-Querida enemiga, ya que fuiste mi amiga, quisiera describirte una batalla perdida. Aquella en la que un para siempre se convierte en ausencia dejando abierta una gran herida.-
Nada es para siempre.
Nos pasamos el día jurando que siempre estaremos ahí, en las buenas y en las malas. Que cuando todo vaya mal, nosotros seremos un hombro en el que collar. Nos llenamos la boca de palabras bonitas y cuando llega la hora de la verdad no nos importan una mierda todas las promesas que hemos jurado cumplir.
Un consejo. Nunca os encariñéis demasiado con las personas que más momentos pasan a vuestro lado. Porqué, el día que se vayan y sintáis el dolor de la traición en el pecho, os dejara una herida que tardará por lo menos dos eternidades en cicatrizar. Y os lo digo desde la más profunda experiencia.
Hoy en día, a nadie le gusta recordar todo aquello que perdió. Pero, no te preocupes querida, aquí estoy yo para que te des cuenta en lo que te has convertido.
Tu casa fue la mía, y la mía fue la tuya. Dormía más en el suelo de tu desván que en mi propia casa. Cuando teníamos hambre y era la hora de comer, tu hacías la masa de las creppes y yo les daba la vuelta en la sartén. Que fui yo la que te ayudó a limpiar el microondas de chocolate cuando explotó el tarro de nutella. Que vestías más mi ropa que la tuya, y yo siempre me llevaba un par de camisetas tuyas secuestradas. Con solo una mirada sabíamos el motivo por el que nos reíamos y solo nosotras eramos capaces de entrar en una piscina de bolas con catorce años. Odiando el hip hop, me apunté solamente para pasar más tiempo conmigo, y viceversa cuando tú te apuntaste a flamenco. Empezamos a leer los mismos libros para poder comentarlos y poder repartirnos los chicos guapos, para que no nos pusiéramos los cuernos con nuestros novios literarios. Cuando yo aún no tenía movil me llamabas al fijo de casa, y nos acababan regañando por estar cuatro horas al teléfono comentando todo lo que había pasado durante el día. En casa de tu abuela, probé mi primer café, y descubrí lo que era aquél brasero al que tanto decías que te gustaba acercarte. Tu casa de Rellinars, también la conocí, y pasaste de todos tus primos para pasar el día conmigo. Siempre hacíamos trampas para que nos tocara sentarnos juntas, y cuando nos salía bien saltábamos de alegría. Siempre íbamos juntas en los trabajos sin tener que consultarlo, quedábamos veinte días seguidos con la misma excusa, y al final siempre lo hacíamos la noche de antes por skype. Y podría relatarte mil historias más, como la del secador y el chocolate en la habitación del hotel en andorra.
Pero, es que ya da igual. Porqué pese a todo ello, tu mejor amiga seguía siendo la otra. Aquella que te había dejado tirada por treinta me gustas más en facebook. La que había decidido irse con la gente "popular", sin importarle una mierda como te sentías tú por ello. Y yo consolé tus llantos y tu ira cuando eso pasó. ¿Y sabes que? Cuando ella volvió a buscarte, tu hiciste lo mismo conmigo. Tiraste por la borda once años de amistad por conocer chicos guapos, por salir de fiesta, emborracharte y por más me gustas en instagram.
Y ahora que, "las popus" tienen más fama de otra cosa, y que todo el mundo las critica, yo soy la única que saca las uñas por ti aunque tú no lo sepas. Y que a tus "amigas del alma" les da igual ir detrás del chico del que saben que estas enamorada, y te ponen más verde que a los mocos por el simple echo de que te tienen envidia. Y yo, que ahora se supone que soy tu "enemiga" porqué estoy en el otro grupo, en el que por cierto me han cuidado como a la que más, soy la que te va defendiendo por ahí. Porqué yo cuando hago una promesa, sí que la cumplo.
Porqué pese a todo, no puedo odiarte, has sido una de las personas más importantes de mi infancia. Y por ello, y por todos los momentos que me has dado quiero darte las gracias. Pero, también me gustaría darte las gracias por otra cosa. Si no me hubieras apartado de tu vida como a una muñeca de trapo, no me hubiera dado cuenta de las magníficas personas que estaban a mi lado. Y estoy segurísima de que ellas si se van a quedar para siempre. Son como yo, si le dan valor a las promesas.
-DEDICADO A ESA MEJOR AMIGA QUE LO DEJÓ TODO POR CONVERTIRSE EN UNA COPIA MÁS.-
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Lunas de invierno
Poetry«Permíteme dibujar tu cuerpo con las yemas de mis dedos, y dejar plasmada tu perfecta silueta en el cristal de mis recuerdos. Buenas noches, o a mi manera, buenas lunas de invierno.» Dedicado a las lunas que me han acompañado en la noche de mi vida.