Como habían prometido, Shinpachi llamó a la puerta de su habitación para despertarla y anunciarle que almorzarían en unos minutos, por lo que Tomoe ajustó la venda de su torso debajo de la yukata para que no hubiera signos de la curva que hacía su pecho y dejó sus armas. Se encontró con el capitán esperándola del otro lado y caminaron juntos hasta un cuarto espacioso. Allí, encontró al comandante, secretario general, los demás capitanes y otros cuatro hombres que no pudo reconocer. Estaban todos sentados sobre unos cojines redondos en el piso, conocidos como zafu. Y frente a cada uno de ellos se situaban varios platos pequeños de comida todavía sin tocar. ¿La estaban esperando para comer? Saludó con una inclinación de cabeza y tomó asiento junto a Shinpachi. Casi al instante, la puerta volvió a abrirse para mostrar a Toshizō, quien pareció fastidiado al encontrarla allí.
- ¿Alguien nombró a Koizumi capitán de un escuadrón para que esté comiendo con nosotros? – preguntó el aludido de mala gana.
- Los demás ya tienen sus propias casas donde almorzar, y los que viven aquí con nosotros todavía no lo conocen – respondió Shinpachi en su lugar, cruzándose de brazos -. Además, no creo que alguien tenga un problema con que él esté aquí, ¿ne?
Los presentes negaron con la cabeza.
- Terminaré perdiendo el poco respeto que todavía me tienen como vice-comandante si siguen haciéndome quedar como un idiota – soltó Toshizō, haciendo una mueca que pareció una media sonrisa. Los demás rieron.
- Con tu reputación de "onifukuchō", no creo que sea un problema poder ganarlo de nuevo, Hijikata-kun.
Tomoe trató de aguantar una risa al escuchar a Keisuke llamarlo "vice-comandante demonio".
- Mira, hasta a Tomoe le da gracia tu nombre – dijo Heisuke, logrando que la joven se sonrojara.
Al advertir su vergüenza, las carcajadas se volvieron más fuertes. No me sorprendería que Hijikata-san me deteste después de esto, pensó para sus adentros, escondiendo su rostro. Sin embargo, pudo haber jurado advertir una especie de diversión en los ojos del vice-comandante cuando sus ojos se cruzaron.
- Koizumi-kun, déjame presentarte a los demás capitanes del Shinsengumi. – Tomoe levantó la vista para distinguir al comandante sonriéndole. – Matsubara, Chūji. Takeda, Kanryūsai. Tani, Sanjūrō. Suzuki, Mikisaburo.
- Koizumi, Tomoe – se presentó ella, inclinando la cabeza.
- ¿A qué unidad pertenecerá Koizumi-kun, Kondō-san? – La pregunta la había formulado uno de los que acababa de presentar, de nombre Kanryūsai.
- Hemos discutido con Toshi acerca de ello y decidimos que estaría en el tercer escuadrón de Saitō. ¿Estás de acuerdo?
Hajime mantuvo los ojos cerrados y asintió con calma.
- No tendría problema de ternerlo entre mis hombres, ¿sabes?
La manera en que había dicho esas palabras provocó en Tomoe una incomodidad que le resultó conocida de las veces en que había sido acosada por otros estudiantes en el dōjō cuando su cuerpo menudo alcanzó la adolescencia. Tratando de no demostrar su molestia, ella se concentró en servir un poco de té caliente en la taza de Shinpachi y Heisuke, quien estaba en su otro costado.
- En realidad, sería un grave problema hacerlo. – Notó cómo Toshizō cerraba los dedos con fuerza alrededor de sus palilos mientras hablaba. – Saitō podrá mantenerlo vigilado si está planeando algo en nuestra contra. Tal vez pudo ganar un lugar en el Shinsengumi, pero sigue tratándose de la persona que apareció a mitad de la noche y trató de escapar de nosotros.
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Mujer Samurái
Random- ¿Sabías que el sakura es la imagen que se presenta en el emblema de los samuráis? - Hai, lo sabía. - Sakura es la única flor que se desprende del árbol antes de marchitarse, cayendo en su máximo esplendor para morir en el suelo, joven y hermosa. A...