Capítulo 8: Desde la esquina del mundo que se está cayendo en pedazos

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  ¡Buenas tardes! Sí, soy yo, y he traído actualización baby :D Es que ayer me dio la inspiración y bueno, cuando pasa, cosas maravillosas como estas suceden. Sólo diré que se avecinan muchos acontecimientos, tal vez más drama del que sus corazones estén acostumbrados, angustia que ya es sello de la casa y en fin, aténganse a las consecuencias por venirme a leer XD Bueno, disfruten, yo mientras seguiré riéndome maquiavélicamente :D 

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Supo en el instante en el que llegó que no debía decir palabra alguna. La atmósfera dentro de esa sala de espera era tan densa que le asfixiaba y le hacía entender que su presencia, posiblemente, se encontraba de más y que lo mejor era retirarse sin importunar a esos dos hombres que se hallaban sentados, sin mirarse.

Pero también se dio cuenta de que era demasiado tarde para huir. Porque en cuanto retrocedió chocó de lleno con la persona que se tomó las molestias de llevarla hasta allí; literalmente podía decirse que su vía de escape se encontraba bloqueada temporalmente.

—¿C-Cómo sigue...? —preguntó tímidamente a los que deberían estar más que informados por la condición de la pelirroja.

—Fuera de peligro. No ha sido una lesión grave ni que haya podido su vida en peligro —no conocía al hombre de bigote y calvicie abundante, pero no le costaba deducir que podría ser el padre de Kagura.

—Me alegra escuchar eso. De verdad que...lamento lo que le ocurrió —se disculpó la castaña. En cierto modo, todo lo acaecido tenía cierta relación con su mundo, ese que no debía inmiscuir a personas como él o sus hijos.

—No tiene que preocuparse por los gastos del hospital o cualquier aspecto relacionado con la rehabilitación de su hija. Ya que nosotros nos haremos cargo de todo eso —habló Yua para el hombre que permanecía estoico, sin dignarse a mirarlas—. Comprendemos cómo se siente por lo que ha pasado con su hija, pero le pido amablemente que acepte nuestra ayuda.

—Queremos que Kagura esté bien. No buscamos otra cosa —intervenía Tora con la mirada puesta en el pelinegro—. Así que por favor...

—Kamui, ¿qué es lo que tienes que decir a tu favor? No solamente te saliste de la escuela, sino que también te ha importado un bledo que tu hermana estuviera en problemas. Y ahora resulta que tienes un trabajo cuyo jefe no parece ser alguien de confiar —ese tono rozaba lo gélido y ocultaba magníficamente el enfado que sentía. En verdad quería ponerse de pie y darle una buena paliza a ese estúpido hijo suyo que no hacía más que complicar las cosas y exponer su vida a riesgos innecesarios. No los había criado para que se dieran la espalda mutuamente y se desearan la muerte.

—Es tal y como lo has dicho —esa sinceridad ponía de nervios a su progenitor—. Sigo asistiendo a la escuela, aunque también tengo que vigilar a la problemática hija de mi jefe —señaló con la mirada a quien se sentía en medio de una lucha campal.

—Yo...Este, puedo explicarlo señor —en cierto modo era su culpa que ese chico ya no asistiera a la Preparatoria Yato.

—¿Eres la hija de Housen, no es así? —la castaña se quedó helada ante su pregunta y eso le dio la razón absoluta a Umibouzu—. De modo que eso fue lo que él puso hacer a mi estúpido hijo para no matarlo.

—Digamos que llegaron a un acuerdo inesperado —soltó con nerviosismo—. Pero no tiene que preocuparse, yo voy de la casa a la escuela y viceversa, así que pasa el menor tiempo posible conmigo.

—¿Qué le has hecho a esta chiquilla como para que tenga que abogar por ti? Si llegas a hacerle algo su padre echará tu cuerpo al río —genial, sus buenas intenciones habían sido malinterpretadas; ahora tenía a su hijo en una peor categoría que antes.

~Our Promise~ [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora