Año Bisiesto

Capitulo XI: Comienzan los problemas.

Los días fueron pasando poco a poco, Anel se mostraba tranquila y muy callada, por las mañanas su padre la llevaba a la preparatoria y en las tardes Victor o Isaac la acompañaban a su casa. Regreso a su trabajo en la cafetería, estaba comenzando a retomar la vida que había dejado atrás ante la muerte de su hermano, pero no todo estaba bien, Anel seguía sin comer bien y algunas veces se veía pálida como si estuviera muy enferma, y su voz aún se escuchaba quebrada, pero seguía de pie tratando de salir adelante, de no darse por vencida y de calmar el dolor que sentía. La primavera estaba llegando y con ella los problemas.

–Señorita Aguirre como siempre tan distraída –Dijo el profesor Álvaro mientras daba su clase de Algebra. –No puedo creer como una persona como usted puede estudiar en esta preparatoria.

– ¿Perdón? No sé de qué está hablando –Contesto Anel

–Lo que me suponía, usted es una persona arrogante y sobre todo mal educada –Siguió diciendo el profesor muy molesto mientras caminaba hacia donde ella estaba y todos los compañeros del salón lo seguían con la mirada.

–No le voy a permitir que me siga ofendiendo. –Dijo Anel levantándose de su silla muy enojada aventando la libreta sobre la butaca.

–No lo estoy haciendo, lo único que hago es decir la verdad –Continuo diciendo cuando la tuvo cara a cara – ¿Siempre es así de agresiva?

–Con todo respeto pero no tengo por qué contestarle

–Muy bien señorita Aguirre, tiene la boca más abierta que un león cuando tiene sueño, largo de mi clase y no regrese si no vienen sus padres a hablar conmigo.

–No se preocupe que ya no regresare más a su clase, con permiso –Contesto Anel y se dirigió a la puerta y al salir esta fue azotada con mucha fuerza.

– ¿Qué es lo que le pasa profesor? –Dijo Victor levantándose de la silla en tono muy molesto mientras el profesor se dirigía a su escritorio para continuar con su clase.

– ¿Perdón? – Giro su cabeza para verlo y le hablo en tono muy tranquilo –No lo puedo creer esta escuela está llena de personas arrogantes, señor Hernández tome asiento que seguiré con la clase.

– ¿Y si no lo hago qué? –Lo encaro.

–Tranquilo joven Victor no lo dejare ir detrás de esa jovencita así que vuelva a sentarse o tengo que recordarle que usted está reprobado en mi materia –Y así lo hizo lleno de coraje por no poder hacer algo para defenderla.

Mientras tanto afuera del salón Anel estaba llorando porque se sentía tan sola y que con cada día que pasaba extrañaba a Edgar cada vez más, todas las cosas a su alrededor se movían, la cabeza le daba vueltas y entonces su única salida fue correr muy rápido y querer llegar hasta donde sus pies ya no pudieran caminar más.

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Cuando se terminó la clase de Álgebra, Victor salió corriendo del salón buscando a Anel y Jazmín fue siguiéndolo, pero Anel no estaba, la buscaron por todos lados, en la cafetería de la escuela, en cada salón que había, en el estacionamiento, por toda la escuela pero Anel no aparecía por ningún lado.

– ¿Quizás esta con la directora? –Comento Jazmín cuando se dio cuenta que Victor estaba desesperado por no encontrarla.

–Puede que tengas razón, vamos a la dirección–Contesto Victor y ambos corrieron hacia la dirección, cuando llegaron tocaron la puerta y la directora dio la orden para que entraran.