~Our Promise~ [CANCELADA]

Lección 23: Antes de empezar la guerra debes saber por qué estás peleando

  ¡Buenas noches! Oh sí, esta semana estoy espléndida, pero no se acostumbren XD Pero cambiando de tema, aquí les traigo cremita de la buena :D Sólo diré que me siento orgullosa de todo el progreso creado en las parejas y que me resultó imposible no meter/insinuar un posible triángulo amoroso ( además de Angst/Drama-Queen, también le gustan los triángulos amorosos). Ya sabrán a lo que me refiero cuando lean *se va riendo malvadamente*. 

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Ella jamás rehuía de nadie sin importar los motivos. Ella era fuerte, intrépida, sencillamente una persona que no sabía agachar la mirada y retroceder. Ese era el modo en que era ahora. Entonces, ¿por qué había salido corriendo como una niñita miedosa que parece haber hallado al peor de los monstruos debajo de su cama?¿Es que resolvería algo dándole la espalda a la realidad y a ese hombre?¿Qué era lo que realmente estaba aterrorizándola?

Se detuvo. No por falta de convicción, sino por cansancio. Su pecho le dolía terriblemente, sus pulmones habían alcanzado su límite y sus piernas ya no le respondían más. Su escaparate la había llevado hasta el gimnasio escolar; hacia esa zona que no era frecuentada demasiado. Allí podría encontrar la calma.

Llevó inconscientemente la yema de sus dedos hasta sus labios. Todavía podía sentir los del castaño sobre los suyos, como si ese beso continuara repitiéndose aun cuando él ya no se encontraba frente a ella. Fue entonces cuando se sintió estúpida y sacudió su cabeza tan duro para alejar ese frívolo pensamiento de su cabeza.

Pero le atraía, ¿no? Por las razones que fueran, pero así era. Entonces debió sospechar que un acercamiento inesperado, irrumpiendo la línea de la amistad, la dislocaría. Aunque no estaba esperándose que llegara a ese nivel.

—¡¿Pero qué demonios le ha pasado a ese idiota?!¡¿Cómo se ha atrevido a besarme tan descaradamente solamente porque lo han retachado de maricón?!¡¿Qué cree que soy, eh?! Solamente deja que me lo encuentre y lo moleré a golpes hasta dejarlo completamente irreconocible e inservible —carraspeó con un tono tan áspero como colérico. Estaba iracunda, frenética, desesperada; simple y llanamente se sentía dentro de un laberinto sin salida.

Los deseos más desagradables suelen ser los que se hacen realidad con mayor facilidad. Lo descubrió en el instante en que sus celestes pupilas reflejaron aquella silueta, aquella humanidad que le desencadenaba la desagradable mezcla de pánico y cabreo.

Hizo de sus manos dos peligrosos puños y dirigió sus pasos hacia quien había tenido los pantalones suficientes para irla a buscar. Su siguiente movimiento rompió el silencio existente y dejó en la mejilla derecha del castaño una vistosa marca carmesí.

Su segundo intento fue frenado en seco. La mano derecha del castaño sujetaba su puño con notoria facilidad.

—Ese realmente me ha dolido —dijo. Sus labios se curvaron en una sonrisa burlona; esa que siempre le acompañaba cuando cruzaba miradas con ella—. Por lo que no dejaré que me des otro.

—¿Ah sí?¿Tan seguro estás de que podrás mantenerte entero? —sus piernas también eran hábiles. Y una de ellas logró acomodar magníficamente bien un embiste en el costado derecho de Okita—. Tu rostro retorciéndose de dolor es sumamente cómico.

—Pero es poca cosa comparado con la expresión que adoptó tu cara después de que te...besé —¿tenía que recordárselo?¿Era necesario volverla a atormentar con ello?—. Incluso ahora tus mejillas están completamente rojas —Kagura se liberó de su agarre ante su enfado renovado. Retrocedió para evitar que le devolviera el gesto y para no sentirse nuevamente perturbada—. ¿Acaso me tienes miedo ahora, china?¿Tan cobarde eres o es que no soportas que un chico se te acerque demasiado?