Lunas de invierno

-Primera luna-

-Duermo con una brújula bajo la almohada para no perderte en sueños.-

Sé que te gusta correr a tus anchas por el infinito camino que mi subconsciente crea cuando cierro los ojos. Sí, te comportas como si fueras un príncipe malcriado que no le teme a nada. Y probablemente tu corazón desbocado actúe así, porqué sabe que tú eres la base de la existencia de mis sueños, porqué sabe que jamás le haría un solo rasguño a tu piel.

Tu piel, perfecta, sin una sola cicatriz. Es envidiable la inocencia con la que das cada paso, como si fueras inmune a todo. Como si realmente fueras libre. Libre de prejuicios, libre de miedos, libre del mundo.

Y yo, que temo que te dañes, te persigo como si fuera la sombra ennegrecida de tu alma, con el único objetivo de proteger tu delicado corazón.

Tu corazón, sostenido por unos débiles hilos que la vida irá cortando poco a poco. Y entonces, cuando la vida empiece a cortar, conocerás el dolor, conocerás el miedo y conocerás a la soledad. Pero no temas, conozco de sobras esas sensaciones, y sé cuales son sus puntos débiles. Y cuando lleguen a tu vida, llegaré yo con todos los remedios necesarios para curar tus males.

Cuando ellos lleguen, los combatiremos. Te contaré cuentos por las noches, te prepararé batidos de chocolate calientes, te haré llorar a carcajadas, planificaremos juntos viajes por las estrellas, volaremos por un cielo lleno de tinieblas.

Porqué al igual que he conocido en el reflejo del espejo el desconsuelo, también he conocido en el reflejo de tus ojos la alegría.

Y cuando la vida intente hundirte, te enseñaré que a veces, también es capaz de mostrarnos su mejor sonrisa.

Cuando todo vaya mal, yo, estaré aquí. Cuando todo vaya mal, yo, te haré feliz

-DEDICADO A MI HERMANO, EL PEQUEÑO PRÍNCIPE QUE SE CONVIRTIÓ EN UN PEDAZO DE MI CORAZÓN.-