Capítulo XII: ¿Dónde estas Anel?

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–Señorita, ¿está bien? –Pregunto un hombre muy preocupado cuando bajo del auto a toda rapidez y la vio ahí tirada en el suelo, así que se acercó para ayudarla y pudo ver que Anel estaba despertando y al parecer estaba bien.

– ¿Qué me paso? –Pregunto Anel mientras despertaba y colocaba su mano en su cabeza donde tenía un golpe y un poco de sangre comenzaba a rodar por su rostro. El hombre que la había golpeado con su auto la ayudo a levantarse.

–Señorita ¿Quiere que la lleve a un hospital?

–No, no se preocupe estoy bien, solo quiero ir con mi hermano

– Claro que si yo la llevare, dígame donde está su hermano. –Dijo el hombre ya un poco más tranquilo al ver que Anel estaba bien.

–No lo sé, pero ¿Puede llevarme al panteón?

– ¿Al panteón?

–Sí creo que es ahí donde esta –Dijo Anel mirando al suelo.

– ¿Cuál es su nombre señorita?

–Anel –Hizo una pausa y luego continuo – Anel Aguirre

–Te llevare a casa, ¿Sabes cómo llegar?

–No, realmente no recuerdo nada, por favor lleve al panteón quiero ver a mi hermano –En ese momento se acercó a aquel hombre y con tono de súplica lo tomo del cuello de la camisa.

–Está bien, tranquila, iremos al panteón –La llevo al auto y le abrió la puerta del copiloto y Anel subió, luego se dio la vuelta y también subió al auto donde condujo hasta el panteón.

Cuando llegaron al panteón Anel bajo corriendo del auto aun con la sangre en su rostro, y aquel hombre la fue siguiendo.

–Gracias por haberme traído señor –Anuncio Anel en cuanto se detuvo y giro su rostro para verlo –Aquí estaré bien.

– ¿Segura? –Pregunto el hombre y Anel asintió con la cabeza. –Pero la sangre en tu rostro, tengo que llevarte al hospital, no se siquiera que hacemos aquí.

–Estaré bien señor gracias –Dicho esto Anel entro corriendo al campo santo, y el hombre regreso a su auto y se fue pensando en sí estuvo bien haberla llevado a donde se lo pidió o si lo mejor era llevarla al hospital.

–Hola hermano –Dijo Anel cuando llego al lugar donde descansaba su hermano –He venido a visitarte porque tengo muchas cosas que contarte –Por el tono de voz Anel comenzaba a llorar –En la escuela todo va mal, los compañeros me miran con lástima porque creen que soy débil pero te juro que jamás se los he demostrado, en la cafetería rompo cada plato o taza que tengo en la mano, soy una torpe y tonta. He olvidado como tocar el piano, al igual que lo he hecho con algunas otras cosas pues siempre olvido lo que iba a hacer o decir. No sé qué me pasa hermano. Estoy perdiendo la cabeza, los problemas son cada vez más. Te extraño hermano pero intento no hacerlo. ¿Dime como vivir sin ti? –Y entonces se dejó caer sobre la tumba de su hermano y lloro hasta que se quedó dormida.



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– ¿Cómo puede ser posible que no la encontremos por ningún lado? –Dijo David muy enojado y a la vez preocupado, de nuevo en la casa de Amelia donde todos estaban presentes – Hemos buscado toda la maldita tarde y está a punto de anochecer, donde diablos esta mi hija –Se dejó caer al sillón mientras ponía las manos en la nuca y se jalaba el cabello con desesperación.

Año BisiestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora