré, vete.

La niña sonrió, ignorando mi "mal ánimo". Es muy bipolar. 

— ¡Bien, Mei-sama! 

Abrí los ojos sorprendida y cuándo miré en la puerta ella ya no estaba.

¿Mei-sama?

"K— ¡Haha! ¡Te ha dejado boca abierta!"

"M— No te hagas la costumbre de hablarme, Kaori"

"K— Tch, solo ve con el líder"

Me paré, ahora que pensaba, desde hace mucho no veía a Ita-kun, le preguntaré a Pain de paso.

(...)

Hice una reverencia, ya en la oficina de Pain. Este como siempre, se encontraba con Konan a su costado, mirándome expectante. 

— ¿Me necesitaba para algo, Pain-sama? —pregunté con respeto.

— Así es. 

Levanté la vista y me encontré con sus tenebrosos ojos Rinnegan, estos intimidaban tanto, créanme, intimidan mucho.