Capitulo 10

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Selena sonrió a Harry, intentando contener los nervios. Se alegraba inmensamente de mantener aquella apariencia de sofisticación. No pensaba dejarse afectar por el, como no se había dejado afectar por ningún otro hombre en todos esos años.

—No sé de qué quieres hablar. Que yo sepa, eres cliente del banco Janson y yo no tengo costumbre de robarle clientes a mi padre.

Sintió una gran satisfacción al decir aquello. Sin duda, Harry se había enterado de que David Janson era su padre y pensaba dejarle claro que ella no era su empleada y debía tratarla con respeto.

—Me sorprende que no trabajes para él. Creo recordar que James Thompson te hizo una oferta hace años.

—Sigue haciéndomelas —replicó Selena—. Pero me gusta trabajar en Brentford y no creo en el nepotismo. Y tampoco me gusta mezclar los negocios con el placer.

Que pensara lo que quisiera de aquella frase. Llevaba un año saliendo de vez en cuando con James y parte de la razón por la que se había marchado de vacaciones a Italia era para decidir si aceptaba su oferta de matrimonio.

—Muy inteligente por tu parte. Hace meses que también yo decidí prescindir de sus servicios.

Eso la sorprendió. Ni James ni Mark, su hermanastro, que se había hecho cargo de la empresa el año anterior cuando su padre se retiró, le habían dicho nada.

—No lo sabía. Pero estoy muy ocupada. ¿Qué querías?

—Seguro que estás muy ocupada, Selena. Demasiado.

Ella levantó una ceja.

—¿Y eso lo dices tú? ¿Un hombre que trabaja veinte horas al día? El matrimonio ha debido cambiarte. Por cierto, ¿cómo está tu familia?

Harry la miró, sin expresión.

—No tengo familia. Niall era el último... por eso estoy aquí.

Selena se puso pálida. Niall, claro. Esa era la razón para su visita.

—Yo también he lamentado su muerte. Pero acabo de enterarme —dijo, un poco más amable—. Siéntate, por favor. Voy a pedir un café.

Selena llamó a su secretaria por el interfono y Harry se cruzó de brazos, mirándola con una sonrisa cínica.

—Los dos sabemos que Niall me odiaba a muerte. Y que tú seas la heredera de sus bienes lo prueba sin duda alguna.

—¿Qué? —exclamó ella, sorprendida—. No puede ser. Niall no...

—Niall te ha dejado sus acciones de la empresa Edwards. Y tú sabías que lo haría —la interrumpió Harry.

—Eso no es...

Pero en ese momento su secretaria entraba con el café y no pudo terminar la frase. Cuando Harry le dio las gracias, se puso colorada. Ni siquiera Sandy, que acababa de casarse, era inmune a los encantos de Harry Edwards.

Selena tomó su taza de café y dio un largo trago para ver si la cafeína la espabilaba un poco. Aquel hombre la ponía nerviosa. Todavía. Durante meses después de su ruptura, le había costado trabajo recuperar su autoestima. Incluso se preguntó si él tenía razón, si era una esclava de sus sentidos.

Después decidió que ella era dueña de su propio destino y no podía dejarse influir por los comentarios de aquel hombre odioso, pero a partir de aquel momento su forma de vestir se hizo más discreta. Incluso solía sujetar su larga melena en un moño francés. Lo que no sabía era que ese aspecto de mujer recatada la hacía aún más deseable. su secretaria salió del despacho y Selena se irguió, ofendida.

Best Mistake |h.s • s.g|  #TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora