Capítulo XIII: No quiero perderte.

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Después de que Anel perdiera el conocimiento Gabriel la cargo y la llevo hasta su casa que estaba muy cerca de ahí, iba a toda prisa, cuando llego entro por la puerta con mucho cuidado, subió a su recamara y recostó a su hermana en la cama, corrió hacia el baño y abrió el botiquín de donde saco alcohol y algodón, regreso a donde estaba su hermana y se sentó junto a ella mientras ponía un poco de alcohol en el algodón, lo coloco en la nariz de Anel hasta que ella comenzó a moverse. Al parecer estaba despertando.

–Hermana –Dijo Gabriel en tono más tranquilo y mientras le quitaba el algodón – ¿Estas bien?

– Gabriel ¿Eres tú? –Pregunto Anel aun con los ojos cerrados y haciendo gestos

–Tranquila hermana, si soy yo Gabriel, ¿Cómo te sientes?

– ¿Dónde estoy Gabriel? –Dijo ya con los ojos abiertos y tratando de levantarse

–Tranquila hermana –Dijo él tomándola de los hombros para detenerla –Estas en casa de papa, te traje aquí porque te desmayaste cuando estábamos en la calle.

– ¿Por qué me duele mi cabeza? –Dijo Anel colocándose la mano izquierda en su cabeza.

– ¿De verdad, no recuerdas nada de lo que paso? –Pregunto Gabriel muy preocupado.

–No ¿Qué fue lo que paso? –Hablo ella haciendo gestos de dolor.

–Es exactamente lo que me pregunto yo –Contesto Gabriel levantándose de la cama y acercándose a la ventana –Lo único que te puedo decir es que has estado desaparecida desde ayer y te está buscando la policía al igual que papá, Amelia e Isaac.

– ¿Qué? ¿Cómo que la policía? – Movía la cabeza hacia todos lados – Pero ¿Por qué? Si yo hace algunas horas salí de la preparatoria.

–Hermana, será mejor hablarle a papá para avisarle que has aparecido. –Camino hacia la cama y se sentó en la orilla de ella sin quitar la vista de la ventana –Con todo lo que ha pasado no he tenido tiempo de avisarle que ya te encontré.

–No lo hagas –Le suplico Anel intentando levantarse de la cama para acercarse a él – Por favor.

–Pero Anel –Giro la cabeza para verla –Papá ha estado preocupado por ti y te está buscando desesperadamente.

–Gabriel, aun no entiendo nada de lo que está pasando pero será mejor que me vaya a mi casa, ¿Me llevarías?

–Está bien hermana –Dijo Gabriel y se levantó de la cama –Pero primero necesito curarte ese golpe de la cabeza y los raspones de las rodillas, como también me gustaría que te cambiaras de ropa y lavaras la cara. –Anel asintió con la cabeza mientras Gabriel sonreía –Bien ya nos ponemos de acuerdo hermana, iré por el botiquín y algo de ropa. –Y entonces salió de la recamara.

Al poco rato Gabriel regreso con el botiquín en la mano derecha mientras que en la otra traía un pans y una sudadera color negro que al parecer eran de él, se sentó junto a ella y con mucho cuidado curo cada una de sus heridas y le explico lo que había pasado, que desde el día de ayer cuando el profesor de Algebra la había sacado de su clase nadie la había encontrado por ningún lado y que la directora había iniciado una búsqueda con la policía para encontrarla.

Anel no lo podía creer pues le dijo a Gabriel que lo único que ella recordaba era su enfrentamiento con el profesor y que había salido de la preparatoria por el estacionamiento, después comenzó a caminar y ahí fue donde lo encontró a él, pero eso era todo y entonces su hermano comenzó a preocuparse. Luego le entrego a Anel la ropa que le había traído y salió de la recamara para que se pudiera cambiar.

Año BisiestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora