14.

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Sonreí un poco aunque intenté estar serio. Puse mis brazos al rededor del cuello de Corey elevando mi cabeza y mi pecho y el echó su cuerpo hacia adelante. Sonreí plenamente y le bese mientras el ponía sus manos en lo bajo de mi espalda, donde empezaba el pantalón. El hacía lo que quería conmigo me tocaba toda la espalda, me besó el cuello... en nada estaba él sentado en el borde de la cama y yo en sus piernas, allí me encontraba cómodo y no voy a mentir, estaba excitado de verdad, pero eso no duraría mucho ya que cuando intento comenzar a dilatarme me vinieron imágenes de aquel día cuando tenía 9 años recién cumplidos y no pude evitar echarme a llorar y susurrarle que no quería que me hiciese nada, que ni siquiera me tocara.

Me quite de encima suyo y me senté en una de las esquinas de la habitación escondiendo mi cabeza entre mis piernas.

-¿Qu-Qué pasa?-preguntó el rubio preocupado-¿Qué va mal pequeño?

-Nada... déjame...-haciendome más una bola-no hagas como que te importa...

-Sí que me importa-con tono serio-tu me importas y cualquier cosa que te pase o te haya pasado me importa, tú eres la única persona por la que he sentido afecto realmente, me vuelves loco...

-¿Me quieres?-susurré levantando la mirada-Dime que no es eso...

Río un poco y negó con la cabeza. Me miró a los ojos y se pasó la lengua por los labios para después morderlos, me estaba poniendo nervioso.

-Ojala pudiera decirte lo que quieres oír... pero no es así... yo... yo te... te quiero...

-No me mientas, eso no es cierto, es pena, además que si de verdad de verdad de verdad me quieres... te haré daño... ah, y por cierto, yo no te quiero.

-¿A que viene esa actitud tan cortante? Yo no te he hecho nada ahora...

¿Por qué siempre era tan perseverante? Desde la primera vez que le hablé lo fue, por sus palabras y también por sus actos, puede que hubiera cambiado su manera de ser perseverante pero lo seguía siendo, maldito rubio... maldito el destino... y maldita sea la madre que lo pario... No, Joey, ya... debía dejar de maldecir a todo lo que tuviera que ver con él, pero él tenía la culpa... «no, la culpa la tienes tú» me decía una voz dentro de mi cabeza.

Bajé la mirada un instante y después la volví a subir para encontrarme con su mirada que estaba apagada en esos momentos.

-Son muy malos recuerdos-susurré-muy muy malos.

-Puedes contarlos... así te podré ayudar... quiero ayudarte... tu me ayudaste a mi pues quiero al menos hacerlo por devolverte el favor.

Le dije que no y la verdad que a partir de ahí tuvimos una conversación muy estúpida a base de que el me dijera «cuéntamelo» y yo le dijera «no». Así estuvimos asta que yo quedé dormido.

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Al día siguiente me desperté muy pronto y desperté a Corey de una patada al estirarme pero no me di cuenta asta que estuve haciendo el desayuno y él se abrazó a mi diciendo que me mataría por haberlo despertado y también que le tenía que contar porque estuve mal el otro día, mi respuesta a las dos cosas fue muy clara «en tus mejores sueños rubio».

Desayuné "tranquilo" mientras Corey me miraba cual acosador sentado de una manera extraña en la silla de enfrente (no pude evitar imaginarme a Corey sentado como L de Death Note). El convivir con él sería de locos literalmente, el estaba mal de la cabeza y yo también.

Poco después me fui a cambiar cerrándole la puerta en las narices a Corey. Me puse unos pantalones negros con algunas cremalleras puestas de forma random pero que aun así quedaban bien, como siempre me puse mis botas negras y para rematar todo una camiseta de Deicide.

Me miré en el espejo y pase la mano por el reflejo de mi cara mientras cerraba los ojos y apretaba los labios asta clavarme los dientes y hacerme una pequeña herida pero no le di importancia.  Me dirigí a la puerta después de un rato y salí sin decirle nada a Corey, simplemente haciendo un gesto para que me siguiera. 

Salimos de casa, llovía pero me daba igual. Anduve por medio de la calle y el rubio me seguía tapándose la cabeza con su chaqueta, también me hablaba, pero yo no le prestaba atención.

Pasamos un buen rato andando sin que yo le dirigiera palabra asta que el se paró. Tocó mi hombro y me giré quedando cara a cara con él, baje la mirada para que la suya no me intimidada pero el me subió la cabeza colocando su mano en mi barbilla.

—¿Qué te pasa?—susurró—Nunca me había preocupado tanto por nadie... y... y ahora que lo hago quiero saber exactamente lo que pasa.

—No pasa nada—suspirando y tragando saliva—no quiero meterte malos rollos en la cabeza.

—Joder Joey—agarrándome de los hombros y zarandeandome—dimelo, por favor.

—Pegame—susurré—pegame y olvidemos nuestra amistad.

—No lo voy a hacer, pegaría y mataría a cualquiera por ti, pero a ti no te voy a pegar—subió sus manos a mis mejillas.

—Yo soy mi peor enemigo—apartandome—lo dejo ahí.

Seguí caminando, notaba el aura de rabia que desprendía el rubio. Llegamos a un local, allí estaba Paul y le dije que vigilara a Corey de que no tomara drogas y que después del instituto vendría a por Corey si no estaban esperando fuera.

Tras decirle eso me fui hacia el instituto, iba sin mochila, sin libros, sin nada, solo llevaba mis recuerdos y eso me dolía, y mucho.

Me senté en un banco enfrenté del instituto, aun quedaban 20 minutos para que las clases empezaran pero yo estaba allí, empapándome, mirando como la gente llegaba y entraba, aunque antes de que entraran giraban la cabeza y me miraban con asco o con pena, pero que se le iba a hacer...

Advierto de que van a venir algunos capítulos un poco.... como decirlo....

Mis Demonios (Jorey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora