Mei Uchiha II |Itachi| |Terminada|

Epílogo

— Epílogo.

Años después...

— ¡Espérame Hikari-oneesan! —una pequeña rubia gritó corriendo hacia su hermana mayor.

— Akane, apúrate, llegaremos tarde. —murmuró la morocha— Es nuestro primer día y no quiero llegar tarde.

— ¡Hai! 

Los aldeanos miraban a las niñas con curiosidad, mientras que algunos shinobis las miraban con una sonrisa en su rostro.

— Aún no puedo creer lo grandes que están. —murmuró una pelirrosa con una sonrisa— Akane-chan es muy parecida a Mei-chan de niña y Hikari-chan es como Itachi en versión mujer. 

— Si, es verdad. —comentó un rubio con una sonrisita en su rostro— Aún recuerdo cuando Mei-chan jugaba conmigo cuando los demás no lo hacían. En Akane aún vive su recuerdo. Estoy seguro que Mei-chan e Itachi están orgullosos de ellas.

— ¿Y que esperaban? —murmuró un peli-negro con una sonrisa de superioridad— Son Uchiha, mis genes corren por sus venas.

— ¡Sasuke, no es verdad! —exclamó Naruto mirándolo con el ceño fruncido, mientras que la sonrisa de Sakura afirmaba lo que el Uchiha decía.

— No puedo creer que Mei le haya pedido a Nanako que no se enteren quienes son sus padres. —el Uchiha frunció el ceño— Siempre supe que esa mujer estaba loca. 

— ¡No hables así de Mei-chan, teme! ¡Ella no estaba loca! —farfulló el Uzumaki. 

( . . . )

— Siéntense todos. —gruñó el sensei al llegar con las dos niñas detrás de él. Al sentarse todos el sensei habló— Hoy tienen dos compañeras nuevas; Mine Hikari y Akane. Preséntense.

— ¡Mucho gusto! —exclamó Akane con una sonrisa— Mi nombre es Mine Akane y tengo siete años, ella es mi onee-san Hikari. 

Algunos alumnos se rieron de ella haciendo que  en su rostro aparezca una mueca de confusión.

— Tomen asiento.

Hikari se sentó a un lado de una chica de ojos color rubí y cabello negro, mientras que Akane se sentaba a un lado de un chico de ojos marrones y cabello del mismo color. 

— Mucho gusto, me llamo Sarutobi Mirai. —se presentó la chica a un lado de Hikari.

Ésta le sonrió levemente. — El gusto es mío, Mirai-san.

Por otro lado, Akane estaba rojísima por la presencia del chico a su lado. Se había sentado allí por que no habían  más lugares, sin embargo, la presencia del chico la incomodaba por que el chico era muy guapo.

— M-Me llamo A-Akane. —masculló la rubia avergonzada.

— Soy Souta. —dijo el chico con una sonrisa haciendo que la rubia sonría con un rubor más potente en sus mejillas.

— Espero y seamos amigos, Souta-kun. —agrandó más su sonrisa.

— Lo mismo espero, Akane-chan. 

( . . . )

— ¡Llegamos! —exclamó una rubia al llegar a su casa.

Una castaña de ojos verdes salió de la cocina con una sonrisa. 

— ¡Obasan![1] —exclamó la rubia feliz, yendo a abrazar a Nanako.

— Akane, Hikari.. —sonrió la oji-verde, correspondiendo el abrazo de Akane.