Juraría que la próxima vez que viera a ese alborotador sería en su funeral cuando entregara el pésame a toda su familia. Eso era lo que pensaba hasta que vio al muchacho salir íntegramente de tan peligroso lugar; con esa sonrisa boba en sus labios y ese aire de haber conseguido lo que tanto estaba buscando.
Estaba curioso, no iba a negarlo, pero también no estaba muy seguro de acercarse a él por el simple hecho de que tras abandonar el humilde palacio de Housen ese par de guardaespaldas que harían ver pequeño a los gorilas de montaña, aparecieron y tenían cara de pocos amigos. No obstante, su mirada se posicionó en lo que uno llevaba cargando sobre el hombro; ¿era un costal lo que llevaba a cuestas?
—¿Qué sucios trabajos tuviste que hacer para que no te hicieran picadillo, eh? —ya que Kamui se había aproximado hacia él no le mataría preguntar.
—Desde hoy trabajamos para Housen-sama —¿había escuchado bien? ¿"Trabajamos"? Eso era plural y lo incluía a él.
—¡¿Cómo que "trabajamos"?! No recuerdo haber firmado ningún contrato colectivo ni nada por el estilo —dijo, cabreado.
—No te preocupes por eso. Yo he firmado por ti y Ugyu —cínico y cabrón, eso es lo que era él.
—¿Sabes?, algunas personas valoramos nuestras vidas... Gente como yo por ejemplo —indicó intentando calmarse para no golpearlo allí mismo.
—El trabajo es bastante simple y la paga es muy buena —por si le quedaba dudas al castaño, el enorme fajo de billetes que Kamui tenía en su mano derecha podría noquear a alguien si se lo arrojaban en la cabeza.
—Ey, sé que dijiste que matarías a cualquiera que se metiera en tu camino, pero estás llevándolo muy en serio...¿Sabes lo que cuesta esconder un cuerpo en estos días? La policía siempre está muy al pendiente de lo que sucede.
—No mataremos a nadie...no aún —expresó campante y jovial—. Solamente tenemos que hacernos cargo de esto de ahora en adelante —su dedo pulgar se direccionó hacia atrás, hacia el saco que habían dejado esos grandulones.
—¿Vamos a sembrar papas?¿Seremos agricultores de ahora en adelante?¿Se nos ha encargado proteger una hortaliza? —eso pensaba hasta que vio que ese bulto se movía. Es más, estaba retorciéndose como un gusano.
—De esta manera será mucho más fácil para nosotros —¿por qué no coger una cuerda y amarrarla alrededor del saco de yute?¿Por qué no arrastrarlo como si no existiera delito alguno en ello?—. Todo esto del trabajo me ha abierto el apetito. Vayamos por algo de comer.
—¿Te has dado cuenta de que hay un ser humano allí dentro? —Abuto solamente se limitó a ver al pelirrojo avanzar tranquilamente, tirando de su "encargo laboral"—. Sabes, morirá asfixiado si no le hacemos unos hoyos.
—Debí de haber escapado cuando pude hacerlo...—Ugyu y su lenta toma de decisiones.
No sorprendía que la gente siempre los mirara por lucir como unos vándalos que merecían ser erradicados de la sociedad antes de que echaran raíces, pero ahora existía un motivo extra que estaba generando la alarma de todos; ¿y es que quién va por ahí con un bulto sospechoso que de vez en cuando se mueve?
Pero Kamui tenía clara sus prioridades. Por lo que tras llegar a uno de sus restaurantes favoritos, entraron; y como tenían un buen dinero, ¿por qué no pedir toda la carta? Cuando sé es pudiente se pueden dar ciertos lujos.
—¿Y bien?
—¿Te vas a comer ese pollo frito? —hablar con la boca llena era normal en Kamui. Se notaba que nadie le había enseñado de buenos modales a la mesa.
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~Our Promise~ [CANCELADA]
FanfictionÉl era una bestia adicta a las peleas y a los grandes problemas. Ella, una niña insolente harta de su estilo de vida. Él era como el sol, imponente e indomable. Ella era como la luna, protectora pero solitaria. Ninguno encajaba en el mundo del otro...