Todo se encuentra en calma. Ha pasado una semana desde entonces y aún se siente cómo si fuera ayer. La pequeña rubia se mantiene temblando dentro de la bañera, vestida. No ha salido de casa. No se siente con fuerzas. Se pregunta si alguna vez realmente le llegó a importar. Mira a la nada, pensativa. Ha pasado por algo traumático, pero no tanto cómo lo que le sucedió a su mejor amiga. En parte, se siente mal por creer que lo suyo es tan importante, pero Gemma se lo niega. Su amiga cree que ha pasado por algo igual de terrible.
-Anne ¿Te has duchado ya, cariño?-se oye una voz grave adulta de mujer.
Sí. Casi la vende al mercado negro su propio novio después de hacerle "el amor" de manera brusca. Aún recuerda la su mirada azul cristalina, llena de rabia, muerta y de ojeras marcadas. ¿La llegó a apreciar aunque sea? Fue extraño, pues ella si le amaba, porque no lo quiere considerar palabras mayores. Fue un arrebato, no quiere admitir vivir una experiencia así. Todos dicen que es fácil superarlo, ella no lo cree.
-Anne,en serio. Sal, por favor. Cariño -la voz de la mujer suena angustiada.
-¿Cómo consigues levantarte cada día, Gemma?-pregunta al techo con voz desgarrada la rubia.
Y, sin más, vuelve a llorar hecha una bola en la bañera.
~•~
-¿Dónde está Liam?
-Está hablando con esa niña. No sé para qué, si ya me tiene a mí -Jack parece molesto. Se agarra con fuerza a la mano de su hermana mayor.
-Me vais a traer loca con los romances entre todos. ¿Por qué os buscáis novios y novias tan jóvenes? Mirarme a mí, he aguantado hasta los 19 y no me he muerto -la pelirroja se queja, desganada. Siempre hay algo que la atrasa para ir a dejar a sus hermanos en casa e ir a la biblioteca a estudiar.
De la nada, ve que Liam tira del pelo a la niña morena con la que habla. Comienzan a gritarse y Gemma no puede más que correr hacia ellos, dejando a Jack con su hermana Monique, que acaba de llegar silenciosa.
-¡Liam!-grita, agarrándole las muñecas a llegar-.¿Se puede saber qué haces? No debes pegar nunca a nadie ¿entendido? -intenta sonar con voz calmada, pero ahora mismo no se encuentra con fuerzas para ser diplomática.
-Eres un cerdo -grita la niña, corriendo entre lágrimas. Gemma coge a Liam como un saco y se lo lleva de allí.
-Corramos, antes de que venga con su madre o algo. No estoy para numeritos -la pelirroja corre en dirección al coche y suspira de alivio al ver que Marie ya ha salido. Los mete a todos en el coche, sin importarle quien va dónde. Entra al coche y arranca-.¡Poneros el cinturón! Joder -lo último lo susurra bien bajo y comienza su trayecto de vuelta a casa.
-¿Por qué le has pegado?-pregunta Marie por todos. Nadie se a atrevido a sacar el tema. Liam se mantiene en silencio, mirando por la ventana. Marie, en cambio, no se queda satisfecha y hace una mueca-.¡Oh! Venga ya, no te hagas el interesante. ¿A caso te ha dado calabazas? -insiste la niña.
-¡Cállate fea!-ataca Jack, defendiendo a su hermano-. Eres una pesada. Déjale -Jack va a tomar la mano de su gemelo, pero éste le rechaza, cruzándose de brazos aún en silencio.
Gemma lo ve todo desde el espejo retrovisor, pero no se atreve a decir nada. No quiere cabrearse mientras conduce. Además, nunca había visto a Liam así. ¿Sería muy grave?
-Me voy a la biblioteca mamá -grita Gemma, yendo por el pasillo en dirección a la puerta. Por el camino tropieza con Jack, que se encuentra solo tirado en el suelo-. Hey, no te pongas en la puerta renacuajo. Que te vamos a pisar -le revuelve el pelo, sonriente. Pero Jack alza la cabeza, con tristeza y le coge la mano para que no se vaya.
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Olvidar no es fácil.
Teen Fiction"–¿De qué tienes miedo?–pregunta él pasando su gran y áspera mano por sus rizos negros. –De tu estupidez.–espeta con burla escrutando los ojos azules de él. –Conmigo estarás a salvo.–le vuelve a repetir. No sabe ya cuantas veces se lo ha dicho. –Dic...