Capitulo 18

1.9K 127 24
                                    

Selena le daba los últimos toques a su look para bajar a cenar. Con la habilidad que da la práctica, Selena se cepilló la melena, dejando que cayera por su espalda y después se puso el Rólex de oro, regalo de su padre.

Las nueve en punto. Perfecto. Estaba lista para cenar. Cuando bajó a recepción, todo el mundo estaba esperándola.

—¿Dónde está Harry?

—No lo sé.

—Estoy aquí —escuchó su voz entonces.

—Hola —lo saludó, intentando portarse de forma natural.

—Te he echado de menos —sonrió él, buscando su boca con todo el descaro del mundo.

El pulso de Selena se aceleró, pero intentó disimular.

—No tenías que comprar un vestido de novia y...

Harry la silenció con otro beso y cuando por fin la soltó, ella estaba sin aliento. Daba igual cuántas veces la tocara, siempre se derretía. Había habido una química especial entre ellos, una atracción física que no había desaparecido con los años.

—¿Qué haces?

—No lo que querría hacer, te lo aseguro —sonrió Harry.

Ella hubiera deseado que se la tragase la tierra. ¿Cómo se atrevía a avergonzada de ese modo delante de su familia? Pero cuando lo miró, con aquel esmoquin que le quedaba a la perfección, aquella sonrisa burlona... era un hombre perfecto, irresistible.

—Estás preciosa, Selena. Soy un hombre muy afortunado.

La cena seguramente debió ser maravillosa. Una pena que ella no hubiera podido probar bocado. Sentada al lado de Harry, charlaba con todo el mundo, rezando para que aquello terminase de una vez.

—Prueba esto —dijo él entonces, metiéndole algo en la boca—. ¿Te gusta?

Selena, enfurecida por el gesto de Harry, decidió que si este volvía a ponerle la mano en los labios, le mordería un dedo.

Por fin, cuando la cena terminó y él la había llamado «Mi amor» por enésima vez, Harry se atrevió a acariciar su pecho con el pretexto de apartar un mechón de pelo. 

—Eres tan bueno conmigo, cariño —sonrió Selena, dándole una patada en la pierna por debajo de la mesa.

Él soltó una carcajada.

—¡De verdad, eres increíble!

No era increíble. Estaba furiosa.

—¿Qué pasa ahí? —preguntó Joe.

—Nada. Es privado —sonrió Harry—. Es algo entre mi prometida y yo. ¿Verdad, cielo?

Para los demás era un comentario normal, pero Selena sabía que era una amenaza. La suya era una guerra privada. Y para buscar fuerzas se tomó una copa de vino sin pestañear.

—Por cierto, Harry, tendrás que irte antes de medianoche —dijo entonces David, el padre de Selena mientras les servían el café—. La tradición dice que no debe verse a la novia el día de la boda.

—Muy bien. Entonces, a medianoche me retiraré solo y triste a mi habitación.

Todos rieron. Todos menos Selena, a quien le habría gustado golpearlo. ¿Cómo no veían que aquel hombre los estaba engañando? La sensación de estar atrapada era insoportable. Afortunadamente, la orquesta empezó a tocar en ese momento y Lou apareció a su lado como un ángel de la guarda.

Best Mistake |h.s • s.g|  #TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora