Best Mistake |h.s • s.g| #TERMINADA

Capitulo 6

Selena sabía que, una vez que derramase una lágrima, no podría parar. Por eso intentaba controlarse. En cuanto entró en casa, se quitó las sandalias y subió la escalera como si fuera una anciana, sujetándose a la barandilla.

Pero cuando entró en el cuarto de baño y vio el jacuzzi redondo, tuvo que apartar la mirada. Demasiados recuerdos dolorosos. Mientras se duchaba, no podía apartar de sí la imagen de Harry, desnudo, de rodillas, enjabonándola de arriba abajo con lo que ella había creído completa y total adoración.

Qué terrible error.

¿Por qué le había hecho eso? Por fin, el control que había ejercido sobre sus emociones durante más de una hora, se rompió. Las lágrimas empezaron a rodar por su rostro como una cascada y, sollozando, se puso en cuclillas, derrotada, deshecha...

Después, mucho tiempo después, abrió los ojos. El agua estaba helada. Salió de la ducha y cuando se miró al espejo vio que tenía los ojos hinchados y estaba pálida como una muerta. Seguía llevando el collar y los pendientes de esmeraldas. Se los quitó de un tirón y, como un autómata, se sentó frente al espejo para secarse el pelo.

A Harry le encantaba verla desnuda con el pelo suelto... Sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas y, levantándose de golpe, se dejó caer sobre la cama. Lloró durante horas, con la cara apoyada en la almohada.

Y después, se sintió curiosamente tranquila. Estaba amaneciendo cuando empezó a vestirse. Era sábado y no tenía que ir a trabajar, de modo que se puso unos vaqueros y una camiseta. Cuando abrió la puerta de la cocina, los primeros rayos de sol entraban por la ventana.

Se preparó un café y fue con la taza al salón, donde se sentó un rato para ver las noticias, como hacía todos los días.

Un rato más tarde, Selena oyó el ruido de la puerta y apagó el televisor. Para el hombre que entraba en la casa, ella parecía tranquila, compuesta. Y preciosa. 

—Me alegro de que estés aquí. Pensé que estarías durmiendo en casa de Niall -  Harry llevaba jeans, un jersey  beige y una chaqueta marrón. Estaba un poco despeinado por el viento y nunca le había parecido tan guapo... ni tan lejano.

—¿Y por qué iba a dormir en casa de Niall? Esta es mi casa.

Una rabia sorda, pero tranquila, había reemplazado al terrible dolor que sintió por la noche.

—Estupendo. Esperaba que fueras sensata —dijo él, mirándola de arriba abajo.

Selena vio que las pupilas de Harry. No era inmune a sus encantos, nunca lo había sido.

—Sensata no es la palabra que yo hubiera elegido —dijo, con amargura—. No me siento en absoluto sensata después de lo que pasó anoche. Y exijo una explicación. Creí que eras mi novio, mi pareja. ¡Llevamos un año viviendo juntos! —exclamó, intentando contener la rabia.

Harry se puso pálido. 

—Estoy de acuerdo. Y debo disculparme por mi comportamiento. Bella no debería haberte dicho lo del compromiso... pero es que tú no deberías haber ido a la fiesta. La culpa de esto la tiene Niall, no yo.

—¿Niall? ¿Cómo puedes decir eso? —exclamó Selena, incrédula—. Eres un canalla. Me dijiste que no llegarías a Londres hasta el sábado porque tenías trabajo... ¡Me has mentido!

—No era mentira. Te dije que nos veríamos el sábado, que tenías cosas que hacer el viernes.

—Sí, claro, tenías que comprometerte con Bella. ¡Nunca me había sentido tan humillada en toda mi vida y quiero saber por qué! ¡Quiero que me des una explicación!