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Me abracé a él entrelazando nuestras piernas, casi parecíamos más una pareja que un par de amigos. Hundí mi cabeza en su hombro y respiré el aroma de su pelo.

-¿Me dejas hacer una cosa?-me preguntó.

Levanté una ceja en plan preguntando el que y me beso, yo me quede paralizado sintiendo sus labios contra loa mios, no sabía que hacer, el era mi amigo y era todo tan... tan raro...

-Wed-susurré-no... no puedo hacer esto, contigo no.

-¿Por?-preguntó-no es nada malo.

Él era mi mejor amigo y yo no podía liarme con él, si no no le podría volver a mirar con los mismos ojos. Suspiró y me abrazó por la cintura.

-Bueno... pero ya sabes que si quieres algo con alguien... yo... yo estoy dispuesto-susurró y me acaricio el pelo-pero solo si tu quieres, no voy a obligarte a nada.

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Me desperté y Wed ya no estaba allí, había desaparecido, pero en cambio estaba mi madre sentada al borde de la cama acariciándome una de las piernas.

-Su madre lo llamo para que fuera a casa en medio de la noche, no se porque eso ya no me lo dijo cuando llamo al telefonillo-dijo mi madre con tono tranquilizador-dijo que te llamaría para contarte todo.

Afirmé con la cabeza suspirando y me levanté posando mis pies descalzos en el frío suelo. Fui a la cocina a hacerme el desayuno y volví a mi habitación para comérmelo rápido y dejar la taza en cualquier lado.

Hice todo con la mayor naturalidad posible pese a que estaba muy descolocado por todo lo que había pasado el día anterior y todo era todo. Me vestí como el día anterior y salí de casa. Iba andando tranquilamente asta que oí a alguien silbar la canción dragula de Rob Zombie.

-Aibaaa... la zorrita-dijo el mismo que había estado silbado-¿Dónde está tu príncipe azul?¿Dónde esta tu salvador?

No contesté, seguí andando haciendo como si no lo hubiera oído pero acelerando el paso.

-Y ayer nos faltaron las tías... tenía la ilusión de que vinieras-riendo-pero al parecer estuviste con el gilipollas de Wednesday... lo vimos saliendo de tu casa por la noche.

La sangre se me heló.¿Cómo podía saber ese tío donde vivía?¿A caso era un acosador? Aun aceleré más el paso y cuando llegué al instituto no me fije si estaba alguno de mis amigos en la entrada y entré directamente, no quería soportar más al rubio.

La gente me miraba raro y se reía cuando yo pasaba, la cabeza me daba vueltas y empezaba a distorsionar las cosas, no sabía ya si esas risas de verdad existían o solo eran fruto de mi imaginación. "Tranquilo Joey" me dijo una voz dentro de mi cabeza "Joey, ellos te odian, suicidate" me dijo otra, como si eso fuera tan fácil. Derrepente me choqué con un chico y antes de mirar quien era recogí los cuadernos que se le habían caído al suelo.

-L-lo siento-dije dándoselo, pero... mierda, era el amigo del rubio, Sid-en-en serio que lo siento.

-¡PERO SI ES LA PUTA DE WED!-gritó riendo-¿Tu dueño te ha dejado abandonado?

Todo el mundo nos miró y él río de una forma cruel mirando al rededor. Me miró de nuevo y me dio una patada en el estómago, tenía ganas de llorar pero tuve que contenerlas para no ser motivo de más risas. Me levanté del suelo con algo de dificultad pero cuando termine de hacerlo me encontré con una mano en mi garganta.

-Dejame...-susurré de manera suplicante-...por favor, no quiero esto-sollozando-otra vez más no...

Noté por un momento que relajaba la mano pero enseguida volvió a apretar un poco haciendo que respirara con dificultad. Intenté hacer que me soltara pero no había manera y me estampó contra las taquillas levantándome del suelo. "¡Sin sangre no hay pelea!" Gritaba la gente, lo malo es que yo sabía perfectamente que yo sería el que saldría mal allí.

Mis Demonios (Jorey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora