Rumbo a Central City

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Menos mal que ayer terminé de hacer la maleta completamente, porque hoy no soy persona para hacer algo. Me doy una ducha rápida y me visto rápidamente la ropa que aparté ayer apropósito y me dirijo a la cafetería. Al llegar, veo a todos allí, que raro pienso.

- ¿Por que soy la última en llegar?- pregunto alzando la ceja todos se quedan en silencio.

- Queremos pasar el mayor tiempo posible contigo- dice Eli.

- Esta bien...- les digo mirando raro; estos ocultan algo pienso y Dani y Elena me hacen sitio.

- ¿A quién le toca hoy pedir?- pregunta Sonia.

- A mí- dice Eli levantándose- ¿alguien me acompaña?- dice mirándonos.

- Ya voy yo- digo dejando el bolso al lado de la silla- ya que estoy levantada aprovecho- digo antes de que Andrea me diga que no.

- ¿Lo de siempre chicas?- pregunta Eli mirando a la mesa.

- Yo una napolitana aparte también- dice Andrea asentimos y vamos a por el desayuno.

Después de un par de vueltas por parte de Eli y mía, nos sentamos a hablar de cualquier cosa entre todos, es agradable estar con ellos, son como mi segunda familia, los echaré de menos seguro.

- Chicas,- digo y los chicos me miran mal- y Dani y David- digo con una sonrisa- tengo que irme ya- les digo levantándome.

- Esta bien- dice todos como si lo estuviesen asimilando.

- Pero antes Zoysi,- dice Dani- tenemos un regalito para tí- dice y me entrega una foto en forma de polaroid.

- Sois los mejores chicos- digo aguantando las ganas de llorar.

- Y no es todo- dice esta vez Sonia- toma- me dice y me da una cosa rectangular envuelta en papel de regalo- por favor, ábrelo cuando estés en el avión- dice y solo puedo asentir.

- Os quiero- digo y les abrazo a todos- somos una piña, aunque esté lejos de vosotros- y empiezo a llorar. Nos quedamos así unos minutos hasta que escuchamos una bocina.

- Venga Zoysi, o llegarás tarde al aeropuerto- aparece mi padre con su monovolumen.

- Pero las maletas estan en casa- le digo separándome de los chicos y acercándome a él.

- Están en el maletero, anda sube- me dice mi padre quitando el seguro de su Opel Zafira.

- Os quiero- digo y corro hacia mis amigos los abrazo uno por uno por última vez y cojo el regalo y lo meto en mi bolso y me dirijo al coche sin mirarles. No quiero hacerlo. No quiero llorar; no otra vez.

Una hora después, a eso de las dos y veinticinco, nos encontramos mi padre y yo comiendo en el KFC del aeropuerto.

- Así que...¿a donde te vas? Porque tu madre se ha enfadado conmigo otra vez y no me dice nada, y tu hermana se ha aburrido de mi, ya sabes, está en la edad del pavo- me dice lo último para calmar la tensión entre nosotros.

- Pues la verdad es que me voy a Londres- le digo dando un mordisco a mi muslo de pollo; en parte, no le miento, ya que tengo que hacer trasbordo en Londres.

- ¿Tu con los guiris? Miedo me das, pero tú a mi no me vas a traer un nieto guiri- me dice serio y arrugando su entrecejo, como lo hace siempre, y apuntándome con su muslo de pollo.

- Papá, déjalo ya, en serio- ruedo los ojos, siempre igual.

- Ese es mi vuelo, papá- digo limpiándome las manos y los labios al escuchar por el altavoz mi vuelo- adiós papá- digo cogiendo el bolso abrazándole y besando su mejilla.

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