18.

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Joey's POV

¿Qué había pasado? Aun no lo había terminado de asimilar... Y aun no había terminado de asimilar porque le dije que sí, porque querer le quería pero por otro lado... Joey deja de pensar, pensar es malo.

Estábamos mojados y la lluvia se estaba pero el estar acurrucado en su pecho era genial, bueno, más que eso, no lo podía explicar.

—Bieeen, al fin—oí decir a una voz reconocible para mi—esto es lo que quería ver.

Miré hacia un lado y vi a Eric con Mick tomados de la mano y mirándonos, o al menos Eric que estaba con una sonrisa de oreja a oreja.

—Yo le dije que no mirara, que eso os quitaba privacidad...

—Nah, no pasa nada tranqui—dijo Corey riendo—quizás si fuérais otros me molestaría pero vosotros no.

Yo simplemente los miré y agarré un poco la chaqueta de mi novio, me sonaba un poco raro decir eso, así me sentía como menos indefenso aunque ellos solo fueran Eric y Mick.

—Por cierto Joey.¿Vas a ir a lo del parque de atracciones? Estaría bien que vinieras, es el último día antes de vacaciones de Navidad y pueeesss... ven ven ven.

—Lo siento Eric no...

—Yo te lo pago—respondió Corey acariciándome el pelo—para mi el dinero no es un problema.

—Corey, Joey... levantaros ya del suelo que vais a coger una pulmonía—nos advirtio Mick.

—Fue a hablar el que cada vez que viene a mi casa mete la cabeza en el cogelador—mi rubio riendo—y grita "SOY UN CUBITO DE HIELO" y se pega con la cabeza dentro del congelador media hora como mínimo, eso si que puede traer consecuencias, bueno, ya las vemos, así de estúpido se ha quedado.

Eric se echó a reir y saltó para darle una colleja a Mick pero este lo cogió como si fuera una bolsa de patatas y le dio un azote en el culo. Reí y me levanté tendiendo mi mano a Corey, él la agarró y se levantó. 

—Anda, ir a casa y cambiaros que si no os vais a poner malitos, al igual que los nenes pequeños.

—Eh eh eh, aquí el pequeño es Joey—agarrándome la mano—es mi enano, o...¿Cómo te llamaba antes? Zorrita, eres mi zorrita Joey.

Le miré mal y me puse a andar hacia casa con las manos dentro de los bolsillos de la chaqueta.

Sonreí al oír pasos apurados siguiéndome, giré un poco la cabeza y me eché a correr al verlo venir hacia mi con cuidado de no tropezarse o resbalar. «No escaparás» decía y subí las escaleras del portal a toda prisa, abrí la puerta lo más rápido que pude y fui a mi cuarto mientras mi hermana pequeña me miraba extrañada desde el marco de la puerta.

—Anne... distrae a Corey—susurré riendo un poco—por favor.

—Ya estoy aquiiii—oí decir al mayor—donde andas Joey.

Me metí debajo de la cama, donde había un hueco donde supuestamente tendría que haber cajones, pero no, ahí estaba yo.

—Joey no esta—dijo Anne—Joey se ha ido.

—Si si, el renacuajo se ha ido—vi pasar sus pies por delante mío—umm... me tiró a un charco y quería que me pidiese perdón...

—Uuuh..  entonces... no puedo decirlo—rió la pequeña—si no le traicionaría.

—Jooliiin, yo que quería un simple perdón...

Se agachó mientras decía algunas cosas y me arrastró para sacarme de debajo de la cama y tanto Anne como el rubio se tiraron encima mío, haciéndome cosquillas. 

—Anne, ven a la cocina—dijo mi madre sin pasar dentro del cuarto—tienes que poner la mesa para comer mientras tu hermana y yo hacemos la comida.

—Vale mama—dijo levantándose—volveré.

Salió de la habitación y Corey me quito la chaqueta con una sola mano con la escusa de que si no iba a coger frío, y lo mismo hizo con la camiseta, y con los pantalones... menos mal que a partir de ahí no quito más ropa y se quito la suya, con excepción de los boxer.

—Ay la tableta de chocolate blanco derretida—dijo con una tierna sonrisa y cogiendo un trozo de piel de donde tendrían que estar mis inexistente abdominales—tienes un bonito cuerpo, no esta musculado pero... es bonito... tampoco tienes pectorales...—agarrándome los pezones provocando que un leve jadeo saliera de mis labios—pero a si eres perfecto para mi.

Me sonrojé y el en cambio me miró con una sonrisa juguetona y comenzó a darme besos y mordiscos en el cuello acompañados de succiones y caricias con la lengua. Aquella sensación fue, indescriptible, sabía perfectamente lo que hacía y como lo hacía, pero el no conseguiría nada más que besos, caricias, chupetones, mordiscos y lamidas.

—No vas a conseguir... nada—con la voz temblando un poco por lo que hacía—no voy a tener sexo... de momento.

—No, eso no, tu me dices cuando estés preparado pero... ¿No puedo darte placer mediante caricias y ese tipo de cosas?—negando con una sonrisa—bueno... si usted es eso lo que desea mi dama.

Mi madre enseguida nos llamó para cenar y me lo quité de encima para ir corriendo a la cocina.

Cenamos tranquilamente pechugas y judías verdes, Corey era muy majo con mi familia, se caían bien entre ellos o eso era lo que parecía y eso me hacía feliz, no lo voy a negar, quizás era una de las pocas cosas que me hacía feliz y no sabía ha ciencia cierta el porque.

Mis Demonios (Jorey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora