Capítulo 25

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Con el paso de los meses, el Shinsengumi volvió a cambiar de cuartel, dirigiéndose a una aldea llamada Fudōdō, donde las cosas parecieron comenzar a empeorar. Entre dichos acontecimientos, aún con el ambiente de tristeza debido a la partida de ambos capitanes, Sanosuke y Masa también tuvieron que pasar por la muerte de su segundo hijo a ocho días de su nacimiento. Un hecho que el doctor Matsumoto les había advertido después de su primer parto pero que, de todas formas, trajo una oleada de dolor tanto a los capitanes como a Tomoe, quien ya consideraba al hijo de la pareja como parte de su familia. ¿Por qué decía un ser inocente sufrir de tal castigo? Sin contar, por el otro lado, la misteriosa muerte de Kanryūsai Takeda, quien había sido atrapado comunicándose secretamente con el clan Satsuma. Su asesinato había ocurrido al terminarse la fiesta de despedida que el comandante había organizado en su honor. El responsable de dicho suceso seguía siendo un enigma.

- He escuchado que Saitō-san fue quien lo mató – había escuchado Tomoe mencionar a algunos de sus compañeros de la tercera unidad días más tarde.

- ¿Qué dices? 

- Pero el capitán ya no es parte del Shinsengumi. 

- Es imposible.

Gracias a la información de Shinpachi y Sanosuke le daban para mantenerla informada mientras Sōji debía todavía pasar su día en cama para recuperarse, no fue sorpresa para ella escuchar que el antiguo consejero, Kashitarō, se encontraba en secreto con el clan Satsuma a pesar de querer mantener las buenas relaciones con el Shinsengumi. Según sus fuentes, estaban poniendo en marcha un plan para asesinar a Sakamoto Ryōma y Nakaoka Shintarō, ambos samuráis que luchaban por derrocar al Shogunate. No obstante, dos días antes de sus muertes, Kashitarō fingió "alertar" a Ryōma sobre la posible idea de que el Shinsengumi tenía intenciones de matarlo, lo cual se trataba de un hecho falso debido a que el comandante Isami mantenía contacto con Nagai Naomune, un hombre cercano a la familia Tokugawa, y él mismo le había comentado acerca de la Porpuesta de Tosa, en la que se dejaba a cargo a Ryōma de, en caso de que el gobierno devolviese el poder al Emperador, aún pudiesen mantener sus tierras y tener una voz dentro de la "nueva era". Después de todo, el aludido era considerado un visionario que veía en Japón un futuro igual al americano, donde todos los hombres pudiesen ser considerados como iguales. Aunque, por supuesto, para ello era necesaria la modernización del país, y así evitar la colonización de influencias extranjeras.

Por dicha razón, se trató de un engaño cuando, la noche del crimen, Kashitarō mintió al identificar la espada de la escena del crimen como la de Sanosuke. Al día siguiente, el comandante, el vice-comandante y los capitanes se dirigieron a la sala principal para una reunión mientras que Tomoe trataba de escuchar por el otro lado de la puerta sin ser vista.

- ¡¿De qué rayos está hablando, Kondō-san?! - fue la respuesta del capitán al escuchar al capitán soltando esas palabras, completamente indignado.

- Lo que escuchaste, Sano.

- ¡Pero mi espada está justo aquí! - rugió con enfado.

- Lo sé - aseguró Isami -, te creemos. Pero no podemos hacerles entender eso a ellos. – El comandante se quedó callado por unos pocos segundos y pudo imaginarlo soltar un suspiro antes de seguir. – Después de todo lo que ha pasado con Itō-san... creemos que la información que ha llegado a nosotros es suficiente para planear qué haremos con él.

- Ya era hora – escuchó decir a Shinpachi -. ¿Qué haremos?

- Al parecer está planeando asesinar a Kondō-san.

Por lo que Tomoe pudo advertir, la voz de Toshizō se escuchaba sombría y molesta.

- ¿Cómo lo sabes?

Mujer SamuráiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora