Capítulo 9: No hay lugar para huir o esconderse

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  ¡Es viernes y el cuerpo lo sabe! XD Bueno, en realidad es un buen día para escribir y actualizar, como se habrán dado cuenta. Y tengo muchas cosas que decirles, pero sería spoilers y estaría arruinándoles la trama de todo lol Así que lean, queden impactados e imagínense la tormenta de celos que se vienen :D 

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¿Ha dicho...mamá? —Tora se quedó completamente inmóvil, con sus manos retraídas mientras enfocaba su mirada en ese joven que dormía profundamente. Juraba que le había escuchado confundirle con su madre—. Tal vez se deba a la alta fiebre que tiene y se lo ha imaginado todo... Aunque ahora que lo pienso, no he visto a su madre en ninguna parte. Tampoco veo fotografías familiares o algo parecido...

—Señorita —el moreno dirigió sus palabras desde el umbral, metiéndole un tremendo susto a la castaña; por poco y grita.

—Mu-chan, no me des esos sustos —se giró hacia el del afro, suspirando—. Le he medido la temperatura y es de 39... Si no hacemos algo para controlarla, podría empeorar.

—Puedo llamarle a su médico familiar para que venga a revisarlo.

—Hazlo. Pero por favor, no le comentes nada de esto a mi padre —pidió.

—Mi boca será una tumba —prometió solemnemente.

El médico no demoró demasiado tiempo en llegar al domicilio del pelirrojo y se encargó de examinar a su nuevo paciente. Incluso se encontraba sacando de su fastuoso portafolio una serie de cajas de diferentes tamaños y con nombres rimbombantes que solamente los farmacéuticos podían reconocer.

—Le he inyectado un fuerte antibiótico para combatir su infección de garganta. También he dejado unos antipiréticos que tendrá que tomarse cada doce horas para que la fiebre le baje. Y por si las dudas, también hay un antiviral por si llegara a presentar episodios de gripa.

—Sensei, le agradezco enormemente que haya venido hasta acá. Sé que siempre está muy ocupado —expresó el moreno para el hombre de bata cuya barba enroscada era de lo más característica.

—Soy el médico de la familia. No puedo negarme a los pedidos del jefe o su pequeña sucesora —el doctor miró a la aludida que estaba ordenando las cajas de acuerdo a sus indicaciones—. Mañana y pasado mañana vendré a aplicarle las inyecciones restantes.

—Eso sería genial —espetaba Tora, enfocando su atención en el chico que seguía profundamente dormido.

—No cuestionaré sobre su relación con este muchacho, pero le recomiendo que sea discreta con las personas que forja relaciones, Tora-sama.

—Lo tengo muy en cuenta —esa sonrisilla a la ligera le dejaba claro que en verdad no estaba pensándoselo demasiado.

—Con su permiso, me retiro. Qué tenga una excelente tarde —el médico salió de la habitación en compañía de la castaña.

—¿Acaso le he despertado? —interrogó el del afro tras contemplar esos celestes ojos, mirándole con confusión mientras él se encargaba de quitar todos esos medicamentos de la cama de Kamui—. No tiene por qué alarmarse. Mi nombre es Osamu y trabajo para la señorita —es que en realidad ninguno de los dos se conocía.

—Ungh...—repentinamente estaba sintiendo un punzante dolor bajo su espalda baja, justamente en su glúteo derecho.

—Un médico particular ha venido a revisarle y le ha inyectado para que se mejore cuanto antes —fue en ese instante en que conmemoró todo; estaba enfermo y había recibido la inesperada visita de la castaña.

—...Ya veo...—no estaba demasiado concentrado en su presente. En ese momento, su mente solamente trajo una imagen a su cabeza; la misma que le había hecho susurrar algo innecesariamente vergonzoso. ¿Hacía cuántos años que no había pronunciado ese término?

~Our Promise~ [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora